viernes, 7 de marzo de 2025

Maestría en Ciencias Agrarias de la UNAL Sede Palmira renueva Acreditación de Alta Calidad

 Con cifras como 31 años de trayectoria, 4 registros de variedades de hortalizas, 494 graduados y 9 líneas de investigación en áreas como fisiología de cultivos, fitomejoramiento, frutales tropicales, producción animal y suelos, la Maestría en Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira refleja su alta calidad académica.

Este programa de posgrado recibió la calificación más alta otorgada por el Ministerio de Educación Nacional, con 10 años de renovación. Este reconocimiento se suma a la Acreditación por 6 años del Doctorado en Agroecología, y a la renovación de la Acreditación por 10 años del Doctorado en Ciencias Agrarias, ambas recibidas en 2024.

“Estos resultados nos llenan de orgullo porque sabemos que estamos ofreciendo programas de muy alta calidad que aportan ciencia y tecnología a las necesidades de las comunidades y del sector industrial o empresarial”, afirma el profesor Manuel Peláez Peláez, vicedecano de la Facultad de Ciencias Agropecuarias.

Nuevas variedades de tomate y cilantro

Desde su apertura en 1994, la Maestría ha impactado el desarrollo agropecuario de la región y el país en temas esenciales como la fisiología de cultivos, el fitomejoramiento, la producción animal tropical, la protección de cultivos, el cuidado de los suelos y la producción de frutales tropicales. En 2023 amplió su campo de acción, fortaleciendo sus líneas de investigación para generar conocimiento y capacidades en las áreas de agricultura de precisión, agronomía de la producción y agroecología.

En los últimos años los resultados de las investigaciones realizadas dentro de la Maestría en Ciencias Agrícolas han sido fundamentales para el registro de 4 variedades de hortalizas mejoradas genéticamente. Para tomate están las semillas tipo maravilla y cherry Mile, cherry Karen y cherry Diana, que tienen una buena producción por planta, adaptación a clima cálido y tolerancia a plagas y enfermedades.

En cilantro, la variedad Laurena permite una alta densidad de siembra y mayor rendimiento y productividad de planta por unidad de superficie; se puede cosechar a los 30-35 días de su vegetación, entrega un mayor número de hojas basales y sus hojas y tallos son muy aromáticos.

Planta docente e internacionalización

Entre las fortalezas del posgrado también destacan su planta docente, con 45 docentes, el 60 % de ellos graduados de reconocidas universidades internacionales, y la infraestructura en investigación. La Maestría cuenta con el soporte de 19 grupos de investigación reconocidos y categorizados por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, y 21 laboratorios de formación e investigación.

“Contamos con el Laboratorio Granja Mario Gonzáles Aranda, en donde los estudiantes enfocados en la producción animal hacen sus trabajos de grado, y el Centro Experimental (Ceunp) en donde los estudiantes asociados con la producción vegetal en las diferentes líneas de investigación desarrollan sus trabajos”, afirmó el profesor Juan Carlos Rincón, coordinador de Posgrados de la Facultad de Ciencias Agropecuarias.

En los últimos años la internacionalización del currículo y de la experiencia académica se refleja en la participación de 125 estudiantes en eventos internacionales, la realización de 89 eventos internacionales y la visita de 288 docentes externos (14 % provenientes de otros países).

El programa ha tenido 42 estudiantes internacionales provenientes de países como Honduras, Nicaragua, Panamá, República Dominicana, Ecuador, Perú, Brasil, Mozambique, Japón y Puerto Rico, entre otros.

Para finalizar, los directivos de la Facultad resaltan que la Maestría se beneficia de la versatilidad del territorio, las bondades del Pacífico biodiverso y el trabajo en red con instituciones dedicadas a mejorar las condiciones del sector agropecuario.

“Trabajamos en producciones agrícolas, pecuarias y básicas aplicadas. Hemos pensando el posgrado desde el territorio, buscando consolidar los grupos y semilleros de investigación, y el trabajo en red con las comunidades”, concluye el profesor Peláez.