jueves, 27 de junio de 2024

¿Qué tipo de luz mejora el rendimiento de un cultivo de Cannabis sativa?

 Esta fue la pregunta que se hizo un magíster en Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), quien en su investigación en la Sabana de Bogotá determinó que al suministrar luz led blanca en invernaderos durante la siembra o fase vegetativa de tres variedades de Cannabis sativa L. (Calotoweed, Higth Cool y Souce Cauca) se aumenta la producción del contenido de cannabidiol (CBD), sustancia química con propiedades terapéuticas.

Este hallazgo permite entender el comportamiento del cultivo en las condiciones agroclimáticas de la Sabana de Bogotá, pues, como asegura el investigador Julián Eduardo Carranza Ramírez, “en el país se conoce poco el efecto del tipo de luz en el desarrollo, el rendimiento y la síntesis de cannabinoides”.

En su proyecto comparó la luz led blanca con la luz led DR/W, que presenta una composición de luz con mayor proporción de luz roja, la cual tiene efectos en el crecimiento y la producción de CBD en las plantas de cannabis, y también de tetrahidrocannabinol (THC), que aunque se ha asociado con los efectos psicoactivos, también es de importancia medicinal.

El experimento –adelantado con 1.060 plantas en total para las 3 variedades– se realizó en una empresa ubicada en La Conejera, dedicada a la producción de esta planta; es una finca de alrededor de 10 hectáreas y se usó un invernadero, ya que esto permite controlar las condiciones ambientales en el cultivo. 

“La temperatura promedio del invernadero es de 17 °C; los tratamientos de luces se separaron mediante cortinas plásticas negras para evitar la contaminación lumínica y estuvieron presentes durante la fase vegetativa hasta 60 días después, momento en que inició la etapa de floración”, explica el investigador Carranza.

Así se identificó que las plantas sometidas a la luz led DR/W (mayor proporción de luz roja) crecieron un 30 % menos, ya que en condiciones normales –lo que se simuló con la luz convencional o led blanca– alcanzaron hasta 1,45 cm, mientras en el experimento alternativo crecieron 1,20 cm.


Por otro lado, el área foliar (follaje u hojas) también disminuyó hasta en un 55 %, lo que se traduce en una reducción de entre 500 y 1.000 cm2, es decir que se generó una compactación del dosel. Y como último punto, la producción de CBD con luz led DR/W se redujo un 3 % en comparación con la luz led blanca.

“Con el THC ocurrió algo muy interesante, y es que cuando se usó la luz led de espectro rojo se presentó una mayor concentración, lo cual no se conocía para este tipo de iluminación en Cannabis sativa L. en el país”.

“Esto nos brinda una idea de lo que ocurre con la variación del tipo de luz, y de cierta manera es una guía para que los productores sepan qué parámetros deben manejar si quieren uno u otro  compuesto. Usar luz led blanca –que es la empleada típicamente en la mayoría de los cultivos bajo invernadero– ayuda a tener una mayor producción de CBD, pero para el THC la historia cambia; incluso hay estudios que han probado la luz led azul con buenos resultados”, asegura el investigador.


Otro punto a tener en cuenta en estos cultivos es el costo asociado con el uso de una u otra luz; en el estudio se determinó que la luz led blanca es un 50 % más económica, pero a largo plazo la alternativa de espectro rojo es más rentable, un factor determinante ya que los cultivos que requieren condiciones controladas, y por ende más energía. También es importante señalar que estos cultivos requieren una serie de permisos del Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) y de vigilancia por entes de control como el Ministerio de Justicia y del Derecho.

Las plantas se analizaron en todas sus fases en invernadero con observaciones y mediciones del crecimiento de las hojas, tallos y en general la acumulación de biomasa en cada parte de la planta; a su vez, se usaron equipos como un termómetro infrarrojo y un analizador de florescencia para determinar la tasa de transporte de electrones, un parámetro relacionado con las fotosíntesis.

Para determinar el contenido de cannabinoides y su rendimiento se realizó el secado de las plantas –hasta que tuvieran un 9 % de humedad–, luego se trituraron y se extrajeron muestras que se expusieron a un analizador de potencias que muestra la concentración específica de cada cannabinoide; en el caso del THC, no superó los niveles permitidos para plantas no psicoactivas (1 %).

 






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