lunes, 29 de enero de 2024

Especies en riesgo y curiosa bromelia, hallazgo de primer estudio florístico en Charta (Santander)

 La Magnolia Santanderiana, autóctona del país y de este “rincón florido de Santander”, ubicado al lado del Páramo de Santurbán, fue una de las especies halladas que podría estar en riesgo de desaparecer si no se detiene la tala de bosques; en la otra orilla de este gran primer estudio de la flora en Charta, se encontró una bromelia, que solo se había registrado en Suesca (Cundinamarca). Los resultados del recorrido abren un espectro de posibilidades para el manejo y cuidado de este santuario de flora del país.

Con este trabajo, Daniela Tolosa Oliveros, bióloga de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), recorrió la vereda Durán, lugar del que es oriunda, para aportar a la comunidad con un conocimiento más profundo de su patrimonio en biodiversidad, y que los hallazgos sirvan para establecer mejores planes gubernamentales de preservación del mismo.

La investigadora relata que “la zona se ha visto envuelta en disputas por proyectos mineros, que los habitantes no han permitido que se lleven a cabo, pues representan un riesgo para la riqueza de los bosques, en especial cerca al Páramo de Santurbán, que en días recientes se visto afectado por incendios forestales; y aunque las zonas estudiadas no han sido afectadas, no se descartan posibles afectaciones a futuro”.

De las 300 plantas recolectadas durante 40 días, alrededor de 190 fueron caracterizadas, un interesante proceso porque hay ejemplares de diversas especies que, desde la Expedición Botánica, no han podido ser identificados, lo cual evidencia el arduo trabajo en el que la comparación es la clave.

El proceso se realizó en el Herbario Nacional Colombiano, alojado en el Instituto de Ciencias Naturales (ICN), lugar al que se llevaron las muestras, distribuidas por partes de la planta, flores y algunos frutos; allí se pudieron en un horno a 60 ° C y luego se acumularon unas sobre otras en alcohol para que no se dañaran; se dejaron durante 40 días antes de analizarlas.

Para el estudio se eligieron 3 zonas -entre los 2.300 y 2.500 msnm-, con cultivos principalmente de mora, y en menor medida el de lulo y papa. Solo en 2020 la producción de mora en el país fue de 140.000 toneladas, y el municipio de Charta aporta el 3 % del total que se comercializa en los mercados de grandes ciudades como Bucaramanga. 

Dentro de las plantas que encontró una sorpresa, la caracterización de la bromelia Tilandsia suescana, la cual, como su nombre lo indica, solo se había hallado en Suesca; esto demuestra la importancia de hacer este tipo de estudios, pues permiten transformar lo que se conoce sobre la zona, y en Charta aún no se había llevado a cabo algo de esta magnitud.

Por otro lado, halló 92 especies, 62 géneros y 42 familias, entre las que se destacan algunas como las melastomatáceas, asteráceas y aráceas, ampliamente distribuidas en esta región y que tienen un importante valor ecosistémico para distintas clases de insectos.

Un hallazgo preocupante fueron 2 especies en peligro de extinción, entre ellas Magnolia Santanderiana, endémica de Colombia, y que se ha visto mermada por problemáticas ambientales como la tala de bosques, un problema que se ha presentado desde hace varios años.

“Durante las décadas del 70 y 80 se presentó una transformación del bosque nativo en la zona, pues se taló para plantar grandes extensiones de pino y eucalipto, lo cual cambio el panorama para otras especies y el día a día de las comunidades. Otra actividad que también puede estar teniendo un impacto es la ganadería, en la que se dañan los suelos”, asegura la bióloga, quien contó con la ayuda de la profesora Lauren Raz, del ICN.

Añade que este fue un trabajo adelantado de la mano con la comunidad, que acompañó cada proceso lo cual es importante ya que uno de los enfoques clave del proyecto era dialogar y construir conocimiento con los habitantes de la zona; con preguntas acerca de cómo era el bosque hace 10, 20 o 50 años, cómo les llaman a sus plantas más emblemáticas y qué piensan acerca de lo que ha ocurrido. 

Nombres como talco, pepecurio, rascado, entre otros, fueron registrados para distintas especies, evidenciando el legado y trabajo de memoria realizado con la comunidad con cada entrevista y recorrido. Son por lo menos 39 plantas que ya están extintas para los pobladores de Charta, o sea no las volvieron a ver; de hecho, la investigadora cuenta que hubo un tipo de roble que nunca hubiera encontrado de no ser por la ayuda de un señor que le indicó dónde podría hallarlo.

“Otro hallazgo preocupante al hablar con la comunidad fue encontrar que las fumigaciones llevadas en el Catatumbo hace algunos años, han tenido un marcado impacto en toda la vegetación de la zona, pues esta región queda prácticamente a la vuelta de Charta”, concluye la bióloga.









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