lunes, 22 de julio de 2024

Alianzas entre universidades y empresas pueden impulsar el desarrollo en el Eje Cafetero

 Una barrera para establecer relaciones entre universidades y empresas, cruciales para la innovación sostenible y un desarrollo económico sólido en la región. Así lo identificó un estudio pionero en el epicentro del Eje Cafetero que señaló cómo lograr una colaboración efectiva.

Olga Lucía Hurtado Cardona, candidata a Doctora en Administración de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Manizales, centra su trabajo en los desafíos y limitaciones que actualmente presentan las interrelaciones universidad-empresa en el estratégico triangulo del café de Colombia. Este contexto, reconocido por su relevancia económica y educativa, enfrenta barreras significativas que dificultan un trabajo conjunto efectivo, que la investigadora abordó mediante el Modelo DART (diálogo, acceso, evaluación de riesgos y transparencia), escala que mide la co-creación de valor.

Su objetivo principal es analizar la estructura de las variables co-creadoras de valor en las interrelaciones universidad-empresa del Eje Cafetero, mediante la aplicación y validación del Modelo DART. “La investigación busca no solo entender cómo las instituciones mencionadas pueden colaborar eficazmente para generar valor mutuo, sino también proporcionar evidencia empírica sobre la efectividad en el marco de este contexto geográfico particular”, menciona la investigadora.

Así se pretende validar las condiciones locales del territorio y adaptarse a ellas teniendo en cuenta las características económicas, sociales y educativas de la región: “para el proceso de validación se usaron modelos estadísticos avanzados. Los resultados del estudio sobre las relaciones universidad-empresa revelaron hallazgos significativos y prácticos”, puntualizó.

Con este modelo se determinó que en la región existe una percepción positiva generalizada hacia la cooperación entre universidades y empresas, debido a que ambos sectores reconocen la importancia estratégica de trabajar juntos para impulsar la innovación y el desarrollo económico, aunque también se identifican retos como las diferencias culturales y la competencia por recursos limitados.

Las diferencias culturales se manifiestan en la necesidad de tener altos niveles de confianza, comunicación y compromiso para establecer relaciones exitosas. Estos valores pueden variar significativamente entre diferentes culturas organizacionales, lo que puede dificultar la colaboración efectiva. La confianza y el compromiso son esenciales, pero se pueden ver afectados por las distintas expectativas y normas culturales de las universidades y las empresas.

Además, la competencia por recursos limitados es otro reto que genera barreras para una colaboración entre las universidades y las empresas. La asimetría en cuanto a tareas, recursos y procesos de las partes intervinientes crea una competencia constante por los recursos, que pueden ser escasos. Esta competencia se observa en diferentes niveles de la relación, desde el individual hasta el organizacional e institucional.


El estudio demuestra que las prácticas de co-creación de valor son estratégicas para impulsar la innovación y mejorar la productividad en las empresas del territorio, fortaleciendo así el tejido económico, social y educativo de Caldas, Quindío y Risaralda. Los resultados subrayaron el potencial impacto positivo de un apoyo más estrecho en la competitividad regional y el desarrollo económico sostenible.

Basado en estos hallazgos, se formularon recomendaciones prácticas para fortalecer el trabajo colaborativo entre universidad-empresa en la región. Estas recomendaciones incluyen la creación de plataformas más asequibles, el diseño de políticas públicas que fomenten la ayuda mutua, y la promoción de proyectos de investigación aplicada que beneficien tanto a las instituciones académicas como a las empresas locales.

La finalidad del estudio fue contribuir al fortalecimiento de las interrelaciones entre universidades y empresas, lo cual se pretende lograr mediante la identificación de prácticas efectivas y oportunidades de trabajo conjunto, con el propósito de mejorar la competitividad regional, fomentar la innovación y promover un desarrollo económico sostenible.

La implementación y validación del Modelo DART proporcionó un marco robusto para mejorar las interrelaciones academia-empresa con estrategias como: fomentar el diálogo y las relaciones de confianza; compartir recursos y conocimientos, y formular políticas públicas adecuadas con el fin de contribuir a una colaboración efectiva que impulse el desarrollo económico y la competitividad regional. Esta tesis ofrece una hoja de ruta clara para fortalecer estas alianzas estratégicas y avanzar hacia un futuro de crecimiento sostenible en la región.






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