Una barrera para establecer relaciones entre universidades y empresas, cruciales para la innovación sostenible y un desarrollo económico sólido en la región. Así lo identificó un estudio pionero en el epicentro del Eje Cafetero que señaló cómo lograr una colaboración efectiva.
Olga Lucía Hurtado Cardona, candidata a Doctora en
Administración de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Manizales,
centra su trabajo en los desafíos y limitaciones que actualmente presentan las
interrelaciones universidad-empresa en el estratégico triangulo del café de
Colombia. Este contexto, reconocido por su relevancia económica y educativa,
enfrenta barreras significativas que dificultan un trabajo conjunto efectivo,
que la investigadora abordó mediante el Modelo DART (diálogo, acceso, evaluación
de riesgos y transparencia), escala que mide la co-creación de valor.
Su objetivo principal es analizar la estructura de las
variables co-creadoras de valor en las interrelaciones universidad-empresa del
Eje Cafetero, mediante la aplicación y validación del Modelo DART. “La
investigación busca no solo entender cómo las instituciones mencionadas pueden
colaborar eficazmente para generar valor mutuo, sino también proporcionar
evidencia empírica sobre la efectividad en el marco de este contexto geográfico
particular”, menciona la investigadora.
Así se pretende validar las condiciones locales del
territorio y adaptarse a ellas teniendo en cuenta las características
económicas, sociales y educativas de la región: “para el proceso de validación
se usaron modelos estadísticos avanzados. Los resultados del estudio sobre las
relaciones universidad-empresa revelaron hallazgos significativos y prácticos”,
puntualizó.
Con este modelo se determinó que en la región existe una
percepción positiva generalizada hacia la cooperación entre universidades y
empresas, debido a que ambos sectores reconocen la importancia estratégica de
trabajar juntos para impulsar la innovación y el desarrollo económico, aunque
también se identifican retos como las diferencias culturales y la competencia
por recursos limitados.
Las diferencias culturales se manifiestan en la necesidad de
tener altos niveles de confianza, comunicación y compromiso para establecer
relaciones exitosas. Estos valores pueden variar significativamente entre
diferentes culturas organizacionales, lo que puede dificultar la colaboración
efectiva. La confianza y el compromiso son esenciales, pero se pueden ver
afectados por las distintas expectativas y normas culturales de las
universidades y las empresas.
Además, la competencia por recursos limitados es otro reto
que genera barreras para una colaboración entre las universidades y las
empresas. La asimetría en cuanto a tareas, recursos y procesos de las partes
intervinientes crea una competencia constante por los recursos, que pueden ser
escasos. Esta competencia se observa en diferentes niveles de la relación,
desde el individual hasta el organizacional e institucional.
El estudio demuestra que las prácticas de co-creación de
valor son estratégicas para impulsar la innovación y mejorar la productividad
en las empresas del territorio, fortaleciendo así el tejido económico, social y
educativo de Caldas, Quindío y Risaralda. Los resultados subrayaron el
potencial impacto positivo de un apoyo más estrecho en la competitividad
regional y el desarrollo económico sostenible.
Basado en estos hallazgos, se formularon recomendaciones
prácticas para fortalecer el trabajo colaborativo entre universidad-empresa en
la región. Estas recomendaciones incluyen la creación de plataformas más
asequibles, el diseño de políticas públicas que fomenten la ayuda mutua, y la
promoción de proyectos de investigación aplicada que beneficien tanto a las
instituciones académicas como a las empresas locales.
La finalidad del estudio fue contribuir al fortalecimiento
de las interrelaciones entre universidades y empresas, lo cual se pretende
lograr mediante la identificación de prácticas efectivas y oportunidades de
trabajo conjunto, con el propósito de mejorar la competitividad regional,
fomentar la innovación y promover un desarrollo económico sostenible.
La implementación y validación del Modelo DART proporcionó
un marco robusto para mejorar las interrelaciones academia-empresa con
estrategias como: fomentar el diálogo y las relaciones de confianza; compartir
recursos y conocimientos, y formular políticas públicas adecuadas con el fin de
contribuir a una colaboración efectiva que impulse el desarrollo económico y la
competitividad regional. Esta tesis ofrece una hoja de ruta clara para
fortalecer estas alianzas estratégicas y avanzar hacia un futuro de crecimiento
sostenible en la región.
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