viernes, 30 de mayo de 2025

El fríjol “mágico” que resiste la sequía y mitigaría el hambre en La Guajira

 En Palmira (Valle del Cauca), científicos cultivan una leguminosa poco conocida que aliviaría el hambre en zonas áridas como La Guajira: el fríjol tépari, una especie originaria de los desiertos mexicanos que resiste temperaturas extremas de hasta 36 °C y usa el agua un 70 % mejor que las variedades locales, lo que lo convierte en una alternativa real frente a la sequía y la desnutrición.

Según la Federación Nacional de Cultivadores de Cereales, Leguminosas y Soya (Fenalce), en 2024 se produjeron en Colombia alrededor de 105.000 toneladas de fríjol, con Nariño, Santander, Huila, Antioquia y Cesar como los departamentos con mayor concentración de esta producción, gracias a sus lluvias abundantes. En contraste, regiones como La Guajira, con climas áridos y secos, enfrentan serias dificultades para cultivarlo.

La investigación del ingeniero agrónomo Javier Mauricio Gereda, magíster en Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira, apunta a combatir la desnutrición con ciencia.

Los análisis de la Alianza de Bioversity International y el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT) demostraron que una cucharada de fríjol tépari contiene hasta cuatro veces más proteína, antioxidantes, hierro y otros nutrientes que una variedad convencional, convirtiéndolo en una posible respuesta frente al hambre y la desnutrición que persisten en el país.

En alianza con la Fundación Team Colombia Innovación Educativa, el magíster planea lanzar el proyecto “Una semilla para salvar el mundo” (enlace al sitio), iniciativa que busca usar el fríjol tépari como base para jornadas pedagógicas en cinco colegios de Palmira en situación de pobreza extrema y en la Fundación Wayuu Anashii, en La Guajira.

“Con solo 47 gramos de fríjol tépari al día, un estudiante cubriría sus necesidades nutricionales básicas. Por eso el proyecto también busca que los niños lo cultiven sin riego ni pesticidas, conectando nutrición y sostenibilidad desde la escuela”, afirma el investigador.

Recrear el desierto en el trópico

Para comprobar su resistencia al calor y la sequía, el investigador evaluó dos variedades de fríjol tépari –una silvestre y una domesticada– bajo condiciones extremas. Las cultivó en materas con tierra preparada en laboratorio, simulando el ambiente árido de su lugar de origen.

Mientras algunas plantas recibieron riego normal otras se sometieron a distintos niveles de sequía: 25, 50 y 75 % de humedad, y un grupo sin agua. Todas crecieron en temperaturas constantes superiores a 36 °C, similares a las de La Guajira.


Durante 83 días se midieron variables como cuánta agua perdían por las hojas (transpiración), qué tanto calor podían soportar sin marchitarse (temperatura foliar), y qué tan activas seguían internamente (fotosíntesis). Además se usaron sensores como el MultispeQ, que permite revisar  en segundos el “estado de salud” de una hoja y una planta. También se registraron otros datos físicos, como el número de flores, vainas y granos, la altura, el área foliar, la capacitancia de las raíces y el peso de la planta seca (biomasa), para comprender su rendimiento completo en cada tipo de condición.
Para entender si dicha leguminosa seguía funcionando internamente, el magíster midió la fluorescencia de la clorofila, que, en palabras sencillas, es como tomarles una radiografía a las hojas para saber si la planta sigue utilizando la luz, incluso cuando parece estar bajo mucho estrés. También se estandarizó un protocolo para medir qué tanto resiste una planta la sequía y a qué temperatura, un aporte para cualquier persona interesada en el tema.

El resultado fue claro: el fríjol tépari silvestre fue el más resistente. No solo sobrevivió sin marchitarse, sino que además siguió creciendo, haciendo fotosíntesis y produciendo grano incluso con muy poca agua, algo que otras variedades no lograron.

Uno de los hallazgos más relevantes fue su eficiencia en el uso del agua: la planta produjo hasta 9,9 gramos de biomasa por cada litro utilizado, un 40 % más que otras variedades. También presentó una transpiración controlada –es decir que no desperdicia el agua– y hojas más frescas, lo que indica que puede resistir el calor sin apagarse por dentro.

Aunque en Colombia aún no se cultiva comercialmente, el fríjol tepari comienza a llamar la atención por su resistencia a la sequía, alto valor nutricional y capacidad de producción. Actualmente la Alianza de Bioversity International y el CIAT conserva 326 variedades de esta especie en su Banco de Germoplasma, con el objetivo de que en el futuro se puedan sembrar en campos reales y no solo en laboratorios.

Además, cualquier persona interesada puede solicitar este material de manera gratuita y en línea a través del sitio web de la Alianza (https://alliancebioversityciat.org/es/solicitud-de-material-banco-de-germoplasma), lo que abre la puerta a una nueva opción agrícola para regiones colombianas afectadas por la sequía.

Según el Instituto Nacional de Salud, entre enero y marzo de 2024 se reportaron en La Guajira 649 casos de desnutrición aguda, moderada y severa en niños y niñas menores de cinco años, el 84 % en población indígena, un panorama que ocurre hace muchos años y que ya no da espera, pero que con la ayuda de este fríjol “mágico” comenzaría a ser más alentador en el futuro.

“Esta es una solución real para los productores, quienes ya no tendrían que usar litros de agua por planta para todo un ciclo de cosecha, sino que con pocos mililitros aplicados por planta sería suficiente para tener buena productividad del fríjol”, expresa el magíster de la UNAL.






martes, 27 de mayo de 2025

Sábila y caléndula, alternativas naturales para tratar el acné sin antibióticos

 El acné común o vulgar puede dejar cicatrices físicas y emocionales. Frente a los efectos adversos de los antibióticos usados para combatirlo, la medicina alternativa ofrece opciones más seguras, como la sábila y la caléndula, plantas que se aplican sobre la piel y ayudan a desinflamar, cicatrizar y combatir bacterias.

Esta enfermedad inflamatoria crónica de la piel afecta especialmente a adolescentes y adultos jóvenes, aunque se puede presentar a cualquier edad, sin distinción de sexo o condición social. Se estima que hasta el 90 % de las personas entre los 12 y 25 años lo padecen; después de los 25 su frecuencia baja al 3 % en hombres y al 12 % en mujeres, y después de los 45 años desciende al 1 %. Algunos estudios indican que es menos frecuente en personas afrodescendientes y asiáticas, en comparación con quienes tienen piel clara o ascendencia europea.

Se manifiesta con pústulas o protuberancias con pus, que surgen cuando hay exceso de sebo o alteraciones en la queratina, una proteína presente en la piel, el cabello y las uñas. Esta combinación puede obstruir los poros y favorecer la acumulación de bacterias, lo que provoca inflamación. También puede estar asociado con desequilibrios hormonales.

Las zonas del cuerpo donde más suele aparecer el acné son la cara y el tórax, lo que genera un alto impacto estético y una creciente demanda en los servicios de salud. Aunque no es una enfermedad incapacitante, sí puede dejar secuelas físicas como cicatrices e hiperpigmentación, además de consecuencias emocionales: ansiedad, depresión, baja autoestima y aislamiento social.

Consciente del impacto físico y emocional del acné y de las limitaciones de los tratamientos convencionales —que incluyen antibióticos, retinoides, queratolíticos, anticonceptivos y bloqueadores hormonales—, el médico Juan David Guarín García, magíster en Medicina Alternativa de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), decidió investigar la efectividad de las plantas medicinales como tratamiento complementario o alternativo.

“Buscábamos explorar qué alternativas terapéuticas nos ofrece la fitoterapia, pensando especialmente en los pacientes que tienen dificultades para acceder a estos medicamentos, los que viven en zonas rurales y las personas de escasos recursos”, explica el investigador.

Acné y plantas: qué dice la ciencia

En el mundo más de 2.000 estudios han documentado la eficacia y seguridad del uso de plantas medicinales para tratar el acné. Con base en esa evidencia, la investigación del médico Guarín consistió en una revisión sistemática de la literatura científica publicada en bases de datos internacionales. De 2.721 estudios seleccionó 38, con un total de 4.539 participantes y 167 especies distintas de plantas. Solo el 29,3 % de esas especies se encuentran en Colombia.

Entre las plantas más efectivas y asequibles se destacan la sábila y la caléndula, ampliamente disponibles en el país; según el doctor Guarín, ambas demostraron propiedades antiinflamatorias, cicatrizantes y antimicrobianas.

Otras especies presentes en distintas regiones del país incluyen jengibre, romero, canela, té negro y té verde, equinácea, avena, manzanilla, albahaca, diente de león, mandarina, cebolla, coco, mangostino, gulupa, madreselva, pimienta, naranjo dulce, caracolito y oreja de ratón, entre otras.

La investigación también identificó 23 fórmulas herbales compuestas por entre 3 y 28 ingredientes. Solo una de ellas está conformada en su totalidad por especies presentes en Colombia: se trata de la fórmula Zimade Muhasa, de origen árabe (medicina Unani), elaborada con regaliz indio, acacia amarilla, lirio cárdeno y neem, también conocido como margosa o árbol milagroso.

Además de respaldar sus hallazgos con literatura científica, el médico Guarín ha utilizado estas plantas en su práctica clínica, ya sea como tratamiento principal o como complemento a los medicamentos convencionales según las condiciones de cada paciente, con resultados positivos.

¿Cómo usarlas?

El uso recomendado de estas plantas es tópico, es decir aplicado directamente sobre la piel. En el caso de la sábila, el médico Guarín sugiere eliminar el líquido amarillo que contiene aloína y después extraer el mucílago —la parte gelatinosa del interior de la penca—, que se puede aplicar sobre las lesiones, y al refrigerarla se potencia su efecto antiinflamatorio, especialmente cuando la piel está enrojecida o adolorida.

Por su parte la caléndula se puede usar en cremas, ungüentos, infusiones concentradas o emplastes aplicados directamente sobre el área afectada. Sus propiedades desinfectantes, cicatrizantes y antiinflamatorias han sido ampliamente documentadas.






lunes, 26 de mayo de 2025

Café caldense independiente busca abrirse paso con estrategias digitales más sólidas

 Aunque el grano del Eje Cafetero goza de reconocimiento internacional por su tradición y calidad, en Caldas muchas marcas independientes de café siguen sin consolidar su posicionamiento en el entorno digital. Frente a esta realidad, una investigación de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Manizales propone un modelo de mercado (marketing) digital que busca fortalecer la presencia de estas empresas en redes sociales, mejorar su conexión con los consumidores y convertir la visibilidad en oportunidades reales de crecimiento

En Colombia, donde el café es más que un cultivo y se arraiga en la identidad del país, los precios internacionales han mostrado un comportamiento al alza. A mayo de 2025 el valor interno de referencia supera los 2,9 millones de pesos por carga de 125 kg, una de las cifras más altas en más de una década. Este contexto, impulsado por el alza en la Bolsa de Nueva York y la tasa de cambio, abre una ventana estratégica para las marcas independientes que apuestan por diferenciarse y fortalecer su conexión con el público mediante canales digitales bien estructurados.

Este panorama ha sido favorable para ciertos eslabones de la cadena productiva, pero no siempre para los pequeños caficultores o las marcas emergentes. En ese contexto, las marcas de café independiente, especialmente en regiones como Caldas –con Denominación de Origen y fuerte identidad territorial– intentan posicionarse en un mercado que valora cada vez más la trazabilidad, la calidad sensorial y las historias detrás de cada taza.

El auge de marcas independientes de café en Caldas, impulsado por la tradición cafetera y la búsqueda de valor agregado, motivó a María Camila Peláez Betancurth a proponer un modelo de marketing digital pensado especialmente para este sector. Su tesis para la Maestría en Administración de la UNAL Sede Manizales busca ofrecer herramientas concretas para que estos emprendimientos logren consolidarse en un mercado cada vez más competitivo.

La vitrina digital que necesitan los cafés de origen

Para construir su propuesta, la magíster aplicó encuestas a 32 emprendimientos cafeteros del departamento, todos con presencia en redes sociales y en etapas distintas de consolidación de marca. Además realizó un análisis comparativo de estrategias digitales empleadas en el país y en contextos similares de América Latina.

A partir de esa combinación de trabajo de campo y revisión teórica identificó las principales barreras que enfrentan las marcas independientes –entre ellas la ausencia de planificación, el desconocimiento de herramientas digitales y la baja capacitación en mercadeo– y diseñó un modelo ajustado a las realidades del territorio.


Pese al auge del café de origen, muchas marcas siguen sin consolidarse digitalmente, especialmente por la baja adopción de estrategias digitales. Según la investigadora, “esto se debe a la falta de capacitación, a la escasa modernización de los canales de comunicación y al mantenimiento de prácticas de mercadeo tradicionales que resultan insuficientes frente a consumidores que hoy esperan contenidos visuales atractivos, comunicación constante en redes sociales y una conexión directa con las marcas a través de canales digitales personalizados”.

El modelo propuesto por ella se estructura en cinco pilares: alcanzar, actuar, convertir, enamorar y planificar. Estos conceptos orientan la creación de contenido atractivo, el uso estratégico de plataformas digitales y la organización de campañas para fidelizar clientes y aumentar la visibilidad de las marcas.

“La meta es que estos emprendimientos no solo vendan más café, sino que además se conviertan en motores de desarrollo rural a través de la bioeconomía y el agroturismo”, destaca.

Uno de los hallazgos más reveladores del estudio fue el papel cada vez más protagónico de las mujeres. “Aproximadamente la mitad de quienes lideran estas marcas independientes son mujeres, especialmente en áreas como la comercialización y la construcción de marca, lo que demuestra un cambio significativo en la tradicional división de roles dentro del sector cafetero”, menciona la magíster.

Aunque las plataformas más utilizadas por las marcas encuestadas son WhatsApp Business, Instagram y Facebook, su potencial no está siendo aprovechado al máximo. Según la magíster, “aunque generan buena visibilidad, muchas publicaciones son esporádicas, desorganizadas y sin un plan claro. Incluso herramientas gratuitas como Canva no se están usando sistemáticamente para el diseño gráfico del contenido”.

La falta de recursos económicos y educativos son los dos grandes obstáculos para implementar estrategias digitales robustas. Muchas personas detrás de estas marcas no han terminado la secundaria y no cuentan con formación en marketing o manejo de herramientas digitales.

Además de proponer un modelo estructurado, la magíster les sugiere a los líderes de marcas de café independiente iniciar con una planificación clara, capacitarse de manera continua y aprovechar al máximo las herramientas digitales disponibles.

Por último, insiste en la importancia de diseñar programas de lealtad que fortalezcan la relación con los clientes, destacar los elementos diferenciales de cada marca —como el origen, la historia o las prácticas sostenibles— y adoptar una estrategia de contenido que combine creatividad con constancia. “Aplicar el modelo propuesto ofrece una ventaja significativa frente a quienes improvisan su presencia en el entorno digital”.





viernes, 23 de mayo de 2025

Mango peruano finaliza temporada con oportunidades y desafíos

 Perú finalizó la campaña de mangos 2024 - 2025, momento idóneo para analizar el comportamiento del mercado. En ese contexto, Portalfruticola.com conversó con David Sandoval, CEO de Fluctuante, quien señaló que hubo una recuperación de las exportaciones, gracias a que no se presentaron problemas adversos, como lo fue el fenómeno de El Niño y el ciclón Yaku. 

Considerando que la industria de mango peruano no debió enfrentar problemas climáticos, a juicio de Sandoval dicha situación permitió retomar la senda de crecimiento. 

Hoy la industria atraviesa ahora otro tipo de retos, “que están en relación a cómo está saliendo nuestra fruta, ya que en los meses de noviembre y diciembre tuvo escasez de diferentes insumos, principalmente de recurso hídrico en la zona norte de nuestro país, lo cual levantó mucha preocupación para los diferentes productores en la región de Piura”.

Al respecto, el CEO de Fluctuante señaló que dicha situación provocó que la proyección de mangos en ciertas semanas, cayera, “sin embargo, las plantaciones respondieron muy bien y se tuvo una producción muy buena de mangos”.

Pese a la recuperación, especificó que por la falta de agua, muchos productores detuvieron sus labores de cosecha por algunas semanas.

En el caso de la producción de Áncash, una región muy importante para la producción de mango, se adelantaron las exportaciones, mientras que en Lambayeque se mantuvieron, “por lo cual estuvieron muy concentradas en zonas y en semanas muy específicas, y eso hizo que tuviéramos una sobreoferta, porque coincidió con la campaña de otros productos como las uvas y los arándanos”.

Explicó que también escasearon los insumos, principalmente las cajas, y la mano de obra, ya que “las personas preferían ir a producción, cosecha, empaque de arándano o de uva, porque tenía un mayor pago”. 

En lo que fue la temporada, observó que faltó organización a nivel interno. “La industria tuvo que trabajar sobre la marcha, ya que no esperaban peaks de producción, ni de exportación, incluso cuando el recurso hídrico estaba escaseando”.

Consultado sobre si es un crecimiento o una recuperación en la industria de mango peruano, subrayó que tiene de ambas, "porque la recuperación la hemos tenido frente a la campaña 2023-2024, pero sí ha sido un crecimiento porque hemos superado la campaña del 2022-2023".

Recordó que en el 2022-2023 la exportación fue de 255.000 toneladas de mango fresco y en esta última campaña llegaron a 293.000 toneladas.  

Mercados de exportación y el mango por el mundo

La industria sigue exportando a los mercados habituales. “Tenemos a Estados Unidos, que es un gran consumidor de nuestros mangos. Luego como región, se encuentra Europa, que es un  mercado muy importante, destacando Países Bajos, España y Reino Unido. En quinta posición tenemos a Canadá con un 5% de participación de consumo de los mangos peruanos”, detalló. 

Con una mirada global al cultivo, el CEO de Fluctuante, indicó que la mayor producción se encuentra en países asiáticos, ya que el mango es originario de esas zonas, con India liderando la producción.

Añadió que entre los principales exportadores en el mundo se encuentra Gambia, México, Tailandia, Brasil y en quinta posición se ubica Perú.

Respecto a los mercados que están comprando mango a nivel mundial está principalmente Estados Unidos y luego China, Países Bajos, Emiratos Árabes y Alemania. 

Con un análisis en los mercados, Sandoval señaló que “nuevamente vemos ahí esa oportunidad que tenemos ampliamente con el puerto de Chancay, ya que hay mucho todavía por desarrollar en países asiáticos, desarrollar nichos y potenciar el mango al estilo gourmet”. 

Argumentó que los mangos son muy apreciados en China, “porque son obsequiados en fechas como el Año Nuevo Chino, debido a que significan abundancia y prosperidad para ellos”.

Proyección 

Con una mirada a la temporada ya finalizada, Sandoval señaló que la oferta de mango peruana ya está más distribuida, “por lo que ya no tenemos esos grandes peaks de sobreoferta y por ende los precios se pueden mantener”. 

Finalmente indicó que “el agro peruano ya es líder en exportación de diferentes cultivos, tenemos mercado ganado, lo que nos faltaría ahora es ordenarnos internamente, tener tecnología y apostar mucho por la investigación”. 

 



jueves, 22 de mayo de 2025

Cuando el campo escucha, los jóvenes se quedan

 En Colombia el campo envejece. Mientras en 1938 de cada 10 colombianos 7 vivían en zonas rurales, hoy apenas lo hacen poco más de 2, según el DANE. La migración juvenil ha sido persistente, silenciosa y estructural. Sin embargo, en municipios como Pradera, Palmira y Tuluá (Valle del Cauca), y Totoró y Timbío (Cauca), un grupo de jóvenes ha comenzado a revertir esta tendencia: decidieron quedarse en sus territorios, fortalecer su participación política, cultivar café y plátano, y cuidar polinizadores como las abejas sin aguijón.

La Red de Mercados Agroecológicos Campesinos del Valle del Cauca (Redmac), una asociación con más de 10 años de trayectoria, ha sido el espacio desde el cual esta transformación ha cobrado fuerza. Aunque en sus inicios estuvo conformada especialmente por adultos y productores consolidados, la preocupación por el éxodo juvenil impulsó la búsqueda de nuevas formas de incluir a las y los jóvenes en las decisiones organizativas, económicas y políticas.

Las razones por las que muchos jóvenes decidían irse no eran solo económicas. El adultocentrismo (la toma de decisiones centrada en los adultos), la falta de acceso a la tierra, la escasa oferta formativa con pertinencia territorial y la exclusión de los espacios de participación hacían que sintieran que el campo no les pertenecía.

Ante este panorama la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira emprendió una investigación participativa junto a la Redmac, liderada por Johana Stephany Muñoz Correa, magíster en Ciencias Agrarias, con el acompañamiento de la profesora Judith Rodríguez Salcedo, del Departamento de Ingeniería. Durante 4 años el equipo acompañó a 30 jóvenes rurales de entre 14 y 35 años, con el propósito de construir estrategias que hicieran posible una permanencia digna en sus territorios, a partir de sus voces y prácticas.

Uno de los primeros pasos fue reconocer la importancia de la formación agroecológica, no como una imposición externa sino como un proceso arraigado en la vida cotidiana de los jóvenes y sus familias. De esa comprensión nacieron dos espacios fundamentales para su permanencia en los municipios: la Escuela de Pensamientos Agroecológicos y la Escuela Campesina de Agroecología.

“Estas escuelas no funcionan como aulas tradicionales sino como espacios de aprendizaje en las mismas fincas, en donde los jóvenes trabajan con herramientas sencillas como cuadernos de campo, semillas criollas (maíz, fríjol, café) o abonos orgánicos, observan el comportamiento del suelo y los cultivos, participan en mingas colaborativas y dialogan con sus mayores para recuperar saberes ancestrales”, señala la magíster.

En estos espacios los jóvenes también desarrollan productos como harinas de plátano o arracacha, panes integrales, salsas naturales, conservas de frutas y preparaciones medicinales a partir de plantas cultivadas en sus propias huertas. Asimismo se han convertido en custodios de las abejas sin aguijón presentes en sus territorios, que son polinizadoras indispensables para aguacate, mango, naranja, menta o tomate. Parte de su apuesta ha sido sensibilizar sobre la importancia de reducir el uso de químicos como fungicidas y herbicidas en el manejo de plagas.

La investigadora comenta que “más allá del fortalecimiento de conocimientos técnicos, estos espacios les permitieron a los jóvenes resignificar su vínculo con el territorio, recuperar saberes campesinos y tejer redes de colaboración entre pares. Lejos de ser solo instancias formativas, se transformaron en escenarios de afirmación identitaria”.

Se registraron prácticas como el intercambio de semillas entre familias, la implementación de abonos orgánicos, el cuidado de árboles nativos (guadua, yarumo, chagualo, entre otros) y la diversificación de los cultivos para garantizar soberanía alimentaria. También realizaron cartografías sociales en las que identificaron caminos, cultivos, fuentes de agua, zonas de riesgo y lugares de valor cultural como sitios de encuentro, fiestas o mingas, visibilizando así su vida territorial desde su propia mirada.

Otro logro significativo fue la creación de un Comité Juvenil dentro de Redmac. Hasta entonces su participación había sido ocasional y subordinada, pero con la conformación del Comité ellos comenzaron a construir su propia agenda, con líneas de acción enfocadas en liderazgo, producción, educación, género y participación política.

Esta organización interna les permitió tomar decisiones, representar a sus territorios en espacios locales y regionales, y gestionar recursos propios. Dejaron de ser una población a formar y se consolidaron como interlocutores válidos frente a instituciones públicas, organizaciones sociales y redes agroecológicas.

Gracias a su fortalecimiento organizativo los jóvenes empezaron a vincularse a plataformas de participación como juntas de acción comunal, consejos municipales de juventud, redes agroecológicas y escenarios de incidencia como los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET), lo que quiere decir que asisten a reuniones en las que se priorizan obras, proyectos, vías y escuelas entre otros planes del territorio, además de hacerles seguimiento a los compromisos del Estado en el marco del Acuerdo de Paz.

También exploraron rutas de acceso a apoyos institucionales a través del SENA, las Secretarías de Agricultura municipales y el Banco Agrario, aunque las barreras burocráticas y técnicas siguen siendo una dificultad recurrente.

“Cuando los jóvenes tienen espacios de formación pertinentes, cuando participan en la toma de decisiones y cuando sus saberes son reconocidos, se abren caminos reales para su permanencia en el campo”, concluye la magíster Muñoz.










martes, 13 de mayo de 2025

Cómo cultivar hortalizas

 El cultivo de hortalizas es una actividad maravillosa y sostenible que puede realizarse en una variedad de entornos , es así como  el Colegio Camilo Torres de la Ciudad Palmira Valle Del Cauca  da inicio 2025 a desarrollar esta actividad .


Desde pequeños  dan una muestra de amor por la naturaleza y sus beneficios alimentarios reutilizando varios elementos de reciclaje para mejorar la calidad del medio ambiente .          

          


Investigación y compromiso 

Los cultivos de hortalizas son fundamentales por su valor nutricional y por su impacto positivo en la economía y el medio ambiente.



Para garantizar el éxito en el cultivo de hortalizas, es esencial seguir una serie de prácticas y cuidados específicos. 

 La selección de semillas es un paso crucial en el cultivo de hortalizas. 

Fertilización adecuada y el riego son esenciales para el crecimiento saludable de las hortalizas.

Clima y las condiciones del suelo de la región.

Por este motivo, es recomendable realizar un análisis del suelo para determinar las necesidades específicas de nutrientes.

En cuanto al riego debe ser periódicamente según las condiciones del clima .

Durante el crecimiento de las hortalizas retirar las malezas frecuentemente.
utilizar mallas que ayudan  a proteger las plantas de insectos y aves.   

Adecuación de espacio donde van a crecer               

viernes, 2 de mayo de 2025

Campesinos de Silvania conservan hasta 5 variedades de yacón, un tubérculo desconocido en el país

 En 5 fincas campesinas de Silvania (Cundinamarca) se cultivan y conservan variedades de yacón amarillo, blanco y morado, tubérculo parecido a la papa y el ñame que tiene propiedades para regular el azúcar en sangre y proteger la salud digestiva, pues ayuda a que las bacterias “buenas” sobrevivan. Una investigación reveló que este tesoro agrícola andino tiene hasta 5 variedades gracias a las buenas prácticas agroecológicas, el intercambio de semillas y el conocimiento campesino, pese a su casi total desconocimiento en las ciudades, un hallazgo novedoso para un cultivo del que casi no se ha investigado en el país.

Esto fue lo que encontró Sandra Juliana Díaz Wagner, magíster en Medio Ambiente y Desarrollo de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), quien se interesó desde el primer momento por esta planta, desconocida por las personas en las ciudades pero que en el corazón rural de Cundinamarca es el sustento económico y alimentario para los campesinos y habitantes de Silvania, un municipio ubicado a 44 km de Bogotá que cuenta con más de 20.000 habitantes.

Con el apoyo del Grupo de Investigación sobre el Cultivo de Ñame del Instituto de Biotecnología (IBUN) de la UNAL, la investigadora llegó al yacón (Smallanthus sonchifolius), una planta andina de raíces dulces y refrescantes, similares a la yuca o el ñame. Rica en fructooligosacáridos, actúa como prebiótico natural que protege las bacterias buenas del cuerpo, reduce el colesterol y regula la glucosa. En la industria alimentaria se usa como jarabe o endulzante.

Pero su potencial va más alla. Según otra línea de investigación liderada por la ingeniera biológica Deysi del Rocío Sánchez Cuasapud, profesora de la UNAL Sede Medellín, esta planta contiene inulina, un compuesto que puede transformarse en fructosa mediante una enzima llamada inulinasa. Esta sustancia no solo mejora la digestión y combate el estreñimiento, sino que ha mostrado capacidad para inhibir bacterias asociadas al cáncer de colon. Para el estudio, realizado en 2015, el equipo científico utilizó biotecnología para optimizar su producción, con miras a desarrollar jarabes funcionales que ayuden al control glucémico en personas con diabetes. Estas evidencias refuerzan la idea de que el yacón no solo es un recurso agrícola olvidado, sino también un aliado natural en la prevención de enfermedades crónicas.

Con ese panorama, y motivada por el valor nutricional y ecológico del cultivo, la magíster Diaz Wagner llegó a Silvania para escuchar a quienes cultivan el yacón. En 5 fincas campesinas —Rosal, Chuguaca, Caracasana, El Arca y El Retoño—, de no más de 3 hectáreas, este alimento se preserva gracias a las buenas prácticas agroecológicas y al vínculo con el ecosistema: árboles nativos (guayabo, níspero, mango, entre otros), arbustos y vegetación que protegen el suelo, regulan la humedad y atraen polinizadores e insectos benéficos como escarabajos y lombrices.

Un método para leer la biodiversidad del territorio

Aunque las 5 fincas tuvieron un desempeño formidable, El Retoño presentó los mejores resultados, destacándose en todos los criterios evaluados, especialmente en diversidad y extensión de conectores internos, prácticas de conservación y conciencia ambiental. Esto es importante porque en el país se sabe muy poco sobre este cultivo, por lo que hace falta más investigación para determinar cómo se relacionan estos hallazgos con el yacón producido en Cauca, Nariño, Huila, Tolima y Antioquia.

En dichos terrenos se preservaron hasta 5 morfotipos de yacón. Recordemos que cuando se habla de morfotipo se hace referencia a las diferencias en color, sabor y textura de cada planta, en especial de su tubérculo. “Aunque en Colombia entidades como Agrosavia ya han determinado algunas variedades de yacón en el país, en el trabajo de campo y el día a día rural es difícil saber y determinar cuáles son especies distintas, o en qué casos tienen diferencias genéticas” afirma la investigadora Díaz.

Añade que “en los cultivos de Silvania se resaltan los tipos de yacón amarillo, morado y blanco, los cuales se describen en la literatura como alimentos con un gran potencial para la salud humana, por lo que ya forman parte de la soberanía alimentaria del municipio, con un potencial enorme para ser un renglón fuerte de la economía del país, pero el desconocimiento aún no le ha permitido tener la relevancia que merece”.

La experta expresa que, “sobre las cifras oficiales de producción también hay un obstáculo grande para este cultivo, pues no hay un censo riguroso y confiable que establezca cuánto se produce en el país y cómo se distribuye por los departamentos, más allá de saber en dónde se concentra; en este caso Cundinamarca es uno de los principales”.

El estudio demuestra que la conservación de esta planta no es un accidente ecológico sino el resultado de una decisión consciente de la comunidad, que además de aportar al conocimiento académico ofrece una vía clara para diseñar políticas públicas de soberanía alimentaria y protección del patrimonio natural de Colombia. 

En un mundo donde la agricultura se enfrenta a desafíos crecientes –desde el cambio climático hasta la pérdida de suelos fértiles y la dependencia de semillas comerciales– el yacón emerge como un símbolo de lo que aún se puede rescatar: las raíces profundas, la diversidad viva, y una forma de cultivar que alimenta tanto el cuerpo como la historia.

Además, pone en el centro una idea crucial: la conservación de la biodiversidad agrícola no se puede desligar de la cultura campesina. Son los agricultores –hombres y mujeres–, con sus saberes y sus vínculos con la tierra, quienes han mantenido vivas especies como el yacón, incluso cuando el mercado y las políticas públicas las han dejado de lado.

La investigación contó con la dirección y el apoyo de los profesores Tomás Enrique León Sicard, del Instituto de Estudios Ambientales (IDEA), y Silvia Bustamante Rodríguez, del IBUN. Además, la magíster destaca el acompañamiento y trabajo conjunto con la investigadora Gloria Corredor, del IBUN.