miércoles, 28 de julio de 2021

Pulgones de ají se controlarían con plantas refugio para insectos

 Plantas refugio para preservar avispas, sírfidos –moscas de las flores– y mariquitas –enemigos de los áfidos o pulgones– serían una alternativa sostenible para controlar estos insectos y disminuir las grandes pérdidas en la producción de ají.

Así lo evidenció ingeniera agroforestal Clara Inés Melo Cerón, candidata a doctora en Agroecología de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira, en un estudio dirigido por la docente María R. Manzano, del Departamento de Ciencias Agrícolas, para sentar las bases de un programa de control biológico de conservación más sostenible.

Los pulgones son considerados como uno de los principales enemigos de los cultivos de ají, ya que transmiten virus fitopatógenos (infección o enfermedad) que afectan la producción de ají.

Pueden causar dos tipos de daños: uno, que succionan la savia de los tejidos de la planta, especialmente de hojas, produciendo síntomas en ella, y el otro, que transmiten el virus al resto del cultivo, disminuyendo su desarrollo y calidad, por lo que puede causar pérdidas de hasta el 100 % de la producción.

Según la investigadora, los agricultores recurren al uso de plaguicidas de síntesis química para cuidar los campos, por lo que el equipo investigador indagó sobre el empleo de la conservación para contrarrestar esta plaga en diferentes tipos de cultivos.

“El control biológico de conservación busca fortalecer lo que se encuentra en el ecosistema, es decir, no se trata de liberar insectos buenos o enemigos naturales, sino de caracterizarlos, estudiar de qué se alimentan y las plantas donde se mantienen para tratar de fortalecer ese sistema”, explica la ingeniera.

Estudio y combate

Para su estudio, el equipo investigador visitó cerca de 70 hectáreas de cultivo de ají tabasco, cayenne, habanero y jalapeño en las zonas norte, centro y sur del Valle del Cauca, que forman la tercera parte del área de producción del departamento. También entrevistaron a unos 30 agricultores para determinar cómo los afectan estos insectos en sus fincas.

Durante 8 meses muestrearon a los áfidos hallados en las zonas, a cuatro familias de enemigos naturales de estos (Coccinellidae o mariquitaChrysopidae o crisopaSyrphidae o sírfido y Braconidae o avispa) y sus plantas hospederas –cultivadas y no cultivadas como arvenses– para determinar la estructura de redes tróficas que suprimen a los áfidos.

Luego, con el índice de servicio de control biológico (SCB) evaluaron cómo funciona la conservación en cultivos con paisajes complejos, en los que su área de plantas no cultivadas tiene la mayor parte del uso de suelo, y paisajes simples, en los que el cultivo está rodeado de otros monocultivos como los de caña.


Primero hallaron tres tipos de plantas: marihuana macho, pasto Johnson y maíz, que tendrían una amplia diversidad de recursos alimenticios (presas u hospederos alternos, polen) y refugio para los enemigos naturales que se derraman hacia el cultivo de ají y realizan el control biológico natural.

De ahí, la investigadora encontró que en el paisaje complejo de algunas fincas hay mayor diversidad de enemigos naturales que llevan a una menor abundancia de pulgones, a diferencia de los cultivos de paisaje simple.

“El paisaje complejo de un cultivo en Yotoco mostró varias plantas no cultivadas que alimentan a los enemigos naturales y reflejó una menor presencia de áfidos, mientras que en una finca de paisaje simple en Rozo la población de estos insectos fue muy alta por estar rodeado de caña y zona urbana, sin plantas no cultivadas”, explica.

En otra evaluación de paisaje complejo con plaguicidas descubrieron que “el control biológico de conservación de los insectos enemigos es efectivo en ambos, pero incrementa sin aspersión de plaguicidas”.

La ingeniera resalta que aunque este control se puede aplicar en varios tipos de cultivo de ají, los enemigos naturales de un cultivo no necesariamente están en los demás, por lo que se debe caracterizar el agroecosistema y con ello desarrollar el programa de control.

Alternativa más sostenible y económica

La investigadora destacó que es indispensable conservar este tipo de hábitats, pues “la cantidad de áfidos es mayor en los cultivos donde no hay plantas ni enemigos naturales que en donde sí los hay”.

“Es un servicio que nos presta la naturaleza, nosotros no tenemos que hacer inversión económica, es una cuestión de cuidado. Sin embargo en el escenario mundial está muy poco valorado pese a que puede entregar una producción más sostenible”, agregó.

También reitera que es necesario acompañar a los agricultores en la apropiación de estos conocimientos, ya que de practicarse un control biológico eficiente también podrían mejorar las condiciones social, económica, técnico-productiva, ecológica y sociocultural de los productores de ají.

El proyecto se elaboró con el grupo de investigación Interacciones Tritróficas de la UNAL Sede Palmira y fue financiado por Colciencias, el Centro de Investigación e Innovación en Bioinformática y Fotónica (CiBioFi) y la UNAL.

 






miércoles, 21 de julio de 2021

Desde frijoles de cejas hasta arroz 'perdido': los bancos comunitarios de semillas protegen los cultivos de China

 A pesar de ser relativamente nuevos en China, los bancos de semillas dirigidos por la comunidad son un recurso valioso para la conservación de la biodiversidad agrícola. Por primera vez, los investigadores han proporcionado un resumen completo de los servicios prestados por 27 bancos de semillas en todo el país.

"Plante cien tipos de cultivos"

La aldea de Wangjinzhuang está ubicada entre las empinadas laderas de las montañas del sur de Taihang en la provincia de Hebei, China. Para prosperar en el clima del norte, los aldeanos han desarrollado una estrategia probada y verdadera: "usar la tierra para plantar cien tipos de cultivos y no depender del cielo". Sus campos contienen mijo rojo, sorgo blanco, frijoles morados y verdes y rábanos amarillos. Habiendo sobrevivido durante más de mil años, esta agrobiodiversidad es una piedra angular vibrante del patrimonio agrícola de la aldea que es demasiado valiosa para perderla.

En un esfuerzo por combatir la menguante diversidad de cultivos en China (el Ministerio de Agricultura descubrió que de 11.590 variedades de cultivos de cereales plantadas en el país en 1956, solo quedaban 3.271 variedades en 2014), el gobierno ha reforzado su sistema de bancos de germoplasma nacionales, además de emitir recientemente recomendaciones de política. Estos están dando pasos positivos hacia la conservación a gran escala; sin embargo, se ha prestado relativamente poca atención al papel de los 260 millones de agricultores del país que han salvado, utilizado y contribuido a la evolución de diversos cultivos locales durante siglos.

Los servicios prestados por los bancos comunitarios de semillas de China han sido documentados, posiblemente por primera vez, en un artículo publicado recientemente en Frontiers in Sustainable Food Systems . Se encuestó a 27 bancos de semillas para comprender su capacidad para satisfacer una amplia gama de necesidades, con implicaciones positivas para la resiliencia climática, la mejora de los medios de vida de los agricultores y una mayor seguridad alimentaria.

Bancos de semillas al estilo chino

El banco de semillas de la aldea de Wangjinzhuang, uno de los estudios de caso cubiertos por el artículo, ha crecido rápidamente desde que una asociación de agricultores local lo estableció en 2019. Ahora dirigido por 43 miembros, 26 de los cuales son mujeres, el banco de semillas tiene muestras viables de más de cien variedades de cultivos, incluidos granos esenciales como el mijo y 82 variedades tradicionales. Los miembros han organizado parcelas de multiplicación y estipulan que por 1 kg de semillas retiradas, deben devolverse 1,5 kg. Esto, combinado con la orientación de los fitomejoradores y una escuela de campo para agricultores, asegura un suministro futuro de semillas que continúan evolucionando para cumplir con las condiciones ambientales locales.

En otras partes, en la provincia de Jiangsu (una región con 6.000 años de cultivo de arrozales), el desarrollo económico y la agricultura a gran escala han agotado muchos cultivos acuáticos. Pero, impulsados ​​por la creciente demanda de los consumidores de alimentos saludables y sostenibles, los agricultores han comenzado a volverse hacia variedades tradicionales de arroz más diversas, como el Suyunuo, un arroz pegajoso aromático que había estado abandonado durante más de dos décadas. Esta diversidad de cultivos 'perdida' se está reintroduciendo en una granja orgánica respaldada por un banco comunitario de semillas. El banco de semillas comunitario facilita el intercambio de semillas de agricultor a agricultor y aporta nueva diversidad al área a través de muestras obtenidas de un banco genético público regional. Sin embargo, los agricultores se dieron cuenta de que ya no sabían cómo cultivar Suyunuo para obtener los mejores resultados.

El autor del artículo, el Dr. Yiching Song, de la Academia de Ciencias de China, encabezó la Farmer Seeds Network, una iniciativa nacional que organizó muchos bancos de semillas. Ella reflexiona:

“Los bancos comunitarios de semillas fomentan el intercambio de semillas y conocimientos dentro y entre las comunidades rurales, entre las comunidades rurales y los sectores formales de conservación y semillas; y agregar valor a la diversidad de cultivos locales a través de nuevos vínculos con los mercados y las ciudades ".

Crecimiento de bancos de semillas en China y más allá

Los investigadores enfatizan la necesidad de políticas para reconocer el papel complementario de los bancos comunitarios de semillas dentro del sistema nacional de conservación y estandarizar los procesos para el almacenamiento de semillas y la distribución de beneficios. El Dr. Song señala que un sistema formal de incentivos y recompensas "alentaría a las comunidades de agricultores a establecer bancos comunitarios de semillas y trabajar junto con los fitomejoradores y otros investigadores para cuidar la rica agrobiodiversidad de nuestro país".

Se puede obtener más apoyo para desarrollar bancos de semillas mediante la capacitación organizada. Ronnie Vernooy es científico de la Alianza de Bioversity International y CIAT , que fue parte del establecimiento del primer banco comunitario de semillas de China en 2010. Desde entonces, dice,

“La Red de Semillas de Agricultores, utilizando nuestros manuales de capacitación desarrollados para facilitadores y agricultores, ha realizado un trabajo notable permitiendo a los agricultores abrir nuevos bancos comunitarios de semillas en toda China. Este es un paso importante y emocionante en la construcción de sistemas de semillas más resilientes ".





viernes, 16 de julio de 2021

Cebolla larga se produce mejor con policultivos

 Sembrar cebolla larga o en rama, acompañada de otros cultivos como papa, lechuga o zanahoria, contribuye a la biodiversidad de los agro-ecosistemas, ya que amortigua los efectos perturbadores en el suelo, entre otros beneficios.

Este ha sido uno de los principales hallazgos del proyecto “La producción más limpia de cebolla de rama (Allium fistulosum), como alternativa a la conservación de los servicios ecosistémicos generados en el corregimiento de Tenerife, el Cerrito, Valle del Cauca”, que se adelanta en la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira.

El profesor Diego Iván Ángel, coordinador del proyecto, explica que “los policultivos son una práctica que consiste en la plantación de diferentes especies en el terreno, ya sea en forma intercalada o en franjas”.

Menciona además que el propósito de la iniciativa es profundizar en el uso de policultivos, su aporte al cuidado del suelo y su fertilidad, la prevención de plagas y la producción.

Así, con la participación de agricultores y algunos profesores y estudiantes del Colegio Agropecuario, se están evaluando en el corregimiento de Tenerife diversos manejos ecológicos: policultivos, controles biológicos y abonos orgánicos como alternativa al uso de pesticidas de síntesis petroquímica y gallinaza no compostada, para contribuir a la conservación del suelo, el agua y la salud de los campesinos.

Sembrar agrodiversidad

Según el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, la producción de hortalizas –conformada por más de 30 tipos de cultivos, entre los cuales destacan: cebolla de rama, arveja, tomate, cebolla de bulbo, zanahoria y ahuyama– proviene de la economía campesina y genera anualmente cerca de 350.000 empleos totales, alrededor de 117.000 directos y 233.000 indirectos.

Entre otros cultivos, El Cerrito cuenta con 460 hectáreas de cebolla en rama o larga, la mayoría se produce en el corregimiento de Tenerife mediante monocultivos.

En el desarrollo del proyecto, el equipo compartió con estudiantes de últimos años de bachillerato, con quienes estableció tres parcelas para sembrar cebolla acompañada de papa, perejil, lechuga y zanahoria.

El profesor Ángel explica que utilizaron dos métodos de siembra: intercalado (sembrar una línea de una especie y luego una línea de otra especie) y en franjas (sembrar 4 - 5 líneas de un tipo, luego sembrar otras 4 - 5 líneas de otro tipo) con diferentes distancias entre líneas entre 40-90 cm”.

Antes de la llegada de la pandemia, el seguimiento a las parcelas confirmó que tanto el suelo como el mismo sistema de siembra redujo su vulnerabilidad a enfermedades específicas e insectos plaga, lo que permitió obtener mayor variedad y calidad de los cultivos.

El docente destaca además que “pese a que hubo un decrecimiento en la producción individual, hay un mayor aporte a la soberanía alimentaria de los campesinos y sus familias y a la conservación de los servicios ecosistémicos de la región, algo que no permiten los monocultivos”.

Agrodiversidad para reducir vulnerabilidad

Agregó que “la mayoría de los agricultores colombianos aún rechazan los policultivos, pues los consideran inconvenientes por reducir la cantidad de producción y los ingresos por su venta”.

Pese a ello, los expertos recomiendan propiciar con las comunidades campesinas la investigación acción-participativa en función de la importancia de la agrodiversidad, que resalte sus ventajas para los agro-ecosistemas, pues además de lo mencionado permite prevenir efectos negativos del cambio climático.

El ingeniero agrícola Juan Carlos Ortiz, magíster en Ciencias Agrarias de la UNAL Sede Palmira e integrante del proyecto, explica que “una mayor biodiversidad en los agro-ecosistemas puede mitigar las precipitaciones y la temperatura ambiental, además de la proliferación de enfermedades, como aquellas que atacan las hortalizas: pudre y amarillitis”.

El proyecto se adelanta en el marco de la convocatoria de extensión solidaria de la UNAL Sede Palmira “Regiones y comunidades sostenibles”, y cuenta con el apoyo de los profesionales Juan Carlos Ortiz y Daniela Cubillos, del Grupo de investigación en Agroecología.







lunes, 12 de julio de 2021

Hojas de badea: eficientes para el tratamiento de la hipertensión

 Después de una serie de pruebas de laboratorio, las hojas de badea (Passiflora quadrangularis L.), planta familiar de la granadilla y el maracuyá y autóctona del Huila, mostró ser efectiva en el control de la presión arterial alta (o hipertensión), afección que padecen alrededor de 4 millones de personas en Colombia.

La licenciada en Química Lesly Lizeth Bareño Ariza, doctora en Ciencias Farmacéuticas de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), advierte que pese a sus hallazgos todavía hace falta realizar más ensayos y otros estudios preliminares para que su uso en humanos sea posible.

Sin embargo, señala que tradicionalmente las comunidades suelen usar las hojas o la fruta de esta planta en tratamientos no farmacológicos como analgésico, para tratar problemas de colesterol, hígado y como descongestionante.

“Siempre me interesó la farmacología aplicada a plantas y animales, y también me pareció interesante analizar cómo se pueden aprovechar las propiedades de los productos naturales, o cómo podíamos enlazar lo que nos ofrece la naturaleza con el ámbito científico”, detalla.

Para su estudio, la doctora Bareño extrajo las hojas de la planta de badea y las evaluó, las revisó diariamente, y se reevaluaron 3 dosis del extracto de las plantas y el efecto que este tenía en la presión arterial de animales sanos, en este caso un modelo murino, es decir ratones.

Explica que “se hicieron análisis para confirmar si la presión era derivada de la presencia del endotelio a nivel vascular. Hicimos una evaluación de los posibles mecanismos que pudiera tener este extracto, y encontramos que se trata de una planta que, a nivel sistémico, reduce la presión vascular”.

Según la investigadora, el examen microscópico de tejidos a los animales enfermos (histopatológico) evidenció un efecto favorable sobre la reducción del remodelado vascular (un proceso de alteración estructural en las células).

Explicó además que “encontramos que la planta tiene una gran variedad de metabolitos conocidos por tener diversos efectos farmacológicos, como los “germanos” –reconocidos por producir relajación vascular–, nabonides, entre otros metabolitos, que hacen la planta útil tanto para enfermedades vasculares como para otro tipo de afecciones”.

La recolección de muestras de la planta se realizó en una vereda cercana al municipio de Algeciras (Huila), y su análisis farmacológico se hizo con el apoyo de la Universidad de Salamanca (España) y con el Grupo de Fisiología de la UNAL.

Adelanta que se está todavía en ensayos pre-clínicos y que faltarían otras pruebas determinar cuál es el mecanismo que se utiliza para la reducción de la hipertensión en humanos.

Alternativa para una enfermedad común

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las enfermedades cardiovasculares son la causa número 1 de muerte en el mundo, y están asociadas con factores de riesgo como la dislipidemia, diabetes mellitus, tabaquismo, obesidad, enfermedad arterial periférica, hipertensión e insuficiencia renal.

La entidad también señala que en el mundo hay cerca de 1.130 millones de personas que padecen hipertensión, 1 de cada 4 hombres y 1 de cada 5 mujeres, y al menos 10,3 millones de muertes fueron consecuencia directa de esta.

Como la hipertensión arterial es una enfermedad crónica, su tratamiento requiere del uso prolongado de fármacos con diversos grados de reacciones adversas que incluyen sedación, trastornos de la concentración mental, hipotensión (presión arterial más baja de lo normal), insuficiencia renal aguda, hipercalcemia (alto nivel de calcio en la sangre), tos seca y angioedema (irritación que causa inflamación de la piel similar a la urticaria), entre muchos otros, por lo que es necesario buscar nuevas fuentes terapéuticas con menos efectos adversos.

El género de Passiflora consta de alrededor de 500 especies, la más grande es la familia Passifloraceae (flor de la Pasión) de la cual Colombia es el país con mayor biodiversidad, con 170 especies descritas entre silvestres y cultivadas.

La investigadora señala que las passifloras son reconocidas en muchos países por su amplio uso en la medicina popular y alopática y generalmente sus preparaciones farmacéuticas se emplean como sedantes, ansiolítica y antiinflamatorias, aunque también se emplean con fines diuréticos, analgésicos, antipiréticos, antioxidantes, antiespasmódicos, antihelmínticos y antihipertensivos, entre otros”.







viernes, 9 de julio de 2021

Cultivos de mora en el Valle, en riesgo por brechas tecnológicas

 La carencia de viveros certificados, los bajos precios de venta de la fruta y la falta de innovación en la agroindustria son algunas de las problemáticas que afectan a esta cadena productiva en el del Valle del Cauca.

Afectaciones como estas son los “cuellos de botella” o ‘brechas tecnológicas que identificó un estudio elaborado por la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) junto con la Alianza Bioversity-CIAT.

Según la ingeniera agrícola Miryan Janeth García, de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Bogotá y una de las autoras del estudio, la cadena de la mora presenta dificultades en sus cinco eslabones: insumos y material vegetal; producción primaria; comercialización primaria; transformación, y mercados.

En la investigación, desarrollada en 2018 con la cadena de la mora en el Valle del Cauca, se analizaron las condiciones de producción y comercialización y las oportunidades en el mercado, en un trabajo participativo con las asociaciones de productores, comercializadores y la agroindustria, para hallar las principales dificultades que impactan en la competitividad del sector.

Según el Acuerdo de Competitividad del 2015 de la Cadena Nacional de la Mora, “el consumo per cápita anual de esta fruta en Colombia está en 1,65 kg, mayoría consumida en fresco. El 55 % de la producción se ofrece en fresco en las plazas, supermercados, etc., y solo el 10 % va a la agroindustria para pulpas, mermeladas y barras de cereal, entre otros productos”.

Rastreo de problemáticas

En cuanto a insumos y material vegetal: “en el Valle del Cauca no existen viveros certificados que provean material de propagación inocuo de mora, que garantice que está libre de enfermedades y patógenos. Los productores sacan las semillas de sus propias fincas”. Otro contratiempo es el incremento del precio de los agroinsumos para la producción y el bajo capital de trabajo de los agricultores”, destaca.

Así mismo, en zonas de producción como en Buga, Tuluá, Trujillo, Versalles y Guacarí se adolece de mano de obra para realizar las diferentes prácticas que exige el cultivo, como poda y recolección de la fruta. Además, es necesario implementar sistemas de producción más limpios que contribuyan a la conservación de la biodiversidad de las zonas de ladera y que beneficien al consumidor final”.

Esto último adquiere mayor importancia en el mercado, pues tras visitar algunos supermercados de Cali, la investigadora descubrió que la fruta comercializada no era del Valle. Los jefes de compra le manifestaron que preferían comercializar mora de otros departamentos  como Nariño o Huila, porque “están adelantados en tecnología de conservación de fruta, tales como la IQF o congelación rápida de manera individual y su calidad es más alta”.

“Visitamos un supermercado que comercializa 15 toneladas mensuales en sus 30 sedes en el departamento, pero el 80 % de la mora que vende proviene del Huila y el 20 % de Nariño. Fue una sorpresa encontrar tantas asociaciones productoras en el Valle del Cauca, pero también ver que la mora no se comercializa en estos supermercados”, comentó la investigadora.

En cuanto a la venta de la mora, algunas asociaciones deben mejorar sus capacidades para negociar y vender su producto, “pues son muy buenas para producir pero cuando llegan a la comercialización encuentran mucha dificultad a la hora de negociar”, explica la ingeniera.

Por último, el estudio destaca la necesidad de implementar conocimiento entre las organizaciones, pues al analizar las condiciones del suelo, el tratamiento de plagas y enfermedades en los cultivos y los tipos de mora que se pueden vender en el mercado, “el Valle del Cauca es la cuna de varios ecotipos de moras, pero faltan investigaciones para caracterizar la biodiversidad nativa de esta fruta”.

Acción de soluciones

La investigadora afirmó que entre las asociaciones, las universidades y entidades como Agrosavia se han hecho grandes esfuerzos para plantear soluciones en la baja productividad de algunas zonas de producción, presencia de plagas endémicas y la falta de mano de obra calificada; sin embargo, estos problemas aún persisten.

Resaltó además la necesidad de viveros certificados en el departamento, “lo cual permitiría incrementar la productividad y minimizar la presencia de plagas y enfermedades en el cultivo”.

La investigadora concluye en que en el Valle del Cauca la cadena de la mora tiene dinamismo que ha permitido reactivarla, con el apoyo de los actores de los diversos eslabones que tienen como meta formalizar una inscripción oficial y conseguir el apoyo institucional para mejorar su competitividad.







sábado, 3 de julio de 2021

Productores asociados les sacan más provecho a los cultivos de agraz

 Este fruto, conocido en algunos municipios de Boyacá como el “café de tierra fría” (por su similitud con el famoso grano colombiano), presenta en el departamento un mayor aprovechamiento gracias a alianzas para comercializarlo en presentaciones distintas como vino, salsa para carnes, mermeladas y en fruto.

La asociatividad de los productores y recolectores de la zona les permite mayor visibilidad ante las alcaldías y demás instituciones públicas, mediante la participación en mercados campesinos y propuestas de proyectos, así como un mayor poder de mercado y negociación con el consumidor.

El agraz silvestre es un especie arbustiva perteneciente a la familia Ericaceae, y es conocida por sus cualidades antioxidantes, buenas para la salud humana. En Colombia es común verlo en terrenos de subpáramos como los de Cundinamarca, Antioquia, Nariño y Boyacá, este último con el registro de producción más alto.

“Aunque esta planta es conocida por sus beneficios para la salud, no suele ser muy aprovechada como sistema productivo. Sin embargo, desde estas asociaciones se dan iniciativas de aprovechamiento que le apuntan a la multifuncionalidad como forma de sacarle el máximo provecho a los cultivos”.

Así lo detalla Santiago Quevedo Rubiano, magíster en Gestión y Desarrollo Rural de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), quien en su estudio hizo una revisión de literatura y consultó con expertos en el tema, como el docente de la UNAL Gustavo Adolfo Ligarreto Moreno.

“Ya en campo me di cuenta de que no habían datos e información suficiente de estos productores o agraceros, por lo que inicié con el muestreo “bola de nieve” acudiendo a productores referenciados, a quienes entrevisté mientras ellos me referenciaban a otros y así sucesivamente”.

Mercado en potencia

Por lo general la planta del agraz no se siembra sino que se da de forma natural, gracias al esparcimiento de sus semillas por aves o animales rumiantes de la zona, por lo que los campesinos dedicados a su producción se conocen más comúnmente como recolectores.

“Una de las importantes ventajas de este fruto es que parte de ese mismo aprovechamiento silvestre va de la mano con una producción sin agroquímicos, por lo que dentro de las estrategias de aprovechamiento está diferenciarlo de otros frutos similares como el arándano, que se produce a mayor escala y tiene mayor inversión en abonos o sustancias para su cultivo”.

Según el investigador, los productores interesados en sacarle mayor provecho a estos cultivos deben proyectarlo como un fruto diferenciado por ser agroecológico y con fuerte relación con las manos campesinas que lo recolectan, por ahora como una alternativa de ingreso secundario.

También se ha dado un aprovechamiento interesante en el territorio boyacense, donde varios productores lo han visto como una alternativa de reconversión productiva, pues muchos de ellos tenían ganado que genera un mayor impacto ambiental y reemplazaron esa actividad por cultivos de agraz, otras frutas y hortalizas.

“Es una práctica muy interesante y bonita, y una alternativa que aún no está explotada. Sé que como consumidores, si supiéramos que se produce de manera agroecológica, que es un producto nuestro y que es recogido por familias campesinas, y con el apoyo de la marca asociativa, quizá lo preferiríamos para consumirlo”.

Junto con la divulgación de las bondades y beneficios de la producción y el consumo de este fruto también debe haber un fortalecimiento técnico de los procesos, que con el tiempo pueda llevar a que se nivelen más los precios y que sea más rentable, viendo el agraz no como monocultivo sino como un sistema policultivo con otros productos que ayuden a la conservación de los subpáramos.

“Los productores asociados con estos cultivos trabajan para que Boyacá sea conocida como la tierra del agraz, ya que allí se pueden ver de lado a lado en las zonas montañosas, y cuenta con todo el potencial para ser tan importante como el Eje Cafetero del país”, concluye el investigador de la UNAL.