La aplicación regulada de la citoquinina sintética bencilaminopurina (BAP) a la base de las plantas de rosa Freedom se constituye en el mejor tratamiento para aumentar la producción de estas flores, a pesar de generar brotes ciegos y una menor longitud de los tallos.
Así lo determina un estudio sobre técnicas de manejo de
reguladores de crecimiento adelantado por William Mauricio Laiton Alfonso,
magíster en Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL),
quien se propuso evaluar el efecto de la BAP y el tidiazurón (TDZ) en el
crecimiento en las plantas de rosas e interpretar los índices fisiológicos,
además de las características comerciales en un cultivo de la Sabana de Bogotá.
Para ello, aplicó tres niveles de estas fitohoromonas con la
generación de herida y sin ella en la base de las plantas, y durante dos ciclos
de producción midió longitud, calibre de los tallos, masa fresca y seca, área
foliar y tallos cosechados.
Los resultados de la investigación –dirigida por el profesor
Víctor Julio Roncancio– muestran que los tratamientos con BAP, a pesar de
generar brotes ciegos, aumentan la producción con una menor longitud de los
tallos y se confirma que es el mejor tratamiento. Al respecto, determina que la
dosis ideal en rosas es de 9.950 mg.L-1.
Por otra parte, las dosis altas de TDZ generan alta
brotación con un calibre medio e inducen formación de brotes ciegos, con
predominancia de tallos cortos y retraso de la cosecha.
Mientras los tratamientos con dosis altas de TDZ generan
menor longitud de los basales, en los tratamientos de BAP con dosis 5.000
mg.L-1 y 10.000 mg.L-1 con herida se observa mayor velocidad y cantidad de
emisión de brotes, así como mayor producción de hojas y materia seca
reduciéndose el calibre y la longitud de los basales y de la cosecha. Esta
técnica con herida se llama rayado o método mecánico químico.
En el estudio se encontró que la aplicación de las
citoquininas con herida en la base de la planta potencializa el efecto de las
fitohormonas aumentando la producción, pero disminuye la longitud y calibre de
los tallos, aumentando la formación de aquellos ciegos. Las concentraciones de
BAP de 5.000 y 10.000 (mg L-1), por su parte, incrementaron el número de tallos
de rosa cosechados, aunque el magíster aclara que los tallos florales significativamente
más largos y de mayor calibre se obtuvieron sin el uso de estas sustancias.
Técnicas especiales
La producción intensiva de rosas se caracteriza por el uso
de invernaderos y por la implementación de técnicas especiales como la
aplicación de hormonas vegetales para optimizar la calidad y la productividad
de los cultivos.
En ese aspecto, es común el uso de las citoquininas (Cqs)
para promover el crecimiento de brotes laterales y generar cambios en la
morfología de las plantas, una práctica que impacta en la productividad y ayuda
a ofrecer flores de diferente calidad para diversos usos y mercados, según la
documentación consultada por el investigador.
En la planta de rosas es importante inducir basales o
brotes, ya que el número y la calidad de estos se correlaciona con la
estructura y producción de la planta. Estos forman la estructura del arbusto y
son la base de su productividad, detalla el estudio.
La inducción de brotación proporciona un mayor número de
tallos y mejora las plantas desde su formación determinando las cualidades de
futuros tallos y permitiendo una mayor aceptación en el mercado, explica en su
trabajo de grado el magíster de la UNAL.
También recuerda que para acelerar la brotación en especies
leñosas, como las rosáceas, se han utilizado diferentes concentraciones de Cqs
sintéticas como bencilaminopurina (BAP) y tidiazurón (TDZ), tal como ocurre con
el manzano, el ciruelo y la zarzamora, entre otras.
En se sentido, menciona que aunque algunos autores –como
Avendaño y Pardo– destacan la importancia de utilizar BAP en rosas, con el
objetivo de aumentar su producción o calidad, esto depende de aplicar la dosis
adecuada, pues de lo contrario se podrían obtener efectos no deseados en las
plantas.
En cuanto al TDZ, se trata de un inductor de brotación que
no se ha utilizado hasta el momento en plantaciones comerciales de rosa.
Rosas, las más cultivadas
Colombia, considerada como el segundo país exportador de
flores en el mundo, comercializa este producto especialmente hacia Estados
Unidos, Reino Unido y Japón, que compran el 85 % de la oferta nacional.
Actualmente, en el país se cultivan más de 50 especies, entre las cuales las
rosas ocupan el 65 % del área sembrada, señala el investigador.
Si se segmentan los mercados según la calidad de la flor
requerida, la producción de rosa para exportación se puede separar en dos
grandes grupos según la demanda: flores de tallos delgados y longitud inferior
a 60 cm –que se distribuyen en supermercados, en arreglos preelaborados o
buqués, e incluye toda la gama de colores– y rosas de tallos gruesos y
longitudes superiores a 70 cm para arreglos florales robustos y que requiere de
nuevas variedades, preferiblemente de rosas rojas, ya que es el color más
empleado para celebraciones como el Día del Amor y la Amistad.
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