En esta vereda, ubicada a 30 minutos de Tumaco, 25 familias han aprendido a sacarle provecho a este fruto autóctono de América. La innovación social y el desarrollo sostenible han hecho posible que 11 emprendimientos le apuesten a la elaboración de jabones, cremas faciales y cocadas, entre otros productos con potencial económico. Este es uno de los resultados del proyecto “Cacaotiando Tumaco”, liderado por la Universidad Nacional de Colombia (UNAL).
Uno de los retos de esta iniciativa es agregarle valor a la
cadena del cacao de esta zona rural, haciendo que la población vuelva a ver
este producto como una alternativa económica viable.
Aunque se encuentre ubicado en una esquina de Colombia,
Tumaco no es ajeno a lo que pasa en el país y en el mundo. Por ejemplo, una de
sus problemáticas recientes tiene que ver con el invierno que desde 2022 afecta
muchas partes del territorio, lo cual impacta en el rendimiento del cacao, y de
paso en el margen de ganancias. De hecho, el desbordamiento del río Caunapí,
fuente de agua para la población de La Espriella, ha impactado en los cultivos.
A lo anterior hay que agregarle que el precio del cacao –como
la mayoría de las materias primas agrícolas– depende de la oferta y la demanda;
en este caso, como sucede con el café y el petróleo, Colombia también se rige
por el precio de la Bolsa de Valores de Nueva York y Londres.
Precisamente, una de las consecuencias de la pandemia por
COVID-19 ha sido el impacta en la variación del precio de este aromático fruto;
a ello se agrega que Europa ha empezado a reducir su consumo, por lo que los
principales países productores han tenido sobreproducción desde el periodo 2020-2021.
¿Y quién dijo que la única forma de comercializar el cacao
es a través del chocolate? Un equipo de expertos de la UNAL se ha dado a la
tarea de mostrarles a los cacaoteros de La Espriella toda la versatilidad que
ofrece este cultivo.
De la cadena de producción de cacao se generan tres
subproductos: el mucílago, la cáscara y la cascarilla. En Colombia se aprovecha
solo el 20 % del fruto del cacao, y se estima que cada año se generan
43.940 toneladas de residuos agroindustriales de este cultivo.
El profesor William Vásquez Rodríguez, líder del proyecto
“Cacaotiando Tumaco”, indica que “el fruto y sus residuos sirven como materia
prima para elaborar productos cosméticos como jabones, cremas humectantes y
labiales, entre otros, y en la industria alimentaria galletas y tortas”.
“Con la participación de un equipo interdisciplinario, esta
iniciativa quiere devolverle al cacao de la región su papel protagónico para la
comunidad, más allá del tema netamente económico, pues este representa un
aspecto importante de sus saberes tradicionales, cuyas prácticas se resisten a
desaparecer”, afirma el docente.
“Aunque la manera orgánica de cultivar cacao no atenta
contra el medioambiente, evitar que este se vea atacado por enfermedades puede
tardar más de un año, lo que retrasa las cosechas”.
Así, estudiantes de secundaria de la Institución Educativa
Nuestra Señora del Carmen San Bernardo de Espriella y miembros de sus familias
aprendieron sobre el proceso productivo de crear los jabones artesanales a base
de cacao mezclándolo con avena, manzanilla o caléndula; también sobre la
transformación de esta materia prima en crema hidratante para la piel.
Algunas de estas iniciativas convertidas en emprendimientos
llegaron hasta el IV Congreso Internacional de Innovación Social 2022,
realizado en la UNAL Sede Manizales, donde las conocieron participantes del
sector de innovación de España, Brasil y Uruguay.
De “Cacaotiando Tumaco” forman parte el Instituto de
Estudios del Pacífico de la UNAL Sede Tumaco y el Grupo de Investigación en
Artes, Educación y Cultura de la Facultad de Artes de la UNAL Sede Bogotá. Así
mismo, cuenta con el apoyo de las egresadas en esta área Lisbeth Meneses, Ana
María Segura y Jenny Bueno y 11 estudiantes del Programa Especial de
Admisión y Movilidad Académica (Peama) de la UNAL Sede Tumaco, y
estudiantes de la Maestría en Educación Artística.
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