martes, 12 de septiembre de 2023

"De la tristeza a la alegría" pasan nuevas variedades de aguacate resistentes a enfermedades

 La pudrición de la raíz, o “tristeza del aguacate”, provocada por el hongo Phytophthora cinnamomi Rands, es una de las enfermedades que más inquieta a los productores de aguacate, ya que debilita los árboles hasta destruirlos, generando cuantiosas pérdidas económicas. En la genética estaría la respuesta a la búsqueda de variedades más resistentes y eficaces: tres genotipos con altos niveles de tolerancia al patógeno prometen convertirse en una alternativa.

Mediante la aplicación de un novedoso método, la investigación del biólogo Yeison David López Galé, magíster en Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira, desarrollada de manera conjunta con la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria (Agrosavia), permitió identificar las mejores variedades del Banco Nacional de Germoplasma de Aguacate, resistentes a la pudrición de la raíz.

“Esta enfermedad se ha reportado en todas las zonas productoras del territorio nacional, y en los últimos años ha sido un factor predisponente para el abandono de cultivos, como ocurrió en los Montes de María, al norte del país, en donde su cobertura disminuyó en más de 60 % entre 1980 y 1990”, explica el magíster.

Pese a ello, Colombia cuenta con cerca de 80.000 hectáreas destinadas a este cultivo, del cual se obtienen 900.000 toneladas anuales, lo que proyecta al país como uno de los principales productores del mundo.

“La tristeza de aguacate impide que la planta reciba agua y nutrientes, por lo que termina marchitándose hasta la muerte; su fuerza letal es tal, que puede acabar con el 50 % de las plantaciones”, anota el investigador, quien desarrolla este trabajo desde hace seis años junto a Agrosavia.

Se trata de una problemática que exige pensar en los pequeños y medianos productores, que son quienes más necesitan de la tecnología para poder ser más competitivos frente a mercados tan fuertes como el mexicano.

“En la actualidad la enfermedad se trata mediante el uso indiscriminado de productos de síntesis química de alta toxicidad, los cuales no solo son ineficientes para el control de la enfermedad, sino que además ocasionan incremento en los costos de producción y generan graves impactos ambientales”, señala.

De hecho, en su opinión, “la pepa del problema radica en un inadecuado manejo porque su tratamiento se limita a una sola estrategia y también por la falta de un diagnóstico acertado del agente causal”.

La respuesta está en la genética


Para la investigación se evaluaron 7 genotipos o variaciones genéticas nativas del Banco Nacional de Germoplasma de Aguacate de Agrosavia, de la especie Persea americana, una de las más consumidas en el país.

Primero se estandarizó una metodología de propagación clonal que permitió contagiar las raíces de los aguacateros con el hongo, y a diario se documentó la aparición de síntomas de la enfermedad a través de la identificación de clorosis (amarillamiento), marchitez, muerte de tallos y pudrición radicular.

Con dicha metodología también se utilizó semilla sexual, es decir la pepa del aguacate, como patrón nodriza o portainjerto temporal, para incrustar la variedad que se quiere clonar. Cuando el injerto o la yema prendieron, las plántulas se llevaron por 20 días a un cuarto de etiolación o cámara oscura para acelerar su crecimiento.

Después las plántulas se trasladaron a condiciones de vivero, en donde a la base del tallo se le aplicó etiolado, que son reguladores de crecimiento, con el propósito de estimular su enraizamiento. Para que el patrón clonal enraíce de forma adecuada se necesitan 5 meses.

Así se identificaron 3 genotipos de aguacate con altos niveles de tolerancia o resistencia al patógeno, los cuales se proponen como selecciones promisorias para su uso como portainjertos o patrones clonales: BGA0216, BGA0080 y BGA0122, según la nomenclatura de Agrosavia.

“Ahora queremos realizar una segunda injertación la de la variedad comercial. Aquí determinamos que es una planta clonada, tanto en la parte de la copa (injerto) como en el portainjerto (patrón), para lograr identidad genética por ambos lados”, anuncia el magíster.

También confirmó la alta susceptibilidad de cultivar aguacate Hass como patronaje para producir material de siembra, pues en la investigación se determinó que no es recomendable debido a la alta susceptibilidad que tiene de contagiarse de la enfermedad. En ese sentido, el magíster ajustó y validó la metodología de propagación clonal para evaluar el aguacate por primera vez en el país.







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