Investigadores de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira y de la Universidad de Wageningen (Países Bajos) están recorriendo varias fincas de los municipios de Sevilla y Tuluá (Valle del Cauca) para tomar muestras de las comunidades de insectos que habitan en los cafetos y que se alimentan de la broca, diminuto bicho del tamaño de la cabeza de un alfiler, capaz de arrasar con cultivos enteros.
Según el equipo de expertos, el objetivo es encontrar
alternativas al uso de los insecticidas para el control de Hypothenemus
hampei,insecto conocido como broca, barrenador o gorgojo del café, la plaga
más importante que afecta los cafetales no solo de Colombia sino de casi todos
los países productores, causando pérdidas cuantiosas. En el país se calcula que
la afectación ha llegado a superar las 900.000 hectáreas de cultivos.
La bióloga Natalia Moreno Ramírez, estudiante del Doctorado
en Entomología de la UNAL Sede Palmira, menciona que “la misma naturaleza
ofrece potenciales controladores de la broca; existen artrópodos como hormigas,
arañas, cucarrones y avispas que se alimentan y la parasitan, lo cual
disminuiría el uso de plaguicidas, que además de afectar los ecosistemas reduce
la calidad de los cafetos”.
“Hay depredadores generalistas como las hormigas que han
sido estudiados y que pueden llegar a ser muy importantes para el control de
esta plaga”, explica la estudiante.
Agrega: “queremos analizar cómo se componen estas
comunidades de enemigos naturales y qué prácticas agrícolas los afectan, además
de identificar sus depredadores y parasitoides predominantes en la diversidad
de ecosistemas cafeteros que se pueden encontrar en el Valle del Cauca”.
Como parte del estudio, dirigido por los profesores Marcel
Dicke y Felix Bianchi, de la Universidad de Wageningen, y María Manzano, de la
UNAL Sede Palmira, quienes cuentan con el apoyo de la Federación Nacional de
Cafeteros del Valle del Cauca, se ha realizado una revisión y análisis
bibliográfico de estudios sobre los insectos que pueden ser depredadores de
broca.
También se están evaluando los niveles actuales de
infestación en los cafetales y caracterizando las muestras de la comunidad de
insectos en fincas productoras de los municipios de Sevilla y Tuluá, a fin de
determinar el porcentaje de la enfermedad en cultivo, conocer la diversidad de
insectos, y hacer la identificación y clasificación taxonómica.
Los investigadores cuentan con estudios iniciales en control
biológico por conservación de la broca, adelantados por otros investigadores,
que dieron cuenta de que depredadores generalistas como las hormigas, que han
sido estudiados, pueden llegar a ser muy importantes para el control de la
broca.
De igual manera, están realizando experimentos directos en
cultivos de café, en donde ubican trampas atrayentes para los insectos
depredadores y hacen estudios de comportamiento, biología y ecología.
Caficultores no la ven como enemiga
En el estudio se ha conocido y analizado la percepción de
los caficultores sobre la presencia y la acción de los insectos en sus
cultivos, con el fin de que asimilen y tengan conciencia de que estos insectos
enemigos naturales ayudan en el control de la broca y que van a reducir la
aplicación indiscriminada de insecticidas y con ello preservar la flora, la
fauna y los ecosistemas.
En este ejercicio se ha evidenciado que “los caficultores no
perciben la broca como un riesgo inmediato, la asumen como algo de lo que deben
preocuparse en verano, por lo cual no la monitorean ni se preparan”.
Según la bióloga Moreno, esta situación puede incrementar la
susceptibilidad de la caficultura al ataque de la broca a largo plazo, en
especial en un escenario de cambio climático”.
Sin embargo, explica que “en la actualidad hay una gran
diversidad de prácticas frente al manejo de esta plaga, ya que algunos
caficultores la controlan recolectando los frutos infestados (control
cultural), otros no hacen nada frente a la plaga, y otro grupo aplica
insecticidas como reacción al bajo precio que se les ofrece al vender el
grano”.
La profesora María del Rosario Manzano menciona que “algunos
agricultores tienen una percepción equivocada frente a los enemigos naturales,
ya que hay insectos que ayudan a controlar plagas importantes en los cultivos y
reducir los costos de su producción”.
Los resultados del trabajo servirán para diseñar estrategias
de control biológico de plagas.
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