Los valles, colinas y montañas, entre otras geoformas que se crean en las superficies, marcan los espacios para actividades económicas como la agricultura, la ganadería y el turismo en la región del río Sumapaz, y también sus problemáticas.
Por ejemplo, las zonas de planicies aluviales y la geoforma de montaña se utilizan más para la agricultura, mientras que los coluviones, que son agrupaciones grandes de rocas distribuidas en cierto sector, se emplean para ganadería.
Así lo da a conocer la investigación del geógrafo Eduardo Alexis Santander, estudiante de la Maestría en Hábitat de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Bogotá, en la que también se determinó que con la importante llegada del turismo en la región, el paisaje es relevante en términos económicos. Este constituye un tercer renglón de la economía, especialmente en Pandi y Venecia (Cundinamarca), donde se han comprado terrenos para construir balnearios y otros sitios turísticos, para los cuales han sido vitales las estructuras de ladera.
Un cuarto renglón, que todavía no se ha consolidado, es el
de las microcentrales eléctricas que se ha pretendido consolidar en la parte
aluvial de la cuenca media (que corresponde a Cabrera y parte de Venecia) y
alta del río Sumapaz, por ser las zonas con mayor potencial para estos
proyectos.
Sin embargo, según el estudio, esto podría afectar el resto
de la economía y tener un impacto negativo en el uso tradicional de estas
tierras, ya que para construir los embalses las microcentrales propician la
inundación de amplios sectores dentro de los municipios, lo cual genera un
cambio en las dinámicas climáticas que afecta directamente a los pobladores y a
sus vecinos inmediatos.
Así mismo la zona se afectará en términos sociales porque se
rompen las dinámicas ya establecidas al tener una nueva barrera geográfica
entre los habitantes, en este caso un cuerpo de agua significativo. Ellos se
han negado a que el río se utilice para tales fines, por lo que dichos
proyectos aún se encuentran en planteamiento.
Uno de los aspectos diferenciadores de este trabajo, dirigido por la profesora Myriam Susana Barrera Lobatón, es que –contrario a otras investigaciones– se abarcó una extensa zona de estudio (o transecto), lo que permitió tener una mirada amplia y regional que abarcó desde la cuenca media y alta del río Sumapaz (transecto San Juan de Sumapaz – Pandi), la cual es de cerca de 50 km.
Para la investigación se utilizó la metodología de eventos relacionales para el análisis del paisaje (Merap), se realizaron entrevistas semiestructuradas y ejercicios de cartografía social para que los habitantes contaran cómo percibían y vivían su realidad y territorio, y se usaron sistemas de información geográfico.
Conflicto armado y papel de la mujer
Por otra parte, la investigación identificó un corredor
estratégico que atraviesa el río Sumapaz, conectando a Huila, Meta y
Cundinamarca, el cual formaba parte de la idea de las FARC de tomarse el poder
a través de las armas llegando a la capital del país.
Esto dejó una serie de secuelas dentro de los pobladores:
“la llegada del Ejército dinamitó esas relaciones sociales, porque hubo mucha
estigmatización de parte y parte”, señala el investigador.
En cuanto a las mujeres, en las Zonas de Reserva Campesina (ZRC)
de Cabrera y San Juan de Sumapaz se evidenció una preponderancia en su papel
como lideresas frente a ciertos factores sociales.
Para llevar a cabo este trabajo, los investigadores
identificaron tres eventos importantes: el primero, en 2001, fue la instalación
del Batallón de Alta Montaña no. 1 en la vereda Las Águilas, dentro
del municipio de Cabrera, lo cual transformó las formas de habitar de la
población civil en la región.
El segundo fue la consolidación de la frontera agrícola, en disputa durante cerca de ocho años entre entidades gubernamentales y los pobladores del sector. En 2018, esta se estableció a través de los límites dados por el Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt.
El tercer elemento fue la intención de multinacionales hidroenergéticas de construir microcentrales eléctricas en el caudal del río Sumapaz para generar energía eléctrica, lo cual transformó las dinámicas sociales y de hábitat de la región.
Para el geógrafo Santander, “estas investigaciones nos dan
una visión más completa de cómo se ven las realidades dentro de cierta región;
en época de pandemia esto ayuda a entender cómo están las regiones, con el
ánimo de ir mejorando cada vez más las condiciones de hábitat de las personas”.
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