Campesinos del corregimiento de Combia, en la zona alta del río Amaine, entre El Cerrito y Palmira (Valle del Cauca), serán beneficiados con proyectos sostenibles, como por ejemplo jardines verticales, con los que podrían recolectar agua lluvia y niebla para su aprovechamiento en actividades cotidianas y de riego, entre otras cosas, que mejorarán la calidad de su hábitat y la adaptabilidad al cambio climático.
Con esta iniciativa, ganadora de una convocatoria del
Sistema de Información de la Investigación, Extensión y Laboratorios (Hermes)
de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), propuesta por el Grupo de
Investigación Prospectiva Ambiental de la Sede Palmira, sus creadores buscan
poner a prueba las primeras investigaciones sobre estructuras de soporte,
plantas, sensibilización y educación con las comunidades.
Para este propósito cuentan con el Laboratorio Jardín
Vertical, concebido como un espacio de investigación aplicada donde se realizan
actividades en ecourbanismo, diseño industrial y educación ambiental, que
además de retener agua, reducir la contaminación atmosférica y servir de
corredor biológico –ya que facilitan la movilidad y dispersión de fauna,
plantas y semillas–, aportan servicios ambientales, mejoran la relación de las
personas con la naturaleza, y contribuyen a reducir el estrés urbano y embellecer
el paisaje.
El Laboratorio se desarrolla con plantas medicinales y de
otras especies, cuya función es incentivar la biodiversidad de especies
polinizadoras benéficas para el ambiente.
Según datos recopilados en el proyecto, entre sus bondades
está, por ejemplo, que un edificio de 4 pisos con una fachada cubierta por un
jardín vertical filtra 40 toneladas de gases nocivos al año y puede atrapar y
procesar 15 kg/año de metales pesados.
La cobertura vegetal de los jardines colgantes o verticales
en las paredes sirve como aislante para mitigar la contaminación acústica y
reducir hasta en 5 oC la temperatura interior de un edificio en
verano y mantenerla en invierno. Además, algunos estudios sugieren que la
vegetación en el lugar de trabajo mejora el rendimiento de las personas y
reduce sus malestares.
La arquitecta María Victoria Pinzón, profesora de la
Facultad de Ingeniería y Administración de la UNAL Sede Palmira y coordinadora
del proyecto, menciona que “el Laboratorio Jardín Vertical busca fortalecer la
cultura ambiental de los estudiantes y de la comunidad universitaria a partir
de la interacción con los procesos naturales de las plantas”.
Alta montaña del Valle del Cauca, las beneficiadas
El Laboratorio Jardín Vertical es un prototipo de
investigación con el que estudiantes y profesores del Semillero de
Investigación Ambiental evalúan la estructura más apropiada para que las
comunidades campesinas del corregimiento de Combia recolecten las aguas lluvias
y las reutilicen en actividades cotidianas y de riego.
El proyecto contemplará además la restauración de páramo con
frailejones y especies nativas en el Parque Nacional Natural Las Hermosas; las
bio-etiquetas como estrategia de competitividad para pequeños productores del
agro colombiano; el aprovechamiento tanto del agua lluvia y la niebla como de
los residuos sólidos, y la apropiación y concientización social para la
conservación de la sostenibilidad ambiental en zona de alta montaña del
departamento.
“Los integrantes del semillero realizamos investigaciones en
las áreas de ordenamiento territorial, ecourbanismo y gestión ambiental, del
cual forma parte el Laboratorio de Jardín Vertical. Esta última área aborda la
educación ambiental, las estrategias de sensibilización ambiental y la
coordinación interinstitucional”, señala la estudiante de Ingeniería Ambiental
Marlyn Ávila, integrante del semillero de investigación.
Como parte del estudio y la revisión bibliográfica, los
investigadores han identificado que los jardines verticales pueden proveerles a
las personas alimentos con espacios reducidos, contribuir al aumento de áreas
verdes en espacios urbanos con limitaciones, reducir el ruido urbano y el
efecto de isla de calor, brindando un mayor confort térmico .
Claves para crear un jardín vertical
El jardín vertical es una pared o instalación vertical
cubierta por vegetación de una o varias especies que puede tener diferentes
diseños y tamaños. Puede nacer de forma natural o por intervención humana.
La profesora Pinzón recomienda localizar el jardín vertical
en el espacio urbano, considerando factores físicos, naturales, sociales,
económicos y logísticos.
“Las plantas se deben seleccionar según las condiciones
ambientales del lugar de su implantación y se debe tener en cuenta la
sensibilidad y el compromiso social de vecinos y visitantes para su
mantenimiento y cuidado óptimo”.
Por su parte, las plantas se deben elegir teniendo en cuenta
el origen (de preferencia local), tipo de crecimiento, altura y sistema de
raíces, la propagación de la planta, el riego, el clima, las ramas y el
follaje, la resistencia a plagas y enfermedades, y el suelo y los nutrientes.
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