Tres líneas de ajíes (dos Tabasco y un habanero) que se encuentran en proceso de registro ante el ICA han demostrado capacidad para durar mucho más tiempo después de la cosecha, y alcanzar al menos las 80 toneladas de producto por hectárea cultivada.
Uno de los objetivos de mejorar el ají es que fuera más
resistente a enfermedades como el ‘tizón del pimiento’ –causado por el
patógeno Phytophthora capsici, que produce una mancha oscura en el
cuello de la raíz– y el marchitamiento de la raíz, causado por el hongo Fusarium
oxysporum, que ha venido en crecimiento, además de virus transmitidos por
vectores como la mosca blanca”.
Así lo explica el profesor Carlos Germán Muñoz, de la
Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Nacional de Colombia
(UNAL) Sede Palmira, quien junto al docente Mario García, doctor en Ciencias
Agrarias, trabajan en el Programa de Mejoramiento de Hortalizas, que busca no
solo generar “En el país siempre se ha cultivado esta especie con semillas que
no habían sido mejoradas. nuevos cultivares para el país, sino también fomentar
la investigación, la academia y la extensión.
En algunas pruebas, estas líneas de ají –que serían las
primeras de esta especie en liberarse en Colombia– han sobrevivido a
inundaciones gracias a su alta resistencia a estos patógenos.
Aunque en el país se consume más el ají dulce, como el
pimentón, en los últimos años ha aumentado el consumo de especies picantes, por
lo que se ha convertido en un cultivo importante, sobre todo para el Valle del
Cauca y el Caribe. “El Valle, por ejemplo, debido a su tipo de suelo, es uno de
los lugares del mundo en donde los ajíes alcanzan los mejores rendimientos y
una alta calidad, y se tiene potencial sobre todo en la producción y exportación
de salsas picantes con base de ají”, señala el docente.
Variedades en crecimiento
El Programa de Mejoramiento, con más de 30 años en
funcionamiento, busca contribuir con la investigación al mejoramiento de la
producción de semillas de hortalizas, con el uso en fresco para el consumidor,
pero también para soluciones agroindustriales.
Es por eso que algunos de los cultivares se han trabajado
más en función del rendimiento, la calidad nutricional y otros componentes que
sean interesantes para el consumidor.
“Algunos de los cultivares también dan soluciones a problemas fitosanitarios buscando generar alimentos con alta resistencia, mientras trabajamos la parte de gestión para hacer sistemas más eficaces y eficientes y productivos”, señala el docente Muñoz.
En el Programa se trabajan cinco especies: tomate (fresco, cherry y silvestre), z, cilantro, habichuela y pimentón, y hasta el momento ha logrado registrar a 14 variedades de hortalizaapallos.
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