La estrategia de que los pequeños productores de papa y sus vecinos se unieran y ofrecieran sus cosechas en las carreteras para disminuir sus pérdidas económicas, mientras que –como contraparte– los consumidores se acercaran a comprar, es un modelo exitoso de marketing mutualista.
En solo dos fines de semana de noviembre de 2020, los
papicultores de Boyacá y Cundinamarca afectados por la pandemia lograron una
venta de más de 820 toneladas, que representaron en su momento más de 600
millones de pesos, logrando un precio final de 40.000 pesos, a diferencia de
los 25.000 que les pagaba el distribuidor.
Implementar esta estrategia colaborativa de manera oportuna,
apoyada por los medios y promovida por el Gobierno, permitió salvar no solo las
cosechas sino también la economía de los productores.
“Se trata de marketing mutualista, definido
–desde la metáfora biológica aplicada a las organizaciones– como una acción en
la cual productores (especies) vulnerables se integran con consumidores
(especies que requieren el producto) para favorecer el proceso de
comercialización”.
Así lo explica la profesora Luz Alexandra Montoya, doctora
en Economía de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Medellín, quien
junto con su equipo de colegas realizó la investigación de tipo estudio de caso
“Marketing simbiótico, alternativa para productores”.
Este se basa en una metáfora biológica –comparación de los
sistemas organizacionales con modelos sociales biológicos– como estrategia
emergente para analizar las salidas requeridas a esta dificultad puntual que
puede dejar enseñanzas y nuevos modelos de operación.
Sobre el caso de la papatón, recuerda que “al llegar la
pandemia como evento no esperado y de alto impacto en la economía, llegaron las
dificultades. Los productores se quedaron con el producto en las fincas, los
sistemas de comercialización pagaban poco por el producto en sitio, la demanda
se disminuyó y los sistemas de transporte lo hacían costoso en el mercado para
consumidores afectados por las cuarentenas estrictas”.
En diciembre de 2020 los precios del tubérculo, que antes
del COVID-19 variaban según el tipo de papa y el lugar, con precios en plaza de
900 o 1.000 pesos por kilo, llegaron a precios mínimos históricos de 350 y 400
pesos, los cuales resultaron insuficientes para cubrir los costos de producción
y brindarles alguna rentabilidad a sus productores.
Dificultades de la pandemia
Otro factor que incidió fueron las heladas, al comienzo de
2020, mientras que el inverno esperado en marzo-mayo fue de verano y las
siembras, al tener que moverse, hicieron que la cosecha se diera en octubre y
noviembre. Por último, también se tuvieron dificultades por la intermediación,
que elevó los precios afectando a las familias productoras.
Bajo este panorama que se acudió a la papatón, “una
estrategia de marketing mutualista simbiótico directo y
facultativo, por ser una ocasión temporal, mientras se gestionó la producción
de la cosecha, pero que deja procesos coevolutivos interesantes, tales como la
posibilidad de crear mercados campesinos organizados en las carreteras,
integración para la venta directa desde el productor, aprovechamiento del marketing no
pagado y el Estado como una especie adicional que apoya el
proceso desde las alcaldías, gobernaciones e incluso a nivel nacional”.
El marketing definido como estrategia
mutualista retoma el concepto de la colaboración interespecies, en la cual
ambos miembros del proceso se encuentran beneficiados para alcanzar un mejor
logro adaptativo y ajuste en el ecosistema.
Este concepto de colaboración entre los niveles distintos en
la naturaleza, que tienen diferentes fines, se convierte en una metáfora muy
interesante para explicar procesos de colaboración en entornos adversos y que
requieren intervención rápida.
En los sistemas de creación de valor se ha apreciado que la
cooperación muestra que la interacción aporta una eficacia muy superior en la
explotación de los recursos del medio en comparación con la vida solitaria,
siendo fundamental en la evolución y que, comparadas con los individuos
solitarios, las sociedades aportan una ventaja considerable al garantizar la
rentabilidad del trabajo de cada uno de sus miembros.
Por último, parece ser que la cooperación tanto en la
naturaleza como en las economías demuestra ser una estrategia más exitosa que
la competencia.
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