lunes, 1 de febrero de 2021

Abejas sin aguijón estarían en riesgo por mala manipulación

 Mover las colonias para comercializarlas podría causar daños ambientales y llevar a la muerte de estas abejas, que se encuentran en diferentes regiones del país.

Así lo determina un estudio dado a conocer por el biólogo Diego Guevara, investigador del Laboratorio de Investigaciones en Abejas (Labun) de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), según el cual prácticas como la mala manipulación de las colmenas o la concentración de muchas en un mismo lugar generaría problemas como la introducción de bacterias riesgosas o condiciones que afectan la salud de estos insectos.

“Algunas empresas han visto a las abejas sin aguijón como una solución económica; sin embargo, hay que tener cuidado con algunas prácticas, como el movimiento de colonias, ya que algunas especies son endémicas y eso podría matarlas”, subraya el biólogo, y recuerda que para regular la apicultura y la meliponicultura se han tenido iniciativas como el proyecto de ley 250 de 2019.

En el estudio, que revisó 8 géneros y un grupo dentro del género Melipona, los investigadores encontraron 31 especies para el país, de las cuales 8 son nuevos registros para Colombia y 5 posibles nuevas especies.

Explica además que estos insectos tienen características claras como la presencia de pelos plumosos y que dependen de recursos florales principalmente, polen y néctar– para alimentar a sus crías.

Esa relación con las flores ha llevado a que el género Rediviva haya tenido adaptaciones en sus cuerpos, como modificaciones en sus patas delanteras para introducirse en las flores de Diasca y así obtener el alimento.

“Cerca del 90 % de las plantas utilizadas en la agricultura son polinizadas por abejas. Se estima que en Estados Unidos el servicio de polinización por abejas representa entre 4,6 y 19 billones de dólares en cultivos, y unos 3.000 millones de dólares cada año en ese país en producción de fruta”, explica el investigador.

Al respecto, agrega que ese uso es superficial cuando se compara con los servicios ecosistémicos, ya que todos los ecosistemas terrestres dependen de la polinización para su mantenimiento, tarea que cumplen las abejas y otros polinizadores.

Características particulares

Uno de los grupos más importantes en la melitofauna –es decir, la fauna de abejas– y a nivel tropical y neotropical, las abejas sin aguijón que pertenecen a la tribu Meliponini, presentan características que las hacen particulares: tienen castas como obreras, reinas y machos, y además presentan algunos comportamientos de defensa y relación con otros insectos como con termitas, para construir nidos.

La importancia del papel que cumplen las abejas en la naturaleza ha sido estudiada a lo largo de los años y se rescata su influencia en el campo agrícola y cultural, ya que se han usado por diversas culturas a lo largo de la historia.

En Colombia se han adelantado trabajos como “Las abejas silvestres de Colombia”, en el cual se listan por primera vez algunas especies y se da una lista preliminar, hasta 2003, de la diversidad de abejas sin aguijón usadas en la meliponicultura o crianza en el país.

Otros riesgos

“En el mundo hay cerca de 60 géneros de Meliponini y unas 600 especies descritas; en Colombia hay entre 20 a 24 géneros con 120 especies reportadas, que el cambio en el uso del suelo y el cambio climático las pondrían en riesgo”, explica el biólogo Guevara.

Por ejemplo, en el género Geotrigona se encuentran 8 especies en Chocó, Amazonas, Cundinamarca, Boyacá, Meta, Magdalena, Antioquia, Vaupés, Casanare, Huila y Putumayo con dos nuevos registros y una morfoespecie aún por confirmar, es decir que se podría tratar de una especie nueva. O en el género Nogueirapis, del cual se registran 4 especies en Amazonas, Vaupés, Chocó y Putumayo con otras 2 también por confirmarse si son nuevas para la ciencia. “Con este género se hicieron nuevos mapas de distribución en Colombia, además de que se encuentran 4 morfoespecies que presentan una fuerte diferencia morfológica marcadas debido a las cordilleras”, revela el biólogo Guevara.

La recomendación del trabajo es incorporar el conocimiento científico a la legislación de la meliponicultura para desarrollar buenas prácticas y proteger este grupo. Igualmente, por los vacíos en el conocimiento de la taxonomía del grupo, la invitación es a seguir estudiándolos para diferenciar las especies y así entender su importancia ambiental.




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