Aplicar biocarbón –o carbón activado– en suelos dedicados a plantaciones forestales (madera), por ejemplo de teca blanca (Acacia mangium), aumentaría la producción en un 47 % y ayudaría a reducir el uso de fertilizantes comerciales, los cuales generan un serio impacto al ambiente. Ensayos realizados en Puerto Gaitán (Meta), así lo demostraron.
Solo o mezclado con fertilizantes comerciales, el biocarbón
–derivado de residuos de podas y entresacas de árboles de teca blanca–
incrementó en el suelo la disponibilidad de nitrógeno, potasio, fósforo y
calcio, nutrientes esenciales en el desarrollo de teca blanca, cuya madera se
caracteriza por ser dura, resistente y gruesa, y porque se deja transformar
fácilmente en vigas, tableros de mesas y sillas, entrepaños de bibliotecas o
armarios.
Estos hallazgos se dieron en la investigación del
agroecólogo Giovanni Reyes Moreno para optar al título de Doctor en
Agroecología de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), y es un aporte
relevante si se tiene en cuenta que, según datos del Ministerio de Agricultura
y Desarrollo Rural, en 2021 había en el país 531.693 hectáreas dedicadas a las
plantaciones forestales comerciales, de las cuales alrededor de 400.000 estaban
dedicadas a la madera, y aspectos como el rendimiento son esenciales para que
los cultivos sean rentables.
El investigador, quien en la actualidad es profesor de la
UNAL Sede Orinoquia, explica que “el biocarbón es un tipo de carbón que se
obtiene a partir de la exposición a altas temperaturas de la biomasa (tallos,
ramas, hojas, etc.). Una de sus bondades es que funciona como
fertilizante orgánico que, combinado con los fertilizantes sintéticos, proporciona
una mejor rentabilidad en los cultivos de madera”.
Sin embargo, en el caso de Meta, por ejemplo, los residuos
teca blanca no están siendo aprovechados de manera adecuada y el 40 % de
la biomasa queda en el campo como desecho. Si estos se utilizaran como
fertilizante la eficiencia de la producción aumentaría hasta en un 30 %.
Primero en vivero
Antes de valorar las bondades del biocarbón en plantaciones
de grandes hectáreas, el estudio se adelantó en el vivero de A. mangium,
como se le conoce científicamente, en la empresa Cooperación Verde, en el
corregimiento de Planas (Meta).
La teca blanca es una especie heliófila, es decir que
requiere sol directo para desarrollarse; es de rápido crecimiento, se adapta
fácilmente a zonas con condiciones ambientales variables y suele crecer en
bosque húmedo y muy húmedo tropical, detrás de manglares y en pantanos.
A pesar de su gran capacidad de adaptación en suelos
degradados, con alta acidez y baja fertilidad, en algunas zonas el fuste recto
de los árboles de A. mangium no se desarrolla bien, lo
cual afecta su aprovechamiento en volumen y reduce su valor comercial.
Para el análisis de las diferentes variables con la adición de biocarbón en el sustrato y en las plántulas de acacia realizó un diseñó experimental con nueve tratamientos, tres repeticiones y tres materiales a evaluar: carbón activado de teca blanca, fertilizante sintético y mezcla de biocarbón más fertilizante.
Uno de los resultados fue que los tratamientos en los que se
mezclaron 40 ton/ha de biocarbón más 50 % de fertilizante mostraron
un mayor aumento.
Una alternativa económica al uso de fertilizantes
sintéticos
Después del ensayo en laboratorio, el investigador Reyes
hizo las pruebas de campo, en las que trabajó con 2.000 ha de plantaciones de
Cooperación Verde que producen cerca de 500.000 toneladas de residuos
forestales hasta el corte del árbol, lo que genera problemas fitosanitarios y
de manejo en el cultivo.
Tomó 27 muestras iniciales y finales de suelo –10 meses
después de sembrar las plantas en 27 lotes– en una rejilla rígida de
3 x 9 m, donde cada lote tuvo un área de 80 m²; estas 27
muestras derivaron de 6 muestras iniciales ubicadas a 20 cm de cada punto.
Las muestras se tomaron a una profundidad promedio de
30 cm del suelo y se analizaron según los mismos parámetros usados en el
ensayo en vivero. De esta manera se corroboró que al incorporar la mezcla de
biocarbón de teca blanca en combinación con el fertilizante sintético y solo el
carbón activado en el suelo, se incrementaron los valores de retención de
humedad y agua disponible.
De igual manera, el uso del biocarbón hizo que la producción
de madera creciera un 47 % en comparación de los fertilizantes sintéticos.
Además, aprovechar los residuos orgánicos que deja la actividad forestal
permite tener ganancias de hasta 1 millón de pesos por hectárea.
El profesor Giovanni Reyes busca continuar la investigación,
pero esta vez aplicado a economías de pequeñas escalas de la región, en
especial pequeños productores que puedan tener una alternativa que además de
mitigar los costos les permita tener un ingreso extra por la captura de
carbono.
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