martes, 30 de abril de 2024

Doctorado en Ciencias Agrarias de la UNAL Sede Palmira renueva Acreditación en Alta Calidad

 Desde la producción de variedades de hortalizas hasta el cultivo de cacao en Colombia y Ecuador, pasando por el mejoramiento genético de especies animales, este programa aporta al sector agrícola y pecuario nacional e internacional. Así lo ratifica la renovación de la Acreditación en Alta Calidad otorgada por el Ministerio de Educación Nacional (MEN), a través del Consejo Nacional de Acreditación (CNA).

Una de las contribuciones más destacadas del Doctorado en Ciencias Agrarias, ofrecido hace 10 años por la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira, ha sido el desarrollo de 17 variedades de hortalizas como tomate, cilantro, pimentón, habichuela, ají y zapallo, resultado del trabajo del grupo de investigación Mejoramiento Genético, Agronomía y Producción de Semillas de Hortalizas, con las que los agricultores colombianos tienen opciones de origen nacional en un mercado dominado por las semillas importadas.

Estas hortalizas ofrecen excelente floración, tolerancia a plagas y enfermedades, lo que contribuye a mejorar la eficiencia y rentabilidad por metro cuadrado cultivado en el territorio nacional.

Del mismo modo, desde el programa se ha trabajado en la adaptación de variedades de caña de azúcar y otros cultivos a las condiciones específicas de suelos y clima, así como en la implementación de protocolos de manejo de fertilización para mejorar la producción de piña, mora, aguacate y cítricos.

“También se ha impulsado la conservación de recursos genéticos animales, el mejoramiento de la nutrición, sanidad y bienestar animal, abordando temas fundamentales para la sostenibilidad del sector, todo esto a través de proyectos de extensión en colaboración con entidades oficiales y privadas que han fortalecido la producción agrícola y pecuaria en diversas regiones productivas de Colombia”, agrega el profesor Juan Carlos Rincón Flórez, coordinador de Posgrados en la Facultad de Ciencias Agropecuarias.

400 proyectos en 10 años

Una de las fortalezas del Doctorado en Ciencias Agrarias de la UNAL Sede Palmira son sus 13 grupos de investigación –la mayoría en categorías A1 y A de Colciencias–, que en estos 10 años han dejado 368 proyectos de investigación con impacto social, labor que a su vez se refleja en la publicación de más de 175 artículos científicos, así como en la producción de libros, capítulos de libros de investigación y patentes que contribuyen al desarrollo científico agrario de Colombia.

El Consejo Nacional de Acreditación (CNA) resaltó “la formación de investigadores autónomos y competentes, capaces de enfrentar los retos del sector agrario y la producción agrícola tropical, quienes reflejan en sus tesis el compromiso con la innovación tecnológica y el desarrollo de una agricultura sostenible y equitativa, adaptada a las necesidades y condiciones socioeconómicas, técnicas y culturales del entorno, consolidando al programa como un referente en el país y el mundo”.

Por mencionar algunos de los proyectos de investigación adelantados en los últimos años, se han estudiado las concentraciones totales de mercurio, plomo, cadmio, cromo, níquel, cobalto y arsénico en los suelos en donde se desarrollan los principales cultivos de la zona plana del Valle del Cauca.

También han identificado con inteligencia artificial los 6 grupos ecológicos más prometedores del fríjol tépari, un grano blanco y pequeño que prospera en regiones con condiciones climáticas extremas, a diferencia de sus parientes rojos, lo cual es una característica deseable ante el aumento de la temperatura por el cambio climático, que podría afectar hasta en 50 % el rendimiento de los cultivos en el mundo.

También se han hallado bacterias benéficas para controlar enfermedades en ají y pimentón, lo que permitiría reducir el uso de agroquímicos y antibióticos, ya que estas ayudan desde la misma planta a mantener un equilibrio natural promoviendo su vigor de una manera más amigable con el medioambiente, los suelos y la salud humana.

Por otra parte, crearon GeoStatLiteUN, un software libre con el que cualquier agricultor o profesional del agro puede generar mapas de variabilidad espacial para diagnosticar la salud del suelo y gestionar su cultivo.

En el ámbito internacional, uno de los investigadores identificó en Ecuador el 5 % de los mejores árboles de cacao por rendimiento y tolerancia a enfermedades entre más de 2.000 evaluados, lo que representó un avance para el cultivo del cacao fino de sabor y aroma en el país vecino.

El Doctorado en Ciencias Agrarias de la UNAL Sede Palmira cuenta con una estructura curricular que abarca 8 semestres académicos y 150 créditos, con énfasis en la investigación  interdisciplinaria en el campo agrario. La planta docente está conformada por 44 profesores, la mayoría con título doctoral obtenido en prestigiosas universidades de Colombia, Estados Unidos, Brasil, España, Holanda y Francia, entre otras, y una vasta experiencia en investigación y docencia.

Este programa fue el primero en toda la UNAL en ser impartido en el extranjero desde 2023, con una cohorte de 10 docentes de la Universidad Nacional de Agricultura (UNAG), en Honduras, con las líneas de investigación en fisiología vegetal y producción animal tropical, con las que buscarán atender las necesidades agrarias de su país.









lunes, 29 de abril de 2024

Aguacate Hass: partículas imperceptibles al ojo humano retardarían su maduración

 Si el fruto se recubre con nanopartículas de óxido de titanio y plata, la maduración se retrasa entre 2 y 3 semanas, ¿por qué? La respuesta está en que estos compuestos limitan la acción del etileno –hormona que estimula naturalmente el proceso de maduración– y el crecimiento del hongo que causa la antracnosis, enfermedad que suele dañar el producto. Esta estrategia ofrece posibilidades de mantener y superar los estándares de calidad del “oro verde”.

Entre enero y febrero de 2024 las exportaciones colombianas de aguacate Hass crecieron un 84,1 % con respecto al mismo periodo de 2023, consolidándose como uno de los bienes no minero-energéticos más importantes de la economía del país. No obstante su cultivo –y el de otras frutas y hortalizas– sigue afrontando un reto importante: la maduración, que dificulta el cumplimiento de los estándares de calidad de color y firmeza del fruto.

Los frutos climatéricos, es decir aquellos que siguen madurando aún después de haber sido recolectados, producen grandes cantidades de etileno a medida que la tasa de respiración aumenta. Ejemplos de estos son: manzana, pera, plátano, mango, papaya, tomate y aguacate.

“También existen otros problemas asociados como la antracnosis, una enfermedad causada por el hongo Colletotrichum gloeosporioides que puede generar pérdidas de hasta el 80 % si no se hace un manejo adecuado poscosecha”, explica Paula Andrea Nevado Velásquez, magíster en Ciencias - Química de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Medellín.

Teniendo en cuenta este contexto, ella se enfocó en perfeccionar una estrategia usada hoy para retrasar la maduración, y explica: “aunque la molécula más utilizada para inhibir la producción de etileno es el 1-metilciclopropeno, se ha visto que al final del proceso provoca una maduración no uniforme y altera los perfiles ácido grasos y de azúcar. Por otro lado, para manejar las infecciones se usan químicos como el imidazol, que por su toxicidad ha sido suspendido en países de Europa”.

Su propuesta tuvo un enfoque nanotecnológico, es decir, basado en el uso de materiales de estructuras diminutas. “Concretamente desarrollamos un recubrimiento con nanopartículas de dióxido de titanio enriquecidas o dopadas con plata, sustancias no tóxicas que permitirían no solo retrasar la maduración del fruto, sino también darle un plus antimicrobiano”.

Para obtener el material la investigadora utilizó 5 reactivos, entre ellos isopropóxido de titanio y nitrato de plata, sometiéndolos a un método llamado “autocombustión en solución”.

“Al mezclarse, los reactivos se ven como un gel. Este se calienta a más de 200 ºC, y justo en ese momento se genera una llama que al extinguirse deja un polvo blanco amarillento: el dióxido de titanio dopado con plata”, relata la magíster.

Puesto a prueba en condiciones simuladas

Después caracterizó las nanopartículas mediante técnicas y herramientas especializadas que le permitieron determinar, entre otras cosas, que el material es poroso, lo que facilita que absorba el etileno. “También hicimos pruebas fotocatalíticas –que nos mostraron que no era muy sensible a la luz– y biológicas, que nos confirmaron que la cantidad de etileno y de hongo disminuían”.

Con estos resultados favorables claros, realizó las pruebas de transporte y almacenamiento simulado con apoyo de docentes de la UNAL Sede Bogotá. “Preparamos almacenados que revisamos cada 7 días, durante 20 días en total. Unos estaban en condiciones de refrigeración a 5,5 ºC y a una humedad relativa del 80 %, otros los dejamos en condición ‘ambiente’, a 20 ºC y al 60 % de humedad relativa, con y sin el recubrimiento que creamos. Este lo aplicamos diluido en agua, sumergiendo la fruta en él durante un minuto y poniéndola a secar al aire en unas rejillas para eliminar el exceso de agua”.

Así encontró que los aguacates con el recubrimiento tardaban más en madurar, calculando un retraso aproximado de 2 a 3 semanas más.

“Las nanopartículas con una concentración baja de plata –de 0,75– mostraron muy buenos resultados: bajaron las mediciones de etileno, lo que nos da una idea de que se está evitando la presencia de la hormona porque se rompe su ciclo de autoproducción”, indica.

“Con respecto al hongo vimos una notoria disminución: los frutos sometidos al tratamiento tuvieron 1,4 unidades formadoras de colonia, mientras que los no sometidos tuvieron 4,7”, añade.

Esta investigación es un punto de inicio para probar las nanopartículas en otras verduras y hortalizas. Además también se puede evaluar para la degradación de contaminantes en agua u otros productos.

“De otro lado, se podría probar sintetizar el material con otros reactivos que quizá harían el proceso más eficiente, e incluso se podría pensar en elaborar empaques con estas nanopartículas para evaluar si tendrían el mismo efecto que nosotros vimos”, concluye la magíster.

 







lunes, 22 de abril de 2024

Cannabis “producido” en laboratorio, un cultivo prometedor

 En un innovador proyecto de clase que le apuesta a explorar el potencial para la clonación y propagación de esta planta, estudiantes del Colectivo Siembra de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira cultivaron en laboratorio tejido vegetal de Cannabis sativa de la variedad “mango biche”, muy reconocida en el mundo por su peculiar aroma a dicha fruta tropical y su color amarillo intenso. Este resultado es un importante avance para la agricultura nacional.

En la agricultura moderna, el cultivo de tejidos vegetales es una técnica que viene transformando la manera en que se propagan y mejoran las plantas bajo condiciones controladas en el laboratorio, y que no solo permite la multiplicación clonal de individuos con características o rasgos específicos sobresalientes, sino que también puede contribuir a la creación de nuevas variedades e implementar sistemas de conservación.

Dicho método ha mostrado ser una herramienta poderosa en la mejora genética de cultivos, la conservación de la biodiversidad vegetal y la producción sostenible de alimentos, flores, fibras y productos medicinales, ya que tiene aplicaciones comerciales y ecológicas significativas, como la proliferación de especies en peligro de extinción, la propagación rápida, limpiar enfermedades y producir material de siembra libre de estas, y la producción de metabolitos de interés comercial entre otras aplicaciones.

Para que el impulso de estas tecnologías sea una realidad en países como Colombia se necesitan expertos, personal cualificado; por eso entre la oferta académica de la Sede Palmira se encuentra la asignatura “Cultivo de tejidos vegetales”, dirigida a estudiantes de pregrado y posgrado.

En ella se ofrece una visión profunda de esta fascinante área de estudio que cuenta con la experiencia del profesor Roosevelt Humberto Escobar Pérez,  de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Sede Palmira.

“En nuestro entorno académico aprovechamos esta técnica para enseñarles a los jóvenes de manera práctica y pedagógica cómo partir desde un pequeño fragmento de tejido hasta producir una planta completa. Los estudiantes deciden qué especie quieren trabajar, luego deben argumentar el porqué la quieren propagar, y a partir de allí escogen el explante, el medio y la técnica adecuada, hasta lograr que el tejido crezca y en algunos casos, recupere una planta completa con capacidad de ser llevada y crecida en vivero”, explica el docente.

Aporte a la creciente industria del cannabis

En el contexto del cannabis, el cultivo de tejidos se constituye en un proceso crucial para la industria, dada la creciente demanda de variedades de alta calidad con perfiles genéticos específicos. En ese sentido, esta planta es especialmente adecuada debido a su capacidad natural de regeneración y a su amplia variabilidad genética.


El Colectivo Siembra está integrado por más de 30 estudiantes de todos los programas de la UNAL Sede Palmira con interés en la investigación científica y la promoción de las plantas enteógenas o con algún efecto psicotrópico, entre ellas el cannabis. Así, los estudiantes Harold Mauricio Peña Silgado y Néstor Eduardo Valencia Ordóñez, del programa de Ingeniería Agronómica, decidieron trabajar con este material y a la fecha han logrado resultados promisorios.

El estudiante Valencia explica que “el proceso de cultivo de tejidos de la planta de cannabis de la variedad ‘mango biche’ comenzó con el explante de la planta madre, que se refiere a la porción de tejido vegetal que se extrae y se utiliza como material para iniciar el cultivo in vitro. Este se puede tomar de diferentes partes de la planta, como el ápice del tallo, las yemas o las hojas”.

Una vez seleccionados, se desinfectaron y pusieron en un medio de cultivo estéril que contiene nutrientes y reguladores de crecimiento para proporcionar las condiciones óptimas con el fin de que las células se multipliquen y se diferencien, hasta formar estructuras conocidas como callos con capacidad de diferenciar estructuras definidas.

A partir de estos se puede inducir la formación de brotes mediante la suplementación de reguladores de creciente en el medio de cultivo. Estos brotes continúan su desarrollo hasta lograr una planta completa. Posteriormente se endurecen, se aclimatizan y se trasplantan a un sustrato adecuado, que bajo condiciones semi controladas de humedad y temperatura pueden continuar su desarrollo en vivero y alcanzar su madurez en campo.

Los estudiantes consideran que “el cultivo de tejidos ofrece varias ventajas para la industria del cannabis. En primer lugar, permite la propagación masiva de plantas con características deseables, como altos niveles de cannabinoides o resistencia a enfermedades, lo que facilitará la producción a gran escala de variedades consistentes y de alta calidad. Además permite conservar su diversidad genética a largo plazo”.

Este proceso abre nuevas posibilidades para la mejora genética del cannabis y el desarrollo de variedades con perfiles genéticos personalizados para usos medicinales, recreativos o industriales que satisfagan la creciente demanda de este mercado en Colombia y el mundo.

En el laboratorio se cultiva una variedad de tejidos vegetales con diferentes propósitos, desde papa, yuca, ajo, batata y pitaya, hasta plantas ornamentales, en donde los estudiantes exploran la diversidad vegetal y aprenden las técnicas necesarias para cultivar tejidos con éxito, pese a los desafíos logísticos como disponibilidad de espacio, equipos y materiales.








viernes, 19 de abril de 2024

“Pajareando” se enseñan ciencias naturales en colegios rurales

 El avistamiento de aves es una estrategia pedagógica efectiva para motivar el aprendizaje en el campo. Así se demostró en un colegio de Venecia (Antioquia), en donde jóvenes de grados 10 y 11, después de 7 salidas de campo y de registrar 130 especies, afianzaron sus conocimientos sobre qué es un ecosistema, cómo se mantiene su equilibrio, y por qué para mantenerlo no se debe tener fauna silvestre en las viviendas, entre otros aspectos.

Para diseñar esta estrategia didáctica basada en el avistamiento de aves, Tania Lizet Garzón Caratar, magíster en Enseñanza de las Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Medellín, aprovechó la majestuosidad ofrecida por la naturaleza en dicho municipio antioqueño, vecino del Cerro Tusa, una montaña a 1.850 msnm considerada como la pirámide natural más alta del país.

La magíster menciona que “hacerse preguntas es un paso fundamental para el aprendizaje, sobre todo si estas nacen de los intereses y necesidades propias. Con esto en mente hice un diagnóstico en la Institución Educativa Uribe Gaviria (Sede Villa Silvia) de Venecia, en donde yo trabajo. Allí conversé con más de 60 estudiantes de distintos grados y sus familias, y con los colegas docentes, sobre aspectos como sus gustos o aficiones, motivaciones y formas de dictar clase”.

Así encontró que en la comunidad hay un interés creciente por el ecoturismo, un pilar fundamental de la economía del suroeste antioqueño. De hecho Venecia es un destino para el turismo de naturaleza al que llegan viajeros interesados en subir al Cerro Tusa, y también quienes buscan el avistamiento de aves o recorrer los senderos de arrieros, altares y hasta interesados en la espeleología.

“Para mi trabajo tuve como referente al investigador brasileño Marco Antonio Moreira y el Aprendizaje Significativo Crítico, que reconoce al individuo como parte de una cultura, capaz de lidiar con ella y aprovechar sus propios recursos para construir conocimiento. Para diseñar el plan combiné el ámbito económico con la sensibilidad ambiental y los conocimientos en biología”, explica.

La estrategia comienza con la evaluación de los conocimientos previos de los estudiantes, a través de preguntas como: ¿qué es un ave? ¿qué especies conoces? ¿qué función cumplen en el ecosistema? Luego se les brindan bases conceptuales, se les explica qué es el turismo sostenible, cuál es la distribución de las aves, qué es la fauna silvestre, etc., luego se hace un acercamiento a instrumentos como binoculares para que exploren los alrededores de la institución, para posteriormente llevar a cabo las salidas de campo y, al final, evaluar y recolectar preguntas e ideas nuevas. Todo ello en un lapso de varios días.


“Con los grados 10º y 11º hicimos 7 salidas, dividiendo a los estudiantes en grupos de 6. Elegí distintos lugares, coordiné el transporte y el acompañamiento de un experto en avistamiento. Ya en el sitio realizamos un círculo, nos saludamos, socializamos datos generales de altitud, referencia geográfica, y establecimos el trabajo cooperativo por parejas: un miembro utilizaba los binoculares y el otro registraba las observaciones en el papel”, relata la magíster.

Al final recopilaron un listado de 134 especies, localizadas en 4 veredas y 1 corregimiento (El Vergel, Villa Silvia, La Arabia, El Narciso y La Mina). “Evaluamos un antes y un después de los conocimientos. Por ejemplo, los estudiantes no volvieron a traer a colación aves comunes como la guacamaya, el colibrí o el loro, sino que mencionaban otras como el rey gallinazo, el barranquero, el águila, el sinfín y la oropéndola, propias de la región”.

Al final de la estrategia quedaron consignados nuevos conceptos a tratar desde las ciencias, como por ejemplo especie invasora, reptil, ecosistema, y geografía.

“El avistamiento sirvió como facilitador de los conceptos que exige la malla curricular, pero también fortaleció la convivencia y a los estudiantes se les abrieron proyectos a futuro. Muchos dijeron que les gustaría estudiar y convertirse en guías, y además pidieron que la experiencia se replique en grados inferiores.

El grupo con el que trabajó la magíster se autodenominó “Cucaracheros del Cerro Tusa”, en alusión al cucarachero paisa, un ave endémica de Antioquia. Al final la investigación dejó una cartilla que cualquier docente puede utilizar como inspiración.

“La estrategia es replicable en otras instituciones rurales. Lo importante es identificar cuáles son los intereses particulares de la comunidad con la que se trabajará, puede ser la agricultura, el agua, u otro tipo de animales. A partir de ahí se puede ajustar”, concluye la magíster.





jueves, 18 de abril de 2024

Insecto hallado en Colombia, promesa para controlar planta invasora en Australia

 Un chinche de 3 mm no registrado por la ciencia sería útil para controlar el crecimiento del maracuyá silvestre (Passiflora foetida), un tipo de maleza que en países como Australia es considerada como invasora pues obstaculiza el paso en las playas e impide el crecimiento de otras plantas autóctonas. Este insecto sería un controlador natural porque completa su ciclo de vida sobre la planta y se alimenta de las hojas causandoles daño.

P. foetida es una enredadera que trepa elementos vivos o muertos como árboles o postes para competir por la luz del sol. Su flor es blanca, con detalles morados y una “melena” viscosa que desprende un olor desagradable.

“Es originaria de Centro y Suramérica, en donde también es considerada como maleza pero no representa una amenaza para otras especies. Sin embargo, en países como Australia, donde fue introducida artificialmente, es referenciada como una planta invasora que causa daños en fauna, flora y turismo”, explica Héctor Adiel Salazar González, magíster en Entomología de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Medellín.

Agrega que “allí está pasiflora impide el crecimiento de otras plantas que son alimento de animales, obstaculiza el paso en algunas playas, y cuando se seca propaga incendios fácilmente. Por eso, aunque suelen retirarla manualmente, las autoridades siguen buscando estrategias y enemigos naturales para controlarla, especialmente en las regiones de donde es originaria”.

Aunque se sabe que en países como Colombia existen hongos, virus e insectos que modulan su crecimiento, la mayoría de estudios hechos hasta ahora son poco específicos. Por eso el investigador Salazar se enfocó en los insectos que se alimentan de ella, y que por ende pueden ser útiles y efectivos en las zonas donde es problemática.

“Estuvimos en Antioquia, Atlántico, Bolívar, Sucre, Córdoba y Santander, en donde se sabe que la planta está presente. Realizamos muestreos en 23 puntos, revisamos daños en las hojas, tallos y flores, y encontramos 9 insectos asociados; con algunos de ellos aportamos nuevos registros de su presencia en la planta, los conectamos de forma manual y los llevamos al laboratorio”, relata.

La muestra de insectos se clasificó taxonómicamente según sus características morfológicas, el estado biológico en el que están cuando dañan la planta (larvas, ninfas o adultos) y la parte específica de la que se alimentan (flor, hojas o tallo).

“En el municipio de Santa Fe de Antioquia encontramos una nueva especie de chinche (aún sin nombre) del género Pronotacantha sp., siendo este el primer registro de la especie para la ciencia. Por eso, tras concluir nuestra investigación, quedó en manos del investigador Dimitri Forero, profesor de la UNAL Sede Bogotá, quien seguirá con otros análisis”, agrega el magíster Salazar.

Él eligió estudiarlo a profundidad porque es uno de los insectos que ocasionan mayor daño al maracuyá silvestre y es fácil criarlo en laboratorio: el 88 % de los huevos fueron viables. Además,  para observar y documentar por primera vez su ciclo de vida, sembró varias plantas en invernadero y dispuso los insectos en ellas.

Se observó que el huevo eclosiona en promedio a los 13 días de haber sido puesto; su estado de ninfa (o juvenil) tiene 5 fases que duran más o menos 27 días hasta que se convierte en adulto, y vive cerca de 55 días en total, por eso el magíster calculó que por una misma planta pasarían hasta 4 generaciones del bicho.

“Vimos que empiezan a alimentarse de las hojas desde su eclosión hasta la fase adulta, durante 14 minutos por ingesta, siendo la hembra la más agresiva (quizá porque necesita más alimento para la reproducción), pues en 10 días alcanza una severidad de 2,14 % mientras que el macho llega a un 0,44 %”, destaca.

Por último, realizó pruebas de preferencia para corroborar que Pronotacantha sp. prefiere a P. foetida por encima de otras similares, como Passiflora edulis o maracuyá comercial.

“Hicimos pruebas de elección y no elección. Pusimos los insectos en jaulas con plantas (alimento) específicas. En el primer caso combinando especies y en el segundo con una sola especie para observar cuál elegían, si sobrevivían o no. Así definimos que el insecto solo logra cerrar su ciclo biológico sobre el maracuyá silvestre, y por esa y otras especificidades lo catalogamos como posible controlador”.

Este estudio es un gran aporte para la ciencia colombiana e internacional, ya que deja nuevas rutas por transitar, por ejemplo, con el estudio de posibles patógenos que el insecto pueda transmitirle a la planta.

“También sería importante evaluar su capacidad de adaptación, que no resulte perjudicial para otro tipo de flora en el país de destino y que compense económicamente en contraste con los métodos de control actuales”, concluye.





martes, 16 de abril de 2024

Trinitaria, corozo y café: ingredientes de yogur artesanal

Plantas apreciadas en el Caribe colombiano pero poco aprovechadas por la industria alimenticia, como la veranera o trinitaria (del género Bougainvillea) y el corozo o uvita de lata (Bactris guineensis), se convierten en la materia prima de un yogur artesanal 100 % natural con 0 conservantes ofrecido en dos presentaciones: uno de trinitaria con corozo, y otro de trinitaria con café.

La trinitaria, originaria de Perú, es una de las plantas trepadoras ornamentales más conocidas del mundo; en las zonas cálidas sus vistosas flores moradas, rojas o rosadas forman parte de la decoración natural de jardines y patios. Además de belleza y sombra, algunos abuelos de regiones como Cesar utilizan las flores en infusiones para tratar la tos, el asma, la bronquitis y la gripe, entre otras afecciones respiratorias.

De otra parte, con los frutos cocinados de la palma lata o corozo, especie autóctona de las costas Pacífica y Caribe, se prepara un jugo de color vinotinto que suele ofrecerse muy frío en ventas ambulantes y restaurantes de ciudades como Cartagena, Santa Marta o Valledupar; además de ser una deliciosa bebida que quita la sed, es un alimento rico en aceites, proteínas, vitaminas y antioxidantes.

Aprovechando las bondades de estas dos especies, Daneila Guevara, Lorens Castilla, Juliana Vides Feria y Saray Vizcaíno, estudiantes de Ingeniería Biológica de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede de La Paz, decidieron elaborar una bebida láctea, iniciativa que presentaron en la asignatura Química de Alimentos, bajo la supervisión del profesor Diego Camilo Durán.

“La propuesta se basó en el contexto de la alimentación actual, que busca desarrollar la innovación y satisfacer la creciente demanda de consumidores conscientes de adoptar hábitos más saludables y ambientalmente sostenibles; en ese sentido se buscó elaborar un producto sabroso, pero con beneficios nutricionales”, explica la estudiante Vizcaíno.

Al utilizar ingredientes provenientes de la región no solo se crea un producto novedoso, sino que también se contribuye al desarrollo y la promoción de la biodiversidad local.

“Surge la oportunidad de utilizar sabores de tradición y vanguardia en un producto único, teniendo presente que la trinitaria y el corozo tienen propiedades antioxidantes, es decir que sirven para prevenir o retrasar algunos daños en las células del cuerpo”, agrega.

Además del yogur, las estudiantes elaboraron un cereal de maíz fortificado con antioxidantes provenientes de la trinitaria. En estos momentos las futuras ingenieras adelantan las actividades para comercializarlo localmente.

Preparación

Para elaborar el yogur, además de los productos mencionados utilizaron leche de vaca, leche en polvo y cultivo lácteo o bacterias para fermentación.

“Calentamos la leche y la envasamos en recipientes herméticos con tapa, recubiertos además con tela; durante unas 18 horas dejamos actuar la bacteria y luego refrigeramos. Por último filtramos el suero presente en el yogur ya fermentado”, relatan las estudiantes.

Luego se extrajo el antioxidante de las buganvilias, del melado del café y del corozoSe hicieron 4 formulaciones del yogur para escoger los de mejor características organolépticas, que son todas las descripciones que pueden percibir los sentidos, como por ejemplo sabor, textura, olor, color, o temperatura.

“Hicimos pruebas de calidad y parámetros de las buenas prácticas de manufactura en el manejo de alimentos”, anota la estudiante Vizcaíno.

Más datos de los ingredientes

Según el Catálogo virtual de flora del Valle de Aburrá, el corozo está compuesto especialmente por vitaminas A y C, la primera reconocida por contribuir a la función de la vista, mantener la salud del sistema inmunitario y promover tanto el buen desarrollo del crecimiento como el buen desempeño del corazón y los pulmones.

Por su parte la vitamina C se encarga de producir proteínas como el colágeno, la cual genera y mantiene la formación de los tejidos a lo largo del cuerpo, desde la piel hasta los órganos que lo componen.

Sus preparaciones suelen ser jugos, refrescos, helados y postres, ya que son las opciones más refrescantes para combatir el intenso calor de las zonas donde se produce.

Entre tanto, el café –que habitualmente se toma en infusión– posee alrededor de un 13 % de proteínas y grasas y una cantidad muy inferior de hidratos de carbono, además de compuestos nutritivos como potasio, selenio, calcio y magnesio.







lunes, 15 de abril de 2024

UNAL estudiará potencial medicinal de plantas de la Orinoquia

 “Azufre” y “antibiótico” son plantas que crecen en bosques y jardines de la Orinoquia y que han sido aliadas tradicionales de las comunidades en el tratamiento de moretones, heridas o fiebre. Por primera vez en el país, docentes y estudiantes de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Orinoquia indagarán su propiedades antioxidantes, anticancerígenas y antimicrobianas; los resultados supondrán un valor agregado a la medicina natural.

Las hojas, el tallo y las flores de estas plantas se han utilizado popularmente en los Llanos Orientales para tratar diferentes dolencias, como una tradición de las abuelas; por ejemplo para las heridas se ponen las hojas de antibiótico trituradas sobre la lesión, al que se le atribuye una cicatrización más rápida y que esta no se infecte.

Otro uso común es para bajar la fiebre: las hojas y tallos se ponen al sol y luego se hierven en agua, adquiriendo tonalidad morada; el enfermo se baña con ella y le ayuda a sentirse mejor, todo esto según los saberes populares y lo que expresa la comunidad en Arauca.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce y acepta el papel fundamental de las plantas con propiedades medicinales para satisfacer las necesidades de salud de muchas poblaciones en el mundo, ya que representan una alternativa económica y en ocasiones muy eficaz para tratar diversas dolencias en poblaciones, especialmente en las zonas rurales y económicamente vulnerables.

Aunque la Orinoquia colombiana se caracteriza por su riqueza vegetal de plantas con propiedades medicinales y muchas de estas especies son ampliamente usadas por los habitantes de la región, los estudios sobre ellas son escasos o nulos, lo mismo que los registros sobre sus propiedades biológicas y medicinales, y sobre la identificación de los compuestos bioactivos que sustenten sus propiedades benéficas.

Guiados por la abundancia de la planta en la región y por el uso habitual de la comunidad, la docente de química Mary Cecilia Montaño, de la Unidad de Docencia y Formación de la UNAL Sede Orinoquia, dirige la investigación pionera sobre estas plantas con la participación de los estudiantes Kenny Julián León García, de Ingeniería Química, y Laura Sofía Sogamoso Fernández, del programa de Química de la Sede Orinoquia.

“La investigación fue el punto de partida para crear el Semillero de Investigación de la UNAL Sede Orinoquia (SIUNOR), en el cual, con la participación de estudiantes auxiliares en diversas carreras, se busca explorar las propiedades antioxidantes, anticancerígenas y antimicrobianas del azufre(Tripogandra serrulata) y el antibiótico(Justicia colorifera); además las puertas abiertas están para los estudiantes de la Universidad que busquen proyecto de grado o pasantía y que deseen vincularse”, explica la docente Montaño, líder de SIUNOR.

Las plantas se deben recoger en la mañana, que es cuando tienen más savia, lo que impide que se marchite rápido, después de la colecta se dejan secar a una temperatura controlada durante un tiempo específico.

“Cuando están lo suficientemente secas las trituramos y las sumergimos en alcohol durante varios días para su extracción por maceración; la mezcla se filtra y nos deja un residuo sólido o muy viscoso, del cual hacemos distintos procesos para sus análisis; las muestras se estudiarán en el Laboratorio de Neurociencias del Instituto de Genética de la UNAL Sede Bogotá”, relata la académica.

La actividad antimicrobiana está siendo evaluada por el grupo de investigación Estudio y Aprovechamiento de Productos Naturales Marinos y Frutas de Colombia, de la UNAL Sede Bogotá.

Hallazgos preliminares

Se están realizando pruebas preliminares para evaluar la actividad antimicrobiana de los extractos obtenidos, los cuales han mostrado actividad biológica, es decir los efectos benéficos o adversos de una droga sobre la materia viva, en este caso frente a 3 bacterias: Staphylococcus aureus, Escherichia coli y Enterococcus faecalis, las cuales están asociadas con infecciones respiratorias y gastrointestinales, además del hongo o levadura de género Candida.

Los hallazgos preliminares de esta investigación sugieren que las plantas antibiótico y azufre tienen interesantes perfiles metabólicos y potencial actividad biológica, que podrían ser de gran interés para desarrollar nuevos fármacos o productos naturales. Se espera que los demás resultados confirmen aún más estos hallazgos y exploren con más detalle los mecanismos de acción de los metabolitos identificados.

Por otra parte, los antioxidantes son compuestos químicos que le ayudan al cuerpo a eliminar los radicales libres, unas moléculas que pueden oxidar las células y producir alteraciones en el material genético (o ADN) provocando enfermedades como el cáncer, entre otras, los cuales también están siendo procesados.

La importancia de este estudio radica en su potencial para proporcionar nuevas opciones terapéuticas derivadas de la naturaleza, aprovechando los recursos naturales de la región de la Orinoquia. Además, al involucrar a estudiantes en el proceso de investigación, se fomenta el desarrollo de habilidades científicas y se promueve una mayor consciencia sobre la biodiversidad y el valor de las plantas medicinales en Colombia.

 









jueves, 11 de abril de 2024

En el Huila descubren pariente de la gulupa y la granadilla

 Nombrada como Passiflora pitalensis en honor a su lugar de origen, el municipio de El Pital, al suroccidente huilense, de esta nueva especie se desprende un fruto amarillo comestible, de sabor ligeramente dulce y exótico cuando está maduro, pariente de la curuba, la granadilla y la gulupa. El hallazgo es el resultado de un trabajo adelantado por investigadores tanto de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) como de la Surcolombiana y Minuto de Dios.

P. pitalensis se distribuye principalmente en el sur del Huila y tiene una observación escasa en Cauca, entre los 1.750 y 2.030 msnm. La zona donde se identificó forma parte del Macizo Colombiano –de origen indígena, de la nación Páez–, hasta hace unos años afectada por el conflicto armado, por lo que ha sido poco explorada.

El hallazgo, que representa un logro para el estudio de la diversidad vegetal del país, se logró gracias al trabajo del profesor John Ocampo Pérez, del grupo de Investigación en Recursos Fitogenéticos Neotropicales (GIRFIN) de la UNAL, quien la estudió en el Herbario José Cuatrecasas Arumí de la UNAL Sede Palmira, y estableció que se trataba de una nueva especie.

El aporte también se debe a estudios anteriores adelantados por el profesor Jeison Rosero, de la Universidad Minuto de Dios, y su estudiante Edwin Arrigui, de la U. Surcolombiana, quienes encontraron la especie y contactaron al docente Ocampo por su experiencia en la familia Passifloraceae, por lo que juntos concluyeron que sí se trata de un nuevo hallazgo.

Luego de más de 2 años de exploración del profesor Rosero y su estudiante Arrigui sobre las dos microcuencas que cubren el Parque Natural Municipal El Pital: El Obispo y El Burro, esta nueva especie, singular por sus flores y su fruto, fue vista junto con otros 473 ejemplares de diferentes familias botánicas.

El proceso de identificación de P. pitalensis le implicó al profesor Ocampo una exhaustiva revisión de literatura científica, comparaciones con ejemplares de otros herbarios del país y mediciones detalladas de todos los órganos de la planta.

Además realizó un análisis meticuloso para establecer su relación con otras pasifloras conocidas y confirmar que sí se trataba de una especie única y no simplemente de una variación morfológica o genética de otra especie.

P. pitalensis es una hierba enredadera de flores blancas y moradas; comparte similitudes con la curuba(P. lehmannii), nativa de América del Sur, aunque el experto señala que “se distingue principalmente por algunas características físicas en su tallo, sus hojas con lóbulos más anchos, su estructura verde que sostiene a las flores, y además por sus pequeñas y delgadas hojas que decoran la flor”.


El fruto de la nueva especie tiene forma ovoide y el margen de la semilla es apuntado, su color es amarillento y su sabor exquisito y poco común, lo que la distingue como un producto con potencial medicinal y comercial. Debido a su distribución restringida y al reducido tamaño de su población, que no supera los 90 individuos, se considera en peligro de extinción.

Nueva y en riesgo de extinción, ¿por qué?

Según las categorías y los criterios de la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y el trabajo de investigación botánica que por décadas ha desarrollado el profesor Ocampo en el territorio nacional, más de 110 especies colombianas de Passiflora se consideran amenazadas en algún grado.

El género Passiflora está bien representado en Colombia con aproximadamente 182 especies, por lo que científicos la consideran como un buen indicador de biodiversidad debido a sus múltiples interacciones ecológicas con diferentes tipos de organismos, incluyendo sus polinizadores.

P. pitalensis fue registrada en la colección herbaria del país por los tres autores, con su respectivo número, lo que le permitirá al público y a la academia revisarla junto con otras especies botánicas.

El hallazgo no solo representa el descubrimiento de una nueva especie, sino también la apertura de un mundo de posibilidades bioeconómicas para las comunidades huilenses; de hecho, este departamento es líder nacional en el cultivo de pasifloras como maracuyá, gulupa, granadilla, curuba, badea y cholupa. Además, ofrece una oportunidad para la investigación de los recursos fitogenéticos nativos y la conservación de la flora colombiana.






miércoles, 10 de abril de 2024

Mejor calidad y comercialización de zumo de limón incrementó ganancias de campesinas vallecaucanas

 En un corregimiento del municipio de San Pedro, cerca de 100 agricultores de limón Pajarito y Tahití, agrupados en la Asociación Microempresarial San José (Asomisanj), en su mayoría mujeres cabeza de familia, transformaron su realidad productiva mediante la implementación de un modelo de planificación. . estratégica que les permitió mejorar la logística de ventas y abastecimiento, y producir un zumo de excelente calidad.

El corregimiento de San José en el Valle del Cauca alberga una población campesina conformada por 1.800 habitantes en promedio, dedicados especialmente a actividades agrícolas, que por años han cultivado cítricos en los lotes y casa-lotes de sus viviendas como una actividad alterna para generar ingresos. económicos.

En promedio se recolectan al mes 18 kg de limón Pajarito y Tahití de 3.295 árboles distribuidos en 12.637 hectáreas. El 7 % de esta producción se destina a la elaboración de concentrado de limón por Asomisanj, constituida en 2009.

Sin embargo hasta principios de 2018 la Asociación no había implementado procesos de producción, los cuales se realizaban artesanalmente con deficiencias en la clasificación de la fruta para el corte y extracción del jugo, filtración de partículas sólidas e imprecisas de los insumos, disminuyendo así la calidad del producto final y aumentando los costos de la elaboración. Además, su embalaje y almacenamiento requerirían mejoras.

Ante la situación, Jorge Eduardo Trujillo Puerta, magíster en Ingeniería Agroindustrial de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira, desarrolló un modelo de planificación estratégica con el objetivo de atender la problemática de la Asociación en dos aspectos: optimizar la extracción del jugo. (agroindustrial) y mejorar la cadena logística de ventas y distribución (administrativo).

Para ello adelantó un diagnóstico empresarial mediante el cual identificó las áreas de mejora y los cuellos de botella, como por ejemplo que Asomisanj no contaba con una estructura interna organizada, con procesos de estandarización de proveedores ni con un manual de funciones pues “todos eran toderos”. ”. También encontró dificultades en el nivel educativo y la visión emprendedora de los asociados, ausencia de mercados fijos y falta de estándares mínimos de calidad que afectaban las ventas y la rentabilidad.

“Inicialmente los agricultores tenían que tomar decisiones basadas en prácticas tradicionales, no tenían un método establecido para determinar el momento óptimo de la cosecha ni para seleccionar los limones en su estado de maduración adecuado. Esta falta de parámetros incidía en la calidad del producto final, ya que el grado de maduración del limón puede diferir entre cosechas y afectar su sabor”, informó el magíster Trujillo.

El modelo propuesto se desarrolló mediante un enfoque descriptivo y analítico con metodología cuantitativa, que evaluó la realidad organizacional para establecer metas y diseñar un plan integral basado en las necesidades propias de la Asociación.

Se implementó una cultura de calidad en toda la línea de producción y comercialización, y se delegaron funciones en cada asociado, promoviendo así el progreso socioeconómico de la comunidad. Del mismo modo, se centró en la estandarización y en los criterios de selección de los insumos para mejorar el producto.

“Nosotros empezamos a estandarizar con procesos de manejo de temperatura haciendo pruebas para no afectar el color ni el sabor, en los laboratorios de Agroindustria y en el de Operaciones Unitarias de la UNAL Sede Palmira, en donde con los profesores extrajimos los jugos en diferentes niveles. de maduración de la fruta, dependiendo del tiempo de cosecha”, señaló el tesista.

Por otra parte, antes del proyecto los agricultores se veían obligados a vender su limón a intermediarios a precios desfavorables que les generaban más pérdidas que ganancias. No obstante, gracias a la implementación de canales de distribución directa y al desarrollo de las estrategias de propuestas de  marketing  , la Asociación logró comercializar el “Zumo de Limón Asomisanj” en nuevos mercados campesinos y establecer convenios para la venta en instituciones locales como la Escuela Simón. Bolívar de los carabineros.

Según indicó el magíster, “un recolector les cobraba entre 10.000 y 12.000 pesos por recoger un bulto de 40 kilos, que sumado a los canales de comercialización con los que ellos contaban, que eran intermediarios que pagaban el bulto a 18.000 pesos, afectaban su margen de ganancia”. Por tanto, este proyecto no solo fortaleció la capacidad productiva de los agricultores, sino que también promovió la confianza y el liderazgo dentro de la Asociación.

Para su investigación el magíster contó con la asesoría del profesor Alberto Martínez, de la Facultad de Ingeniería y Administración de la UNAL Sede Palmira.