De la especie Cannabis sativa, cáñamo o marihuana, se pueden obtener textiles y papel, entre otras materias primas. De su flor y semillas se extraen compuestos medicinales para el tratamiento de enfermedades como el cáncer o el sida, y de algunas del sistema nervioso y respiratorio. Además es un reconocido reparador de suelos y fijador de carbono. Por este potencial para el agro colombiano, estudiantes del Colectivo Siembra, de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira, promueven su cultivo en Cauca y Valle del Cauca.
A pesar del efecto psicoactivo de las plantasenteógenas
(tabaco, cannabis, coca, hongos, yagé o borrachero), los usos alternativos
ancestrales atribuidos a sus beneficios medicinales e industriales superan
cualquier prejuicio o discriminación. En algunas culturas, debido a sus
características místicas, estas plantas son apreciadas como “un regalo de los
dioses” y están ligadas a sus tradiciones y creencias.
Pero no todo es magia y divinidad, por sus efectos
psicotrópicos, su uso es prohibido en algunos países, y consecuentemente
estigmatizado. Según el Informe mundial de las drogas de la
Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), en 2022 la
cannabis fue considerada como la “droga ilegal” más consumida por 209 millones
de personas entre los 15 y 64 años de edad, es decir más del 4 % de la
población mundial.
En Colombia, el proyecto de ley que cursa en el Congreso de
la República para legalizar la marihuana para consumo adulto, en marzo superó
por mayoría el quinto debate en plenaria de la Cámara de Representantes, de
ocho que deberá surtir, un hecho sin precedentes si se tienen en cuenta los
anteriores intentos fallidos.
Ante el escenario que se vislumbra en el país, 40
estudiantes de las Ingenierías Agronómica, Agrícola, Agroindustrial y
Ambiental, además de Administración de Empresas y Diseño Industrial de la UNAL
Sede Palmira, se unieron para crear el Colectivo Siembra pensado en fomentar el
conocimiento y la investigación de estas plantas, y con ello “contrarrestar la
desinformación, la discriminación y los estereotipos con los que las asocien”.
Juan David Rojas Villafañe y David Garzón, estudiantes de
Ingeniería Agronómica, afirman que “la principal preocupación con la que se
creó el colectivo fue cómo atender la estigmatización social hacia quienes
consumen y siembran estas plantas”. Así promueven su potencial industrial y
medicinal, para lo cual iniciaron con el cáñamo, derivado del C. sativa,
uno de los cultivos clave en muchas partes del mundo por su potencial textil e
industrial.
Con este propósito, se organizaron en mesas de trabajo con
diferentes líneas para sensibilizar a la comunidad universitaria y externa con
actividades culturales y para gestionar proyectos con cáñamo e incentivar su
cultivo y diversos usos en las comunidades de Corinto y Toribio (Cauca) y en la
zona alta y baja del Valle del Cauca.
Cáñamo, cultivo con potencial
Por su parte el estudiante Garzón menciona que “como sede
agrónoma debemos entrar justo en este auge que vendrá por cuenta de la posible
legalización del cannabis”, al explicar que a partir del cáñamo los
cultivadores pueden elaborar maletas, manillas, botas y otros elementos
textiles, además de productos agrícolas y cosméticos.
Se trata de la fibra que extraen de la especie C.
sativa, una planta dioica, es decir que tiene flores femeninas y
masculinas. De las flores femeninas se forma el “moño”, que es rico en resinas
que contienen más de 100 cannabinoides; por el contrario, las plantas macho son
más altas y delgadas y contienen vainas que parecen flores, pero su efecto no
es el mismo; de estos tallos extraen las fibras y forman una cuerda que es el
cáñamo.
Respecto a las propiedades farmacológicas, los cannabinoides
son sustancias químicas que se encuentran en las plantas de forma natural y son
apreciadas por sus beneficios en el tratamiento de la ansiedad y la depresión,
en el manejo del cáncer y el dolor, y para combatir el insomnio y los
trastornos alimenticios, entre otros problemas de salud, y por lo tanto estos
componentes tienen un alto potencial para la industria farmacológica.