En 2022 Colombia tuvo una producción récord de 1,77 millones de toneladas de palma de aceite, producto esencial en la industria alimenticia y en la elaboración de biodiésel. Sin embargo aún hay plagas, especialmente larvas de mariposa, que se comen las hojas y dañan hasta la mitad de los cultivos, por lo que son el dolor de cabeza de los palmicultores. Uno de sus controladores naturales es la avispa Agelaia sp.; el estudio de sus nidos en una zona del Cesar reveló que albergan hasta 6.000 individuos y vuelan hasta 400 m alrededor de su hogar, mucho más que otros de sus familiares.
¿Para qué sirve este hallazgo realizado por biólogos de la
Universidad Nacional de Colombia (UNAL)? El estudio encontró que uno de los
alimentos predilectos de las avispas son las larvas de la mariposa nocturna
gigante (Opsiphanes cassina) –que habita desde México hasta el
Amazonas–, por eso se les considera como guardianas de los cultivos de palma en
el país.
Las pequeñas orugas tienen el cuerpo dividido en segmentos,
con patas en algunas partes, y varían entre colores brillantes y llamativos o
colores neutros para pasar desapercibidas. Las hojas de palma constituyen hasta
el 70 % de su alimentación, en un proceso llamado defoliar que tiene
repercusiones negativas y rápidas para los cultivos, ya que desembocan en
pérdidas millonarias para este sector que, según el DANE, en 2022 tuvo ventas
internacionales por unos 211 millones de dólares.
Por participar con el 17,6 % del producto interno bruto
agrícola del país, los palmicultores buscan implementar mejores estrategias
para proteger sus cultivos, y es ahí donde aparece la UNAL con un proyecto que
analiza el comportamiento de avispas como Agelaia sp.,
llamadas “sociales” por la manera como se organizan en colonias jerárquicas y
con división de labores.
Según el biólogo Hans Santiago Poveda Marroquín, “nunca
antes se había descrito cuántos individuos de esta especie colonizan un nido en
los cultivos de palma, y fue gracias al uso de una pintura que se determinó
esta cantidad; las avispas se capturaron en una red entomológica (herramienta
diseñada específicamente para esta tarea) y se les hizo una pequeña marca con
pintura para luego contar las que salieron y no repetir”.
Se determinó que en un solo nido puede haber entre 900 y
7.000 avispas, cifra que muestra el potencial que tienen para capturar las
larvas de O. cassina, pues “esta variación se debe a que las
avispas tienen una naturaleza de migración y cuando superan la capacidad de
individuos se trasladan a otra zona del cultivo, asentándose en cavidades que
encuentran en las palmas”.
“La abundancia de avispas está directamente relacionada con
la abundancia de sus presas, lo que quiere decir que se trasladan a sitios en
los que posiblemente están las larvas dañando las hojas”, indica. El estudio se
realizó en 6.000 hectáreas del Grupo Agroindustrial, Hacienda La Gloria, un
terreno dedicado al cultivo de palma de aceite al sur de Cesar.
No obstante, el biólogo explica que “aún falta identificar
alrededor de un 60 % de las muestras, ya que algunas no tienen rasgos
morfológicos dicientes, ya que las avispas les hacen daño al capturarlas y les
quitan partes fundamentales para la descripción. Se espera que en futuras
investigaciones se utilicen técnicas de secuenciación de ADN”.
Por último, en el ámbito de vuelo también hubo hallazgos,
como por ejemplo que las avispas se desplazan hasta 400 m del nido,
contrario a lo que se pensaba, que se movían a 100 m, lo que les da un
mayor rango de acción contras las plagas de la zona.
“Observamos que entre las 8 de la mañana y las 4 de la
tarde, cada 15 minutos entran al nido 250 avispas en promedio, salen 300, y 70
capturan y transportan alguna presa para alimentarse”, concluye el biólogo
Poveda.
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