Las nuevas generaciones tienen otras expectativas y las universidades no han implementado programas de información para que los bachilleres conozcan las características de las carreras del sector agropecuario. Por eso, las Facultades de Ciencias Agropecuarias y Agrarias de las Sedes Bogotá, Medellín y Palmira de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) trabajan en la creación de un programa de admisión especial que favorezca el ingreso a la Institución de estudiantes con vocación rural.
La iniciativa surge ante la disminución del número de
inscritos en programas de pregrado como Zootecnia, Ingeniería Agrícola e
Ingeniería Agronómica.
Esta se llevaría a cabo mediante acciones directas en el
territorio, la UNAL se desplazaría a colegios rurales para buscar estudiantes
con vocación por lo agrario, y también a través de becas que les garanticen no
solo el ingreso a la Universidad sino su sostenibilidad durante sus estudios.
Según el profesor Álvaro Betancourt, de la Facultad de
Ciencias Agropecuarias de la UNAL Sede Palmira, los jóvenes rurales han
encontrado en lo urbano “las comodidades que no encuentran en el campo”.
Para el profesor Aníbal Orlando Herrera, decano de la
Facultad de Ciencias Agrarias de la UNAL Sede Bogotá, “los jóvenes en el campo
entran en desventaja con respecto al examen de admisión de la UNAL, por la
educación que reciben en sus instituciones educativas".
Hace 50 años el 70 % de la población colombiana era rural y 30 % urbana, ahora la tendencia se ha invertido: la población rural corresponde al 22,9 % (poco más de 11 millones de personas), según el DANE. Además, apenas el 20 % corresponde a niños y jóvenes entre 10 y 19 años, mientras el 28 % tienen más de 50 años.
La reducción de la población rural se acentuará en los próximos años; de hecho, el Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía (Celade) estima que para 2050 esta será de apenas el 13 % de los colombianos.
Según el censo de 2017, Colombia contaba con 40 millones de
hectáreas aptas para agricultura y ganadería, de las cuales solo 7 millones
estaban sembradas. Pese a ello, el agro aporta casi el 9 % del PIB del
país, equivalente a cerca de 30 millones de dólares.
“Los servicios y las manufacturas superan de lejos al sector
agrícola”, señala el profesor Betancourt; no obstante, aclara que, por el
contrario, la agroindustria viene en crecimiento.
Por tal motivo, el proceso de admisión especial resulta
fundamental para estimular el interés de los jóvenes con vocación rural por las
carreras agrícolas y facilitar el acceso a la UNAL de los mejores bachilleres
de colegios rurales.
Un aspecto importante si se tiene en cuenta que las ciencias
agropecuarias y agrarias realizan un valioso aporte al desarrollo del país,
cuya vocación es agrícola.
Para el docente Guillermo Vásquez Velásquez, decano de la
Facultad de Ciencias Agrarias de la UNAL Sede Medellín, se debe analizar qué
contendría el examen especial de admisión que evidencie la vocación de los
jóvenes por las profesiones del agro.
Por su parte, el profesor Mario García, decano de la
Facultad de Ciencias Agropecuarias de la UNAL Sede Palmira, indica que “el
problema no tiene que ver con el cumplimiento de cupos, sino con la vocación de
los estudiantes, situación que se evidencia en la tasa de deserción de estas
carreras”.
El profesor Carlos Germán Muñoz, decano (e), informó que la
propuesta será elevada al Consejo Académico y posteriormente al Consejo
Superior Universitario de la UNAL para su aprobación.
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