Este fruto, conocido en algunos municipios de Boyacá como el “café de tierra fría” (por su similitud con el famoso grano colombiano), presenta en el departamento un mayor aprovechamiento gracias a alianzas para comercializarlo en presentaciones distintas como vino, salsa para carnes, mermeladas y en fruto.
La asociatividad de los productores y recolectores de la
zona les permite mayor visibilidad ante las alcaldías y demás instituciones
públicas, mediante la participación en mercados campesinos y propuestas de
proyectos, así como un mayor poder de mercado y negociación con el consumidor.
El agraz silvestre es un especie arbustiva perteneciente a la familia Ericaceae, y es conocida por sus cualidades antioxidantes, buenas para la salud humana. En Colombia es común verlo en terrenos de subpáramos como los de Cundinamarca, Antioquia, Nariño y Boyacá, este último con el registro de producción más alto.
“Aunque esta planta es conocida por sus beneficios para la
salud, no suele ser muy aprovechada como sistema productivo. Sin embargo, desde
estas asociaciones se dan iniciativas de aprovechamiento que le apuntan a la
multifuncionalidad como forma de sacarle el máximo provecho a los cultivos”.
Así lo detalla Santiago Quevedo Rubiano, magíster en Gestión
y Desarrollo Rural de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), quien en su
estudio hizo una revisión de literatura y consultó con expertos en el tema,
como el docente de la UNAL Gustavo Adolfo Ligarreto Moreno.
“Ya en campo me di cuenta de que no habían datos e
información suficiente de estos productores o agraceros, por lo que inicié con
el muestreo “bola de nieve” acudiendo a productores referenciados, a quienes
entrevisté mientras ellos me referenciaban a otros y así sucesivamente”.
Mercado en potencia
Por lo general la planta del agraz no se siembra sino que se
da de forma natural, gracias al esparcimiento de sus semillas por aves o
animales rumiantes de la zona, por lo que los campesinos dedicados a su
producción se conocen más comúnmente como recolectores.
“Una de las importantes ventajas de este fruto es que parte
de ese mismo aprovechamiento silvestre va de la mano con una producción sin
agroquímicos, por lo que dentro de las estrategias de aprovechamiento está
diferenciarlo de otros frutos similares como el arándano, que se produce a
mayor escala y tiene mayor inversión en abonos o sustancias para su cultivo”.
Según el investigador, los productores interesados en
sacarle mayor provecho a estos cultivos deben proyectarlo como un fruto
diferenciado por ser agroecológico y con fuerte relación con las manos
campesinas que lo recolectan, por ahora como una alternativa de ingreso
secundario.
También se ha dado un aprovechamiento interesante en el
territorio boyacense, donde varios productores lo han visto como una
alternativa de reconversión productiva, pues muchos de ellos tenían ganado que
genera un mayor impacto ambiental y reemplazaron esa actividad por cultivos de
agraz, otras frutas y hortalizas.
“Es una práctica muy interesante y bonita, y una alternativa
que aún no está explotada. Sé que como consumidores, si supiéramos que se
produce de manera agroecológica, que es un producto nuestro y que es recogido
por familias campesinas, y con el apoyo de la marca asociativa, quizá lo
preferiríamos para consumirlo”.
Junto con la divulgación de las bondades y beneficios de la
producción y el consumo de este fruto también debe haber un fortalecimiento
técnico de los procesos, que con el tiempo pueda llevar a que se nivelen más
los precios y que sea más rentable, viendo el agraz no como monocultivo sino
como un sistema policultivo con otros productos que ayuden a la conservación de
los subpáramos.
“Los productores asociados con estos cultivos trabajan para
que Boyacá sea conocida como la tierra del agraz, ya que allí se pueden ver de
lado a lado en las zonas montañosas, y cuenta con todo el potencial para ser
tan importante como el Eje Cafetero del país”, concluye el investigador de la
UNAL.
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