jueves, 29 de septiembre de 2022

Vainilla del Pacífico colombiano, de las artes amatorias a producto de alto valor

 El hallazgo de diversas especies de vainilla en el Pacífico colombiano, entre ellas la más comercial del mundo, Vanilla planifolia, posiciona al país en el mercado nacional e internacional por su rápido crecimiento en los bosques del Chocó, y también por su exquisito y particular aroma, utilizado por los indígenas para atraer amores, sin conocer su valor comercial.

En un trabajo de campo que en 2015 recorrió desde Guapi (Cauca) hasta Bahía Solano (Chocó), el Grupo de Investigación en Orquídeas, Ecología y Sistemática Vegetal, de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira, reportó el hallazgo de nueve especies de vainilla. Siete años después, los esfuerzos para impulsar su producción en estos territorios empiezan a dar frutos.

Mientras que en México, de donde se creía originaria V. planifolia, hay que recorrer distancias de hasta 20 km2 para encontrar la planta, en Chocó no solo se existe una gran densidad por unidad de área, sino que varias especies comparten el mismo espacio, lo que facilita el cruzamiento entre ellas y las singularidades químicas que las hacen más apetecidas por la industria mundial de alimentos y cosméticos.

Otra ventaja que está haciendo que los ojos de la industria se posen cada vez más sobre Colombia, es que en México, Madagascar (África) y China –mayores productores de vainilla en el mundo– la planta se comporta como un cactus, y por eso registra un crecimiento lento, en el que se deben esperar hasta tres años para tener la primera floración y nueve meses más para los primeros frutos, mientras en el Pacífico colombiano la riqueza hídrica y el clima incentivan su crecimiento, dando los primeros frutos al año y ocho meses.

El profesor Robert Tulio González Mina, de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la UNAL Sede Palmira, afirma que “la química de los frutos de la V. planifolia del Chocó es muy parecida a la que se considera como la mejor vainilla del mundo, producida en Tahití, en el Pacífico sur”.

También destaca la existencia de un fruto híbrido de dos especies, que también está en el Chocó, reconocido por el aroma a vainilla y compuestos que emanan olor a anís.

El académico señala que “a partir de los estudios adelantados por el grupo, se ha comprobado por primera vez en el país que la vainilla que se produce en el Pacífico crece más rápido que en cualquier parte del mundo”.

De Chocó para el mundo

Algunas comunidades indígenas usaban la vainilla por su aroma para atraer o corresponder a los amores. Las mujeres usaban la planta biche curada para hacer collares y cautivar al hombre, y ellos a su vez impregnaban su ropa con esta especie para iniciar la conquista. Era un recurso del cual no se conocía su valor comercial.


Sin embargo, con los datos arrojados por la ciencia, la ONG SWISSAID (Agencia de Cooperación Suiza para el Desarrollo) puso en marcha, con consejos comunitarios, asociaciones de productores y universidades – entre ellas la UNAL Sede Palmira–, un plan de acción para estimular la vainilla como producto de desarrollo local que genere ingresos a las comunidades indígenas y afro, mediante capacitaciones sobre el manejo eficaz de los cultivos.

El proyecto, que inició en 2016 con 18 productores de la zona, hoy cuenta con 200 agricultores y se ha materializado en la empresa comunitaria Aromas y Sabores, que hace todo el proceso de compra, acopio, curado y comercialización de la vainilla.

“Estamos domesticando una especie que se encuentra de manera silvestre en la selva”, indica Astrid Álvarez, funcionaria de la ONG y egresada de la UNAL Sede Medellín, quien informa que el 30 de septiembre se les presentará a las comunidades el Plan de Manejo de la Vainilla, con el fin de que no haya sobreexplotación.

Los expertos señalan que tradicionalmente en Colombia la industria utiliza la vainilla sintética porque es más económica que la natural. Sin embargo, este fruto de la orquídea podría representar importantes ingresos para los productores. El agricultor o vainillero la vende en óptimo estado de madurez a la empresa, esta a su vez hace el curado – que dura de dos a tres meses– y la vende al consumidor final. 

El valor del kilo verde cuesta alrededor de 150.000 pesos, precio superior al kilo de café o de cacao.

En la actualidad, gracias al convenio firmado con SWISSAID Colombia, la UNAL Sede Palmira inició una investigación para estudiar los insectos asociados con el cultivo de vainilla en Bahía Solano.



 





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