martes, 12 de julio de 2016

" 2016 ENCUENTRO CON LA NATURALEZA"


Passiflora franciscoi, nueva familiar del maracuyá y la granadilla.

Esta especie hallada en la Orinoquia colombiana crece como enredadera entre los 0 y 500 metros sobre el nivel del mar, muy cerca de flujos de agua, además el dulce sabor de sus frutos forma parte de la dieta de cachamas y yamús.
Su nombre es un homenaje hecho por los investigadores de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.) Sede Palmira, al botánico y biólogo Francisco Antonio Castro Lima, quien la encontró en 2001 durante un recorrido por caños del municipio de Paz de Ariporo (Casanare).

Las ramas florecidas de una planta que permanecían suspendidas sobre la superficie llamaron su atención. “Era una liana leñosa con zarcillos y flores extremadamente blancas cuya corona de filamentos anaranjados me dejaron fascinado”, recuerda el ingeniero agrónomo Castro, quien sin pensarlo dos veces tomó ramas y flores de la planta, las prensó en papel periódico y las llevó hasta el Herbario de la Universidad de los Llanos.

Casi 15 años después de reposar en ese lugar, mientras hacían una revisión del estado actual de las passifloras (o flor de la pasión) del subgénero Astrophea (agrupa las especies arborescentes y leñosas) en los principales herbarios del país, expertos de los grupos de investigación en Recursos Fitogenéticos Neotropicales (Girfin) y en Orquídeas, Ecología y Sistemática Vegetal de la Sede Palmira, se toparon con las muestras de Francisco, y tras un análisis taxonómico concluyeron que era una especie nueva.

Passiflora franciscoi se da en tierras bajas, es decir, entre los 0 y 500 metros sobre el nivel del mar, una característica que la diferencia de sus demás familiares, que normalmente crecen por encima de los 1.500 m s.n.m.

Otro elemento que llamó la atención de los investigadores Adriana Carolina Aguirre Morales y Miguel Macgayver Bonilla Morales, es que la nueva Passiflora habita cerca de flujos de agua, cuando normalmente las especies del subgénero Astrophea se hallan en ambientes secos.

Además, destaca la profesora Creuci Maria Caetano, científica del Girfin, “la planta mide hasta ocho metros de altura. Cuando es joven su color es verde, pero en estado de madurez es marrón y tiene zarcillos con los que se prende a los árboles para buscar la luz del sol”.

El fruto, de dulce sabor, parecido a la cholupa o Passiflora maliformis (autóctona del departamento del Huila) es preferido por peces como la cachama y el yamú, que se alimentan cuando este cae y flota en el agua o lo atrapan en el aire, una vez se dan cuenta que se ha desprendido de la rama.

Potencial de estudio

Para la descripción taxonómica de Passiflora franciscoi, los investigadores de la U.N. Sede Palmira tuvieron como referente a P. candida y P. sclerophylla, especies no reportadas en Colombia, pero morfológicamente similares a la registrada.

Así, emprendieron la tarea de revisar los registros de 17 herbarios nacionales y otras 17 colecciones virtuales internacionales. En su búsqueda tuvieron en cuenta aspectos como colector, fecha de colección, estado de conservación y demás características morfológicas vegetativas y florales, así como componentes ecosistémicos y geográficos (latitud, elevación, suelo, clima, entre otros).

De esta manera, encontraron que, aunque las tres especies comparadas conservaban cierto parecido en la forma de sus hojas obovadas (elípitica, como una lágrima), las de Passiflora franciscoi son más delgadas y carnosas. “Poseen ápice (punta de la hoja), emarginado, es decir, sin forma definida”, amplían los investigadores Aguirre y Bonilla. Asimismo, el pedúnculo (el pie que sostiene la flor) es más largo que en las otras especies.

“Generalmente P. candida y P. sclerophylla presentan seis, siete o más series de filamentos que conforman la flor, pero la nueva especie tiene apenas dos; y su corona, además, es doblarinforme, es decir, se dobla”.

Según los investigadores, existen pocas referencias de Passiflora franciscoi, por ello se abre una interesante oportunidad para el conocimiento de su estado ecológico, pues al igual que sus familiares como el maracuyá, la granadilla, la gulupa o la curuba podría resultar promisoria a nivel nutritivo, productivo y ornamental. De igual manera, quizá tenga la viabilidad de proveer compuestos como passiflorinas, que especies familiares ofrecen a la industria, para elaborar antidepresivos y tranquilizantes.