Tener un huerto en casa y abastecerse de él para alimentarse ahora será posible para unas 200 familias caleñas de zonas urbanas y rurales que le apuestan a la soberanía alimentaria mediante prácticas agroecológicas. Así garantizarán el acceso a hortalizas, frutas y plantas medicinales.
Mediante un convenio interadministrativo entre el
Departamento Administrativo de Gestión del Medio Ambiente (Dagma) de la
Alcaldía de Cali y la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira,
cerca de 200 huerteros de las 22 comunas y 15 corregimientos rurales de Cali
reciben acompañamiento para establecer y fortalecer huertas agroecológicas y
cuidar las cuencas hidrográficas.
Los beneficiarios han asistido a talleres sobre seguridad y
soberanía alimentaria; planeación y construcción de huertas agroecológicas;
manejo de organismos acompañantes de cultivos; custodio de semillas,
multiplicación, calidad y conservación; y biopreparados y asociatividad.
Con los huerteros de las zonas rurales también se trabaja en
reforestación, gallinas ponedoras, pollos de engorde, capacitación y
acompañamiento en la elaboración de bioinsumos agroecológicos para que sean
usados como insecticidas naturales.
En el proyecto participan personas provenientes del Cauca,
Chocó y otras regiones del Pacífico que viven en Cali. Hay huertas en colegios
con estudiantes de primaria y bachillerato, otras lideradas por mujeres,
también de reinsertados y de aficionados que tienen antejardines o patios para
sembrar sus alimentos.
“Estamos generando la semilla para fortalecer la red de
huerteros agroecológicos en Cali. Además de las capacitaciones y los talleres,
se han establecido huertas madre básicas para las comunas, y en las próximas
semanas les entregaremos kits con semillas, micorrizas y abonos especializados
para las plantas, entre otros elementos”, señala el director del proyecto,
Diego Ángel, profesor de la UNAL Sede Palmira.
Ruddy Ocoro Montaño, coordinadora del Grupo de Gobernanza y
Cultura Ambiental del Dagma, agrega que “con esta iniciativa buscamos que los
ciudadanos puedan reemplazar algunas plantas ornamentales por plantas de pan
coger pequeñas como fríjoles, tomate cherri, hortalizas y legumbres, como una
estrategia de educación ambiental y de fomento a la alimentación”.
Según la funcionaria, entre los huerteros hay personas que
ya tenían en sus casas o apartamentos algún tipo de huerta, y otros que
arrancaron de cero gracias a la convocatoria.
“La primera parte del proyecto busca educar alrededor de las
huertas: enseñarles a los ciudadanos a sembrar, a identificar las semillas, a
conocer el proceso que estas deben tener en cada temporada del año y a hacer
abonos”.
Huertas, opción para la seguridad alimentaria
En su casa o apartamento, cualquier persona puede utilizar
el patio, la terraza o el antejardín para sembrar alimentos como hortalizas,
verduras, legumbres, frutas y plantas medicinales. ¿Qué necesita? Un par de
materas, tierra, semillas y abonos que pueden ser naturales, un insecticida
natural y ganas de tener su propia huerta.
En una matera se puede empezar por cosas pequeñas como el rábano, que da frutos en 45 días, lechuga, col, papa amarilla o tomate cherri, que demora hasta tres meses en producir.
Además de las hortalizas, también se pueden cultivar plantas condimentarias como cilantro, albahaca, cebollino, laurel y romero, entre otras, y medicinales como aloe vera, caléndula, manzanilla, limonaria y cola de caballo.Los biopreparados caseros que funcionan como insecticidas
naturales se pueden elaborar con vinagre y miel, o hacer ajidol, que tiene como
base agua, ají y sábila, las cuales se maceran o licúan, y luego se rocía la planta
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