miércoles, 27 de septiembre de 2023

Compuestos de hongos alucinógenos ayudarían en el campo de la medicina y la salud mental

 En el mundo existen unas 186 especies de hongos psilocibios (psicodélicos), de las cuales solo 19 germinan en Colombia, y entre las más consumidas están Psilocybe colombiana y P. cubensis. Uno de los compuestos más importantes de este tipo de hongo alucinógeno es la psilocibina, que se metaboliza como psilocina y cuyo potencial resultaría benéfico para el tratamiento de la ansiedad y la depresión.

En la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) se adelanta el Encuentro UNAL Fungi, y en la conferencia de apertura la profesora Carolina Chegwin, coinvestigadora del grupo “Química de hongos macromicetos colombianos” de la UNAL, señaló que “es necesario que en los cultivos del país se tengan las medidas necesarias para que compuestos como la psilocibina tengan la mejor capacidad de acción y calidad”.

Factores como el suelo y los sustratos presentes son determinantes en la composición de los psilocibios, pues, al igual que en los seres humanos, su metabolismo se verá afectado por lo que consumen.

Además, la cepa del hongo a tratar es fundamental, ya que esto hará que su respuesta frente a la humedad sea distinta; también se deben tener en cuenta aspectos como la luminosidad y la temperatura, por lo que será necesario evaluar el efecto si se usan elementos como luces leds de colores o con diferentes longitudes de onda.

“Es clave estudiar la composición de todas las especies de hongos del país, pues P. cubensis, que es una de las más famosas, no contiene mucha psilocina, por lo que los estudios químicos son claves para tener seguridad sobre lo que se consume, y así se aportaría al crecimiento de la industria”, explicó la experta.

El químico Sergio Urrego, CEO de la empresa de biotecnología Aitia Biotech, afirmó que “hay unas rutas cerebrales específicas llamadas 5-HT2A, en las que componentes como la psilocibina estarían teniendo efectos positivos; esto es importante porque el sistema límbico, encargado de tareas fundamentales como la memoria a largo plazo o incluso el sentido del olfato, es rico en receptores de estas rutas”.

Otras partes del cerebro en las que la química de estos hongos tendría potencial terapéutico son la corteza cerebral –que controla funciones como el pensamiento y la conciencia–, y el hipotálamo, que produce hormonas que controlan la temperatura corporal, la frecuencia cardiaca y hasta el hambre.


Pero tal vez uno de los hallazgos más importantes es que su estructura química es similar a la de la serotonina, u hormona de la felicidad, por lo que ayudaría a regular y generar tratamientos alternativos para algunos pacientes con trastornos de salud mental como la ansiedad y la  depresión. Incluso se han reportado usos en enfermedades cardiovasculares, infecciones o desórdenes genéticos.

Por su parte, Juan Pablo Yasno, asistente de innovación de Aitia Biotech, se refirió a la estructura química específica de los psilocibios, que permite que tengan el efecto deseado en quien los consume.


“Todo se debe a que compuestos como la psilocibina son triptaminas, categoría en la que también entran neurotransmisores como la serotonina o la melatonina (hormona utilizada en la regulación del sueño), por lo que conocer su composición es fundamental para determinar cómo pueden servir como tratamiento”, explica.

Así se hace necesario analizar las muestras de cada cultivo en el país, pues es la única forma en que mediante métodos especializados de laboratorio se determine la cantidad y concentración de estos compuestos y tener mayor seguridad y confiabilidad del producto.

El Encuentro UNAL Fungi, que se adelanta en el Auditorio número 1 del Edificio Aulas de Ciencias Gloria Galeano Garcés de la Sede Bogotá, tendrá numerosas conferencias sobre distintos tipos de hongos y sus aplicaciones.

Hasta el 28 de septiembre este será un espacio en el que expertos de disciplinas como la farmacología, las ciencias agrarias, la medicina, e incluso las artes, hablarán de los hongos, de su capacidad para ayudar en las tareas menos pensadas del ser humano y de la importancia de que en Colombia crezca la investigación sobre estos pequeños seres.





martes, 19 de septiembre de 2023

Con mosca soldado reducirán desperdicio de alimentos en el Valle del Cauca

 La iniciativa, impulsada por la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira y la Secretaría de Salud del departamento, se centrará en producir compostaje a partir de larvas de mosca soldado, lombrices y otros microorganismos, reducir los olores desagradables y enfrentar el desperdicio de alimentos en las plazas de mercado de la región. Dicha alianza forma parte de las estrategias de la Red Universitaria de Campus Sostenibles (Rucas).

“El proyecto se enfocará en los 33 municipios en los que la Secretaría de Salud del Valle del Cauca tiene jurisdicción directa, que incluyen aquellos de cuarta, quinta y sexta categorías; para los de otras categorías se buscará coordinar esfuerzos con las autoridades locales para lograr una intervención efectiva”, indicó Luis Hernando Cepeda López, delegado de la Secretaria de Salud Departamental en la Red Rucas.

El trabajo contará con la colaboración de la Central de Abastecimiento del Valle del Cauca (Cavasa), el punto de acopio de frutas y verduras más grande de la región. Quienes laboran allí vienen desarrollando con éxito un proceso similar con moscas soldado en las instalaciones de la plaza.

Con esta iniciativa, la UNAL Sede Palmira incentivará la producción de compostaje, el cual, además de contribuir a la gestión sostenible de los residuos orgánicos, también ofrece otras oportunidades.

“Las larvas de mosca soldado son ricas en proteínas y se pueden emplear como alimento para gallinas o peces, lo que fomentará la economía circular en la región”, informó el profesor Diego Mejía, coordinador de la Oficina de Gestión Ambiental de la UNAL e integrante de la Red Rucas.

Señaló además que primero se llevará a cabo un trabajo piloto en las plazas de mercado seleccionadas que cuenten con una zona que acopie el material orgánico para compostar en el sitio inicialmente lo que se produzca.

“Estudiantes de pregrado y posgrado de la Sede Palmira se involucrarán activamente con la supervisión de profesores con experiencia en compostaje”, anotó.

También incluirá investigaciones para determinar las mejores concentraciones de compostaje y los tipos más beneficiosos para diferentes cultivos, así como para recuperar suelos degradados por la agricultura, y por lo tanto se espera que el abono resultante rico en nutrientes, se le vuelva a entregar al campesino y a los agricultores de la región.

“Así, se contribuirá a disminuir olores y formación de plagas y otros microbios como bacterias y hongos que en algunos casos son afectan la salud humana. También se reducirá la presencia de ratas y otros roedores”, agregó el académico.

Según el delegado Cepeda, “esta iniciativa se alinea con el proyecto de Ordenanza que viene gestionando la Secretaría de Salud del Valle del Cauca para mejorar la calidad de la alimentación en cafeterías y tiendas escolares de todos los niveles educativos, además de reducir la cantidad de alimentos desperdiciados en estas instituciones”.

La Rucas está comprometida en seguir trabajando en actividades que impacten de manera positiva la región a lo largo del año. En uno de sus más recientes encuentros, que tuvo lugar en la Sede Palmira, se reunieron representantes de diversas instituciones y universidades comprometidas con la causa ambiental como las universidades Javeriana, Católica, San Buenaventura y Univalle, entre otras, además de la Secretaría Departamental de Salud.

Entre los propósitos se discutió la creación de un boletín informativo que destacará los logros y avances de los grupos focales. También se llevó a cabo un recorrido por la Sede Palmira, en el que se presentaron los servicios ecosistémicos con los que cuenta la UNAL.






martes, 12 de septiembre de 2023

"De la tristeza a la alegría" pasan nuevas variedades de aguacate resistentes a enfermedades

 La pudrición de la raíz, o “tristeza del aguacate”, provocada por el hongo Phytophthora cinnamomi Rands, es una de las enfermedades que más inquieta a los productores de aguacate, ya que debilita los árboles hasta destruirlos, generando cuantiosas pérdidas económicas. En la genética estaría la respuesta a la búsqueda de variedades más resistentes y eficaces: tres genotipos con altos niveles de tolerancia al patógeno prometen convertirse en una alternativa.

Mediante la aplicación de un novedoso método, la investigación del biólogo Yeison David López Galé, magíster en Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira, desarrollada de manera conjunta con la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria (Agrosavia), permitió identificar las mejores variedades del Banco Nacional de Germoplasma de Aguacate, resistentes a la pudrición de la raíz.

“Esta enfermedad se ha reportado en todas las zonas productoras del territorio nacional, y en los últimos años ha sido un factor predisponente para el abandono de cultivos, como ocurrió en los Montes de María, al norte del país, en donde su cobertura disminuyó en más de 60 % entre 1980 y 1990”, explica el magíster.

Pese a ello, Colombia cuenta con cerca de 80.000 hectáreas destinadas a este cultivo, del cual se obtienen 900.000 toneladas anuales, lo que proyecta al país como uno de los principales productores del mundo.

“La tristeza de aguacate impide que la planta reciba agua y nutrientes, por lo que termina marchitándose hasta la muerte; su fuerza letal es tal, que puede acabar con el 50 % de las plantaciones”, anota el investigador, quien desarrolla este trabajo desde hace seis años junto a Agrosavia.

Se trata de una problemática que exige pensar en los pequeños y medianos productores, que son quienes más necesitan de la tecnología para poder ser más competitivos frente a mercados tan fuertes como el mexicano.

“En la actualidad la enfermedad se trata mediante el uso indiscriminado de productos de síntesis química de alta toxicidad, los cuales no solo son ineficientes para el control de la enfermedad, sino que además ocasionan incremento en los costos de producción y generan graves impactos ambientales”, señala.

De hecho, en su opinión, “la pepa del problema radica en un inadecuado manejo porque su tratamiento se limita a una sola estrategia y también por la falta de un diagnóstico acertado del agente causal”.

La respuesta está en la genética


Para la investigación se evaluaron 7 genotipos o variaciones genéticas nativas del Banco Nacional de Germoplasma de Aguacate de Agrosavia, de la especie Persea americana, una de las más consumidas en el país.

Primero se estandarizó una metodología de propagación clonal que permitió contagiar las raíces de los aguacateros con el hongo, y a diario se documentó la aparición de síntomas de la enfermedad a través de la identificación de clorosis (amarillamiento), marchitez, muerte de tallos y pudrición radicular.

Con dicha metodología también se utilizó semilla sexual, es decir la pepa del aguacate, como patrón nodriza o portainjerto temporal, para incrustar la variedad que se quiere clonar. Cuando el injerto o la yema prendieron, las plántulas se llevaron por 20 días a un cuarto de etiolación o cámara oscura para acelerar su crecimiento.

Después las plántulas se trasladaron a condiciones de vivero, en donde a la base del tallo se le aplicó etiolado, que son reguladores de crecimiento, con el propósito de estimular su enraizamiento. Para que el patrón clonal enraíce de forma adecuada se necesitan 5 meses.

Así se identificaron 3 genotipos de aguacate con altos niveles de tolerancia o resistencia al patógeno, los cuales se proponen como selecciones promisorias para su uso como portainjertos o patrones clonales: BGA0216, BGA0080 y BGA0122, según la nomenclatura de Agrosavia.

“Ahora queremos realizar una segunda injertación la de la variedad comercial. Aquí determinamos que es una planta clonada, tanto en la parte de la copa (injerto) como en el portainjerto (patrón), para lograr identidad genética por ambos lados”, anuncia el magíster.

También confirmó la alta susceptibilidad de cultivar aguacate Hass como patronaje para producir material de siembra, pues en la investigación se determinó que no es recomendable debido a la alta susceptibilidad que tiene de contagiarse de la enfermedad. En ese sentido, el magíster ajustó y validó la metodología de propagación clonal para evaluar el aguacate por primera vez en el país.







viernes, 8 de septiembre de 2023

Emulsión de eucalipto y neem mitiga dañina acción de la roya del café

 Los extractos y aceites esenciales obtenidos de neem y eucalipto demostraron tener capacidad para controlar hongos como Hemileia vastatrix, causante de la roya del cafeto (Hemileia vastatrix); también la gotera u ojo de gallo (Omphalia flavida) y el mal rosado (Corticium salmonicolor). Aunque hasta ahora las pruebas son de laboratorio, el avance en este desarrollo pensado para los caficultores del Caribe es prometedor.

El material vegetal se cosechó en predios de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede de La Paz, y con este los investigadores elaboraron una emulsión, es decir un producto de origen biológico, o bioinsumo, que se podría convertir en un apetecido aliado de los cultivadores de café.

Las enfermedades fúngicas, o sea las producidas por hongos, son una gran problemática que se debe solucionar de forma eficaz. Para combatirlas se utilizan diferentes agroquímicos en diferentes fases del cultivo del café con diferentes niveles de toxicidad. La propuesta de los estudiantes de la UNAL Sede de La Paz apuesta por ser sostenible.

Los estudiantes de Ingeniería Biológica de la UNAL Luis Alberto Ballesteros Umaña y Anahy Desireth Rodríguez Ovalle, creadores de esta iniciativa, explican que “los aceites esenciales se obtuvieron mediante la técnica de hidrodestilación, que consiste en sacar el aceite esencial de una planta aromática mediante vapor saturado a presión atmosférica”.

“Los extractos se lograron por medio de extracción sólido-líquido por maceración con solvente asistida por ultrasonido, método ampliamente utilizado para la obtener compuestos bioactivos, ya que es un método fácil de usar, con bajos tiempos de extracción, sostenible con el medioambiente, altos rendimientos y selectividad”.

“Para las emulsiones utilizamos una técnica conocida romo emulsificación espontánea a altas revoluciones, variando la relación fases acuosa y oleosa. La evaluación de la capacidad para ‘atacar’ los hongos se realizó mediante la difusión en agar con disco”, explica el estudiante Ballesteros.

El profesor Diego Camilo Durán García, de la Sede de La Paz, asegura que “con este aporte, el interés es impactar a pequeños y medianos productores que compran insumos de síntesis química que están contaminando el medioambiente y que casi en un 100 % son importados”.

“Desde los programas de Ingeniería Biológica y Biología de nuestra Sede vemos un potencial en usar la biodiversidad de manera sostenible; es decir, las múltiples plantas que crecen en el Caribe con principios activos que pueden actuar igual o mejor que un producto de síntesis química, y además son de bajo costo”, detalla.

El proyecto, que buscará ser patentado, continuará con la realización de ensayos de campos para continuar midiendo la eficacia del producto.

Según la Federación Nacional de Cafeteros (Fedecafé) la producción de café en Cesar, La Guajira y Bolívar está localizada en 31 municipios, en donde se estiman 10.337 familias, la mayoría de ellas pequeñas cultivadoras de este prodigioso grano.


En esta región la caficultura se localiza en tres ejes montañosos de importancia ambiental para Colombia. Es importante resaltar que el café que se produce en la Sierra Nevada de Santa Marta es de gran importancia sociocultural ya que pueblos indígenas arhuacos, kankuamos, kogüis y wiwas trabajan en conjunto con caficultores cesarenses y guajiros para producir cafés tipo orgánico y comercial.






martes, 5 de septiembre de 2023

Identifican bacterias benéficas para controlar enfermedades del ají y del pimentón

 Investigadores encontraron bacterias en plantas de ají y pimentón, entre ellas 4 con potencial para control biológico y 8 fitopatógenos o dañinas; de estas, 6 no habían sido reportadas y pueden atacar hojas, tallos, raíces y frutos de las plantas y causar daños en su crecimiento.

Para el estudio, los investigadores colectaron tejido de plantas de ají y de pimentón en 17 cultivos distribuidos en los principales municipios productores del Valle del Cauca, entre ellos La Unión, Cerrito, Palmira, Candelaria, Restrepo y El Dovio; a partir de estas muestras caracterizaron los 69 aislamientos, de los cuales 4 son benéficos.

Sin necesidad de usar agroquímicos y antibióticos, las bacterias benéficas ayudan desde la misma planta a mantener un equilibrio natural en el entorno, protegiéndola de enfermedades y promoviendo su vigor de una manera más amigable con el medioambiente, los suelos y la salud humana.

Otro aporte destacado del hallazgo son las 6 especies que no habían sido reportadas en el país, las cuales afectan los cultivos de ají y pimentón, ya que pueden atacar diferentes partes de las plantas como hojas, tallos, raíces y frutos, y causar daños en su crecimiento, desarrollo y producción. Por tanto, estos descubrimientos marcan un avance importante para la industria agrícola y la seguridad alimentaria.

Durante siete años, la ingeniera agronómica Ángela Liliana Rivera Calderón, candidata a Doctora en Ciencias Agrarias, adelantó su estudio “Caracterización morfológica y molecular de bacterias asociadas Capsicum spp. en el Valle del Cauca-Colombia”, trabajo dirigido por los profesores Mario García Dávila y Eyder Daniel Gómez López, de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira.

Para entender mejor su naturaleza y sus funciones, las bacterias halladas se caracterizaron en los laboratorios de Diagnóstico Vegetal y de Biología Molecular por su forma, comportamiento en el medio de cultivo, reacciones químicas, metabolismo y nivel molecular.

“Encontramos especialmente Bacillus spp., bacterias grampositivas de bacilares que forman endosporas muy resistentes a las condiciones ambientales adversas. Algunas son beneficiosas y se utilizan en la producción de alimentos, en la industria y en la medicina, mientras que otras, como B. anthracis, pueden ser patógenas y causar enfermedades en plantas, animales y humanos”, informó la investigadora.

Aunque el ají es una hortaliza originaria de América, hoy varios países de otras latitudes lo cultivan, pues durante la conquista y colonización fue llevado a España y Portugal, y por su exquisito y picante sabor empezó a ganar reconocimiento y a distribuirse por el mundo.

Aunque actualmente el país que más cultiva ají es China, Estados Unidos y México también destacan con un potencial de crecimiento en términos de nutrición y de industrialización.

En Colombia se producen cada año alrededor de 100.000 toneladas de ají en cerca de 8.000 hectáreas de cultivo, con Antioquia, la Costa Atlántica, Cundinamarca y Valle del Cauca como los principales productores.

La investigadora, quien próximamente participará en el Concurso Tesis en Tres Minutos (3MT) organizado por la UNAL, considera que “la combinación de un enfoque integral en el manejo de cultivos de ají, junto con la incorporación estratégica de bacterias benéficas, ofrece una vía prometedora para mejorar la productividad agrícola y mitigar el impacto ambiental mientras se satisfacen las demandas crecientes de alimentos de alta calidad de manera responsable y sostenible”.

Ahora trabaja en el reporte de las nuevas especies de bacterias encontradas en el estudio, el cual fue posible gracias al Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (antes Colciencias) y al sistema de información Hermes, además de la investigación, extensión y los laboratorios de la UNAL.








lunes, 4 de septiembre de 2023

Agroecología urbana y arquitectura también son esenciales para la soberanía alimentaria

 Cilantro, cebolla, lechuga, espinaca, maíz, tomate de árbol, papa y arveja figuran como ingredientes para la futura cocina comunitaria que se construirá en Pinares de Oriente, en la comuna 8 de Medellín. Esta iniciativa, que busca generar empleo y sostenibilidad, está respaldada por 12 líderes huerteras que han comprendido la importancia del uso del suelo para tomar decisiones dirigidas al bien común.

Pinares de Oriente está ubicada sobre la periferia del cerro Pan de Azúcar, en donde viven cerca de 210 familias, la mayoría campesinos desplazados por el conflicto armado y sin muchas oportunidades laborales en la ciudad, por lo que, aprovechando su conocimiento, han decidido disponer de pequeñas parcelas que les permitan tener acceso a alimentos básicos.

Sin embargo, pese a haber establecido un modelo de soberanía alimentaria, luego de entrevistas, fotogalerías y talleres participativos sobre comercio justo, utilización de espacios y aprovechamiento de recursos, se evidenció la falta de un lugar adecuado para implementar nuevas estrategias comerciales demandadas por las huerteras de la comunidad.

Isabela Coronado Magalhães, arquitecta de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Medellín, identificó la relevancia de la agro-ecología en la construcción social del hábitat popular y cómo la gestión de estos entornos puede crear alternativas sostenibles.

“Se busca comprender el uso del suelo más allá del cultivo, es entenderlo desde la producción de los espacios vacíos, de cómo cada parcela o tierra puede generar una acción en pro del desarrollo”, menciona la arquitecta Coronado, quien recuerda el caso de la Casa Vivero Jairo Maya, edificio de madera de dos pisos cooptado durante años por organizaciones armadas y que se convirtió en un espacio apropiado por víctimas del conflicto de la comuna 8 como un espacio destinado a la memoria y la reconstrucción del tejido social mediante la realización de muestras culturales y sociales del territorio.

Esta transformación también lideró la construcción de 50 huertas en el barrio, cambiando la percepción de los espacios vacíos. Aquí los residentes aplican su conocimiento agrícola en pequeñas parcelas en terrazas escalonadas, con un ángulo de 15° para un drenaje eficiente. Esto previene inundaciones en épocas de lluvia, y la disposición de los tejados sobre las casas asegura que los alimentos reciban luz natural.

Además las lideresas se dedican a elaborar conservas y arepas, venden almuerzos, plantas de sus viveros, gallinas y conejos, artesanías y sillas de madera, lo que les sirve para mantener un ciclo productivo agroecológico en un entorno urbano.

El área disponible para este espacio consta de un lote de 40 m2 de formato triangular con estructura de cubierta a dos aguas que ocupa alrededor del 60 % del área total. Está conformada por columnas de madera, guadua, listones y tejas de zinc, todo en condiciones muy precarias.

La propuesta de cocina de la arquitecta de la UNAL ofrece la posibilidad de ubicar un lavamanos, un fogón de leña y uno solar, un enfriador de arepas, un depósito de leñas, una banca y un lavadero, todo esto sobre unas zapatas o soportes para el pórtico perchado de guadua y una cubierta en zinc; también contará con una zona de almacenamiento y encerramientos horizontales translucidos para el paso natural de la luz.

La mayoría de los materiales son reutilizables o reciclables identificados por la comunidad. Para ello se realizaron talleres pedagógicos en los cuales, entre otras acciones, por ejemplo, a partir de materiales tomados del mismo suelo, se fabricaron adobes secados al aire libre con arcilla para las primeras estufas de la cocina.

La arquitecta menciona que, “en el hábitat popular, los habitantes aplican un modelo que promueve el desarrollo urbano sostenible, la convivencia y la supervivencia, convirtiendo suelos sin propiedad en urbanización, infraestructura, empleo y equipamiento”.



 





viernes, 1 de septiembre de 2023

Nuevo registro de orquídea terrestre para el Valle del Cauca

 Hace dos años, explorando la reserva Zanjón Zamorano, cerca de los bosques de Belén en Palmira (Valle del Cauca), estudiantes del Semillero de Investigación en Orquídeas y Ecología de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) hallaron una espiga de tallo alargado con unas 40 diminutas florecitas blancas que llamó su atención y dio inicio al estudio que hoy permite el registro de Microchilus riopalenquensis, orquídea terrestre nativa de Ecuador, Colombia y Perú que crece en guaduales y zonas boscosas.

El registro de M. riopalenquensis para Valle del Cauca aporta a la formación científica y al conocimiento de la riqueza botánica del país. Su hábitat se caracteriza por la humedad, pues se encuentra en los tres países andinos en zonas específicas poco intervenidas por el hombre como bosques, guaduales y áreas con abundante hojarasca, ubicadas por debajo de los 2.000 msnm.

Aunque en Colombia se había observado antes en las riberas del río Magdalena a su paso por Tolima, su registro no se había confirmado y hasta la fecha había pasado desapercibida en Valle del Cauca.

Por ser tan pequeña esta orquídea no se comercializa, pero sí es de alto interés para coleccionistas y científicos ya que se trata de una especie terrestre y nativa que crece en terrenos difíciles y que sin los cuidados apropiados se puede secar y no resistir en el tiempo.

Los estudiantes destacan su importancia por el papel que cumple en el ecosistema como posible bioindicador de la salud ambiental y la biodiversidad. De hecho, “por su posible uso en la restauración ecológica” en Perú forma parte de una lista de especies que no se pueden comercializar para evitar su desaparición.

Con la colaboración del profesor Joel Tupac Otero Ospina, líder del Semillero de Investigación en Orquídeas y Ecología, los estudiantes lograron hacer el reconocimiento taxonómico detallado y la comparación con especies similares, así como la descripción en el Herbario de la UNAL Sede Palmira, esfuerzo que resultará en un artículo científico próximo a ser publicado.

La verificación de que sí se trataba de M. riopalenquensis se logró hasta hace dos meses, gracias a la confirmación del experto australiano en orquídeas Paul Ormerod, quien recibió las imágenes y datos registrados durante los dos años de estudio.

“Su conocimiento en este género de orquídeas fue crucial para validar la identificación y clasificación de la nueva especie”, señala la estudiante de Ingeniería Agronómica Silvia Catalina Delgado Calderón, integrante del semillero, al explicar que “la flor es la parte principal para identificar una orquídea”.

Los investigadores realizaron el estudio en una parcela experimental de 25 m2 en bosques de Belén; para hacer el análisis y la caracterización de la orquídea subdividieron el espacio en 25  cuadrantes y a lo largo de estos dos años su población aumentó de manera significativa al pasar de 150 a casi 300 individuos en la actualidad.

Para el ingeniero agrónomo Diego Rodríguez “esto significa que hay una actividad del polinizador muy importante”, y por lo tanto están trabajando en identificar la especie que poliniza esta orquídea para garantizar su conservación.

El trabajo de campo también se extendió a huertas urbanas y comunitarias de Cali, en donde realizaron observaciones detalladas y se recopilaron más datos sobre la distribución y el hábitat de esta especie.

Por su parte, el profesor Otero resalta el valor de esta investigación en la formación científica: “el proceso de descubrimiento les ha brindado a los estudiantes la oportunidad de desarrollar habilidades de investigación fomentando el pensamiento crítico y el trabajo en equipo”.

También se refirió a la relevancia botánica del hallazgo, pues la identificación y clasificación de M. riopalenquensis enriquece el conocimiento botánico del país y contribuye a entender la biodiversidad vegetal en el Valle del Cauca y en general en Colombia.


La ubicación de esta especie en una zona que antes era considerada como un “desierto de orquídeas” ha sido una grata sorpresa que demuestra que aún en contextos adversos y alterados por actividades humanas la naturaleza revela su capacidad para prosperar en condiciones adversas