martes, 16 de mayo de 2023

Asistencia alimentaria se queda corta al enfrentar crisis de alimentación en Bogotá

 En esta idea coincidieron los asistentes a la conferencia “Retos para la construcción de la ciudadanía alimentaria en Bogotá”, organizada por egresados de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL). En este espacio se destacó además la necesidad de buscar nuevas estrategias para asegurar el acceso de la ciudadanía a alimentos seguros, suficientes y nutritivos y no tener que depender exclusivamente de la asistencia alimentaria, y se argumentó que es fundamental diversificar las opciones disponibles.

Daniel Bernal Rojas, nutricionista y magíster en Seguridad Alimentaria y Nutricional de la UNAL, fue enfático al señalar que “el principal reto es que, desde la misma institucionalidad, los decisores y sus respectivos asesores superen la perspectiva de que atender lo alimentario se debe hacer únicamente de forma asistencial”.

De los 21.483 casos de desnutrición aguda reportados por el Instituto Nacional de Salud (INS) a 31 de diciembre de 2022, en Bogotá se registraron 4.089 casos, es decir el 19 %, lo cual evidencia parte de los desafíos relacionados con la seguridad alimentaria.

Precisamente para superar de manera progresiva la inseguridad alimentaria y la malnutrición, desde 2019 Bogotá cuenta con la política pública de seguridad alimentaria y nutricional “Construyendo ciudadanía alimentaria 2019-2031”,con la que se plantea garantizar el derecho a la seguridad alimentaria de los habitantes en la capital del país, a través del abastecimiento de agua y la distribución de alimentos saludables. Pese a ello, los retos permanecen.

Uno de ellos es la disponibilidad y el acceso a alimentos de calidad para todos los ciudadanos, en especial aquellos en situación de vulnerabilidad económica. A pesar de ser una ciudad con una amplia oferta de productos alimentarios, todavía hay áreas y comunidades que enfrentan dificultades para obtener alimentos nutritivos y a precios asequibles. “Esto puede obedecer a limitaciones económicas, falta de acceso a mercados cercanos, o a la ubicación en zonas de difícil acceso geográfico”, indicaron los participantes a la jornada.

Ante esto, el nutricionista Bernal, quien también es consultor en derecho humano a la alimentación –referente distrital de la política pública de seguridad alimentaria y nutricional de Bogotá–, dijo que desde su rol aún ha evidenciado que frente a las crisis alimentarias algunas instituciones tienen como única respuesta la asistencia alimentaria.

“Es crucial superar esta visión, ya que mantenernos en lo que se ha hecho en los últimos 15 años y que hemos comprobado que no funciona no nos llevará a un progreso. Es fundamental impulsar y fortalecer la soberanía alimentaria, posicionándola como un objetivo prioritario. Además debemos hacer del derecho a la alimentación un horizonte de trabajo claro y necesario para asegurar que todos los ciudadanos tengan acceso a alimentos de calidad y suficientes”, indicó.

Para subsanar la inseguridad alimentaria las personas recurren al sonado “rebusque”, tanto de dinero como de alimento, y este tipo de prácticas responden a unos determinantes sociales en la salud que deben ser tratados, reconocidos y abordados de manera particular y no generalizada.

“Si abordamos todo de una única manera en una ciudad como esta que tiene alrededor de 8 millones de personas, nos vamos a quedar cortos en los territorios, que es donde se presentan contextos que desde arriba, desde la institucionalidad, no se percibe” manifestó el experto.

Sobre los conceptos y las proyecciones

Soberanía alimentaria y seguridad alimentaria, entre otros conceptos, aunque parecieran ser diferentes, tienen el mismo objetivo de garantizar que cada persona, hombre, mujer o niño, tenga acceso al derecho humano de la alimentación.

“Algunos de esos conceptos han quedado de gobiernos o se han dado en la academia, pero lo cierto es que se debe tratar de hablar menos de seguridad y soberanía alimentaria y hacerlo más del posicionamiento, el reconocimiento y la garantía que tiene el derecho a la alimentación”, explicó el nutricionista Bernal.

Sobre lo esperado para la ciudad en materia alimentaria para los próximos años, el experto dijo: “yo sinceramente espero que en los siguientes tres o cuatro años haya al menos un cambio positivo en estas cifras de inseguridad alimentaria, que se estabilice y empiecen a disminuir en la medida que se vaya solventando la crisis que ocasionó la pandemia”.

 






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