Las 16 especies de orquídeas encontradas y registradas en el cerro Pico de Plata (Fusagasugá) fueron consideradas por el Tribunal Administrativo de Cundinamarca como material probatorio para el fallo en favor de la comunidad y en contra de una explotación minera.
La investigación fue realizada por el ingeniero agrónomo
Edicson Parra, magíster en Ecología de la Universidad Nacional de Colombia
(UNAL) Sede Bogotá, quien señaló que entre estas especies había una nueva,
registrada como la orquídea endémica de Fusagasugá (Cundinamarca): Epidendrum
fusagasugaënse, que solo se conoce por tres registros.
“Esta era entonces una planta endémica que requería
protección, y eso también tiene un sentido de identidad de la comunidad, porque
ellos se vuelven guardianes de un tesoro orquideológico que no se encuentra en
ningún otro lado”, señala el ingeniero Parra, y agrega que estos hallazgos son
bastante importantes para el empoderamiento territorial.
El cerro Pico de Plata se encuentra al suroccidente de
Fusagasugá y provee agua para cerca de 1.000 familias. Los habitantes que
rodean esta región están conectados a través de acueductos comunitarios y
organizados por asociaciones de agricultores, pues son una despensa no solo
para el municipio sino también para gran parte del territorio del Sumapaz.
Hacia 2013, la Corporación Autónoma Regional de
Cundinamarca (CAR) otorgó una licencia para la explotación minera de materiales
de construcción en el cerro, la cual afectaría directamente a las veredas Bochica
y Batán. El río Batán, importante fuente hídrica de la región, se vería
gravemente contaminado por esta actividad.
Un trabajo voluntario
Según lo cuenta el ingeniero Parra, la comunidad le pidió
ayuda “y la única forma era con ciencia, por lo que realicé un inventario
orquideológico de la región”.
Dentro de los documentos en los que se basó la CAR para
aprobar la licencia de explotación se había manifestado que no existían
especies en veda (restricción total y temporal de su explotación), como las
orquídeas o las bromelias, que son familias de plantas protegidas por ley. Por
el contrario, se afirmaba que el impacto en la flora era bajo, pues casi toda
el área estaba cubierta por pastos, rastrojos y arbustos.
El su estudio, el ingeniero Parra encontró que, en efecto, sí había especies importantes de conservación y endémicas de la región.
El reconocimiento de las especies encontradas fue el
estudio al que el Tribunal Administrativo de Cundinamarca –Sección Primera,
Subsección B– dio validez como material probatorio en el proceso judicial que
después de más de siete años, falló en beneficio de la comunidad y de la
protección y conservación del cerro Pico de Plata.
“El corazón de esta noticia es mostrarles a todas las
comunidades que están defendiendo su territorio que con organización,
sacrificio, dedicación y fuerza es posible erradicar acciones injustas. En
segundo lugar, recalcar el importante papel de los líderes comunitarios en la
defensa del territorio la vida y los recursos naturales en todas sus formas”,
puntualiza el ingeniero Parra.
Por último, hace un llamado a los investigadores para que
apoyen y pongan en el radar este tipo de causas, pues muchas comunidades
necesitan ayuda que puede ser soportada desde el ámbito académico y científico.
Este proceso fue apoyado por Clímaco Pinilla y Mery
Espinosa, líderes de la comunidad, destaca el ingeniero Parra.
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