En el germoplasma (genética) de la caña de azúcar (Saccharum spp.) habría genes que acumulan mayor cantidad de sacarosa, se adaptan a varios ambientes durante la cosecha y son progenitores de mejores variedades de caña con estas características.
Así lo comprobó el ingeniero agrónomo Cervando Madrid León,
magíster en Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL)
Sede Palmira, al evaluar genotipos de caña de azúcar en el primer tercio de la
zafra (cosecha de junio a mitad de agosto).
La investigación, que se desarrolló en Guayas (Ecuador), con
el apoyo del Centro de Investigación de la Caña de Azúcar (Cincae) de ese país,
buscó variedades de este cultivo con propiedades más atractivas para la
producción, como por ejemplo alto contenido temprano de sacarosa, buen rebrote
de la planta, escasa o nula floración y mejor apariencia.
“Existen cultivos de caña de azúcar con maduración temprana,
mediana y tardía. En Ecuador se suelen manejar variedades de caña de maduración
mediana, es decir que se cosechan alrededor de los 12 meses. Nos propusimos
encontrar genotipos de caña que se pudieran cosechar a los 10-11 meses de edad,
lo cual permitiría iniciar la zafra más temprano con altos contenidos de azúcar
y tener una mayor rentabilidad para la industria azucarera” explica el
magíster.
Además de este criterio, los investigadores buscaron que
estos genotipos se pudieran adaptar a diferentes ambientes dentro de las zonas
de producción y que tuvieran una constitución genética adecuada para usarlos
como progenitores en programas de cruzamientos que creen nuevas variedades con
alto potencial de acumulación de azúcar.
En Ecuador, como en el primer semestre del año viven
temporadas invernales muy fuertes que no permiten realizar la cosecha, en el
segundo semestre realizan toda la producción por tres temporadas.
El primer tercio de zafra debe salir de una etapa invernal
bastante fuerte, de suelos con mucha humedad, que hace que el contenido de
azúcar baje; cuando se inicia la zafra hay en promedio de 80 a 90 toneladas de
caña por hectárea, pero con contenido de azúcares bastante bajos, cerca de unos
60 KATC (kilogramos de azúcar por tonelada de caña).
Rendimientos de azúcar
Por ello seleccionaron 90 genotipos y los sembraron en
parcelas de tres ingenios distintos. Entre los 10, 11 y 12 meses sacaron
muestras de siete tallos primarios de cada parcela, las desfibraron (moler
hasta reducirlas a fibras más simples) y pesaron 500 gramos en una prensa
hidráulica en la que se extraen jugos por compresión.
El magíster detalla que “de ese jugo se sacó un litro y se hicieron una serie de procesos de clarificación y paso al polarímetro (un equipo que determina la sacarosa aparente usando las propiedades químicas de los carbohidratos al rotar en una luz polarizada). Con los datos de POL% (medida de cantidad de azúcar) que arrojó este equipo, se calculó el rendimiento de azúcar y se escogieron los genotipos con los valores más altos”.
La investigación halló que dentro de este grupo de genotipos
de caña de azúcar existe variabilidad genética, con un valor de heredabilidad
intermedio a alto, entre 48 y 76 %. “Estos genotipos se pueden utilizar
como progenitores con una alta probabilidad de que la acumulación de azúcar sea
transmitida a su progenie a través de cruzamientos”, explica el magíster.
De este grupo, seis genotipos tuvieron acumulación temprana
de sacarosa, tanto a los 10 como a los 12 meses para la cosecha, y
características agronómicas deseables como buen rebrote, baja o nula floración,
y se adaptaron mejor a través de los ambientes de evaluación. Los nombres
científicos de estos genotipos fueron: EC04-161, ECSP01-445, B74132, EC03-590,
EC-08 y EC03-619.
El ingeniero afirma que “otros países productores, como
Colombia, podrían replicar los resultados y experimentar con los genotipos. Los
ingenios y centros de investigación pueden generar convenios de cooperación y
hacer intercambios de germoplasma y variedades de caña para experimentar con
las más convenientes para su producción comercial, lo cual contribuirá a
mejorarla, y también la rentabilidad de la industria azucarera de nuestra
región”, subraya.
Caña en Colombia
El ingeniero concluye que Latinoamérica podría entregarle al
mundo más variedades de caña y mayor producción si se apoya la investigación
agronómica.
Según el Ministerio de Agricultura, el 8 % de los
cultivos permanentes de Colombia corresponden a la caña, con más de 400.000
hectáreas.
El 62 % de esta producción se destina a la producción
de panela, el 32 % de azúcar y el 7 % de mieles, de lo que se
sostienen 70.000 productores y 20.000 trapiches de 511 municipios en 28
departamentos.
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