La antracnosis, enfermedad de las plantas provocada por el hongo Colletotrichum spp., les arrebata a los granos de café su intenso y brillante color rojo, los convierte en negros o marrones, puede podrir el cafeto, y si no se toman medidas oportunas se riega por toda la finca generando importantes pérdidas. Para frenar su acción letal, las nanopartículas de óxido de zinc se proyectan como una prometedora alternativa de prevención y control.
La eficacia en el uso de la nanotecnología en el control de
la antracnosis se evidenció al comprobar que el óxido de zinc posee una acción
antifúngica, es decir que puede de evitar el crecimiento de Colletotrichum spp.
Así, se inocularon hojas de café con el hongo, y una vez
contaminadas se les administraron nanopartículas de óxido de zinc y se observó
la evolución de la enfermedad. Los resultados son prometedores, pues el óxido
retrasó entre un 70 y 90 % la acción del hongo.
Además, durante la observación en laboratorio –en medio del
cultivo y en situaciones controladas– se consiguió un porcentaje de inhibición
de entre el 86 y 96 %.
Lyda Patricia Mosquera, candidata a doctora en Ciencias
Agrarias de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira, menciona
que en su investigación también se evidenció que el uso de nanopartículas de
óxido de zinc tiene un efecto preventivo.
“Evita el ingreso del patógeno en las hojas del café sin
perjudicar el cultivo ni dañar a los cloroplastos (estructuras donde se produce
la fotosíntesis), contrario a lo que pasa con los fungicidas y otros productos
químicos tradicionales utilizados para el tratamiento del hongo. El zinc es un
micronutriente indispensable para el crecimiento y desarrollo de las plantas,
que además no afecta sus partes”.
La investigadora señala que su trabajo tenía tres objetivos:
(i) hacer el análisis morfológico y patogénico, y la caracterización molecular
del hongo, (ii) analizar el desarrollo y su ciclo infectivo en las hojas de
café, y (iii) evaluar el efecto de las nanopartículas de óxido de zinc
aplicadas in vitro y en hojas desprendidas bajo
condiciones controladas.
Para su desarrollo utilizó técnicas como la microscopía
óptica y electrónica, útil para apoyar y evaluar la interacción planta-patógeno
y la severidad de la infección en la planta.
Lo que sigue ahora es llevar el proceso a invernadero, en
donde será expuesto a otras variables para observar si hay cambios en las
inhibiciones, evaluar su comportamiento y posteriormente llevarlo a campo.
También se debe definir cuántas aplicaciones se requieren para un mayor control
de la enfermedad, pues hasta ahora se ha hecho con una sola aplicación y se
logró un retraso significativo.
Otro aporte a este trabajo se realiza de manera conjunta con
la Universidad del Cauca, donde, un grupo de biomodelos o ratones fueron
expuestos a las nanopartículas de óxido de zinc para evaluar si presentaban
efectos adversos y asegurar que la salud del caficultor, campesino o trabajador
que aplique el futuro nanofungicida no se vea afectada.
“Hasta el momento no se ha registrado ninguna pérdida ni
riesgo y se procederá con la evaluación histológica para saber si hubo
afectación de los tejidos tras dos meses de estar sometidos al componente”,
afirma la estudiante Mosquera, docente de Unicauca.
Con este resultado se espera que los cultivos de café tengan
una mayor producción y rentabilidad, ya que, por tratarse de partículas muy
pequeñas se amplifica su efecto de esparcimiento, y con una mínima cantidad se
alcanza un mayor rendimiento en su aplicación. Para hacerse una idea, un
nanogramo es 1.000 millones de veces más pequeño que un gramo.
Los aportes de la investigación han sido reconocidos en
eventos académicos en México.
La docente Mosquera ha contado con la dirección de los
profesores Jaime Eduardo Muñoz, vicerrector de la UNAL Sede Palmira, y Jorge
Enrique Rodríguez, de la Universidad del Cauca, ejecutora del proyecto.
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