Los extractos y aceites esenciales obtenidos de neem y eucalipto demostraron tener capacidad para controlar hongos como Hemileia vastatrix, causante de la roya del cafeto (Hemileia vastatrix); también la gotera u ojo de gallo (Omphalia flavida) y el mal rosado (Corticium salmonicolor). Aunque hasta ahora las pruebas son de laboratorio, el avance en este desarrollo pensado para los caficultores del Caribe es prometedor.
El material vegetal se cosechó en predios de la Universidad
Nacional de Colombia (UNAL) Sede de La Paz, y con este los investigadores
elaboraron una emulsión, es decir un producto de origen biológico, o bioinsumo,
que se podría convertir en un apetecido aliado de los cultivadores de café.
Las enfermedades fúngicas, o sea las producidas por hongos,
son una gran problemática que se debe solucionar de forma eficaz. Para
combatirlas se utilizan diferentes agroquímicos en diferentes fases del cultivo
del café con diferentes niveles de toxicidad. La propuesta de los estudiantes
de la UNAL Sede de La Paz apuesta por ser sostenible.
Los estudiantes de Ingeniería Biológica de la UNAL Luis
Alberto Ballesteros Umaña y Anahy Desireth Rodríguez Ovalle, creadores de esta
iniciativa, explican que “los aceites esenciales se obtuvieron mediante la
técnica de hidrodestilación, que consiste en sacar el aceite esencial de una
planta aromática mediante vapor saturado a presión atmosférica”.
“Los extractos se lograron por medio de extracción
sólido-líquido por maceración con solvente asistida por ultrasonido, método ampliamente
utilizado para la obtener compuestos bioactivos, ya que es un método fácil de
usar, con bajos tiempos de extracción, sostenible con el medioambiente, altos
rendimientos y selectividad”.
“Para las emulsiones utilizamos una técnica conocida romo emulsificación
espontánea a altas revoluciones, variando la relación fases acuosa y oleosa. La
evaluación de la capacidad para ‘atacar’ los hongos se realizó mediante la
difusión en agar con disco”, explica el estudiante Ballesteros.
El profesor Diego Camilo Durán García, de la Sede de La Paz,
asegura que “con este aporte, el interés es impactar a pequeños y medianos
productores que compran insumos de síntesis química que están contaminando el
medioambiente y que casi en un 100 % son importados”.
“Desde los programas de Ingeniería Biológica y Biología de
nuestra Sede vemos un potencial en usar la biodiversidad de manera sostenible;
es decir, las múltiples plantas que crecen en el Caribe con principios activos
que pueden actuar igual o mejor que un producto de síntesis química, y además
son de bajo costo”, detalla.
El proyecto, que buscará ser patentado, continuará con la
realización de ensayos de campos para continuar midiendo la eficacia del
producto.
Según la Federación Nacional de Cafeteros (Fedecafé) la
producción de café en Cesar, La Guajira y Bolívar está localizada en 31
municipios, en donde se estiman 10.337 familias, la mayoría de ellas pequeñas
cultivadoras de este prodigioso grano.
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