miércoles, 29 de noviembre de 2023

Mercados agroecológicos en Colombia, destacados por afectividad y precios justos

 Para el 100 % de los productores y el 92 % de los consumidores encuestados, el principal valor de estos mercados es que ofrecen productos sanos y de buena calidad, además de la comercialización directa y las relaciones de amistad y familiaridad que se dan en estos espacios. Sin embargo, el 65 % de ellos consideran que la inversión gubernamental en políticas agroecológicas es insuficiente, y pese a los notables avances políticos, la falta de recursos sigue siendo el desafío central.

Históricamente la problemática alimentaria en varios países de América Latina ha estado marcada por la prevalencia de prácticas agrícolas convencionales, la dependencia de monocultivos y la presión de sistemas alimentarios industrializados. Con la introducción masiva de agroquímicos y la falta de sostenibilidad en los cultivos, los impactos negativos en la salud humana y en el ambiente se han acrecentado y contribuido a la marginalización de las comunidades campesinas.

Frente a estos retos, los mercados agroecológicos campesinos emergen como una alternativa que además de buscar la comercialización de productos alimentarios sanos, integra las relaciones afectivas basadas en la confianza y la reciprocidad entre productores y consumidores, realidad que ha logrado consolidarse en un corto periodo de tiempo; su valor educativo, social y político se destaca frente a los mercados convencionales.

Para dimensionar su impacto, el Grupo de Investigación sobre Masificación de la Agroecología del Colegio de la Frontera Sur (Ecosur) adelantó un estudio sobre la expansión de la agroecología en América Latina, a través de estudios previos, tesis de doctorado y pasantías internacionales, en estrecha colaboración con el Grupo de Investigación en Agroecología de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira.

Como antesala, en 2019 la investigadora Érika Natalia Franco Hernández lideró un trabajo de campo en el marco de su tesis de doctorado en Ecosur, en el cual entrevistó a 89 productores y 39 consumidores de la Federación Campesina de Mercados Agroecológicos (FCMA) en Bucaramanga, Lebrija, Matanza y Charta, en Santander, así como de la Red de Mercados Agroecológicos Campesinos (Redmac) en el Valle del Cauca.

Como parte de los resultados, se identificaron 12 mercados agroecológicos activos, 11 de la Redmac y 1 de la FCMA, con presencia física en los 13 municipios seleccionados, 4 en Santander y 9 en Valle del Cauca, los cuales representan a más de 60 organizaciones campesinas y a comunidades indígenas y de afrodescendientes.

“Los mercados agroecológicos se construyen como procesos sociales multidimensionales a partir de relaciones basadas en la confianza que buscan educar sobre la agroecología y sus beneficios”, señala la investigadora Franco.

Un crecimiento sostenido y de la mano de las mujeres

Otro de los investigadores, el profesor Mateo Mier y Terán-Giménez Cacho, director de la tesis, destacó que “pese a que la Redmac se creó en 2009 con no más de 3 mercados, a la fecha su crecimiento ha sido notable en la región, con 23 productores asociados presentes en Andalucía, Buga, Cali, Dagua, Guacarí, Palmira, Restrepo, Sevilla y Tuluá. Lo mismo sucede con la FCMA, constituida en 2017, que ya suma 400 mujeres con sus familias, calculadas en más de 1.500 personas”.

Precisamente un dato alentador que arrojó el estudio fue la participación en más de 65 % de la población femenina en la composición de los mercados agroecológicos, desafiando las tendencias históricas de desigualdad de género en la agricultura.

El 69 % de los entrevistados coincidió en la importancia de definir un precio justo de los alimentos, a partir de acuerdos entre las partes (productores y consumidores), con base en el mercado convencional.

En materia de infraestructura, el 78 % destacó que es urgente invertir en espacios apropiados para el desarrollo de estos mercados, de lo contrario la viabilidad económica de los campesinos locales puede verse afectada frente a las grandes superficies.

“Entre 85 y 100 % de los participantes en el estudio refirieron funciones de los mercados en torno a la educación y a la enseñanza horizontal de la agroecología y sus beneficios”, señaló la profesora Franco.

La metodología para la investigación abordó herramientas cualitativas de observación participante durante las actividades de mercado en los dos departamentos colombianos y entrevistas semiestructuradas. Para el análisis se basaron en la triangulación de los resultados con el marco teórico de la construcción social de los mercados y la agroecología.

Como conclusión, el investigador Mier y Terán reflexionó sobre la necesidad de visibilizar y valorar el trabajo de las familias rurales, “humanizando los mercados agroecológicos”, al mencionar la importancia de las políticas públicas para garantizar su expansión en la región. Agregó que “en estos espacios no solo se intercambia dinero por producto, también se comparten conocimientos, saberes, relaciones humanas y pasión por las semillas, las plantas y los sabores”.

En la misma vía, la profesora Ángela Londoño Motta, del Grupo de Investigación en Agroecología de la UNAL Sede Palmira, llamó la atención sobre “la acción política” que significa comer, alimentarse y mercar, al explicar que “en los mercados agroecológicos se dinamizan las economías locales y los ciudadanos tienen la oportunidad de favorecer directamente al campesinado, a diferencia de comprar y entregar el dinero a una gran superficie o conglomerado”.

 








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