lunes, 8 de abril de 2024

Floreciendo en la urbe, invernaderos del campus de la UNAL en Bogotá

 Maíz, tomate, feijoa, frijol y curuba, entre otras tantas variedades de flores, frutos, hortalizas y plantas, se cultivan en los 9 invernaderos de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Bogotá, pertenecientes a la Facultad de Ciencias Agrarias. Allí no solo se cultiva sino que también se adelantan proyectos de investigación, y se espera no solo ser los productores de la materia prima utilizada en los restaurantes universitarios, sino también convertirse en una huerta urbana que beneficie a toda la ciudad.

Recorriendo la transitada calle 26 de la capital del país es imposible pasar por alto las imponentes estructuras de los 9 invernaderos que conforman el epicentro de innovación agrícola de la UNAL, dedicados a la producción y la investigación. Actualmente están en reestructuración, proceso que incluye inversiones tanto de una empresa que donó plásticos como de recursos propios de la Facultad para mejorar su recubrimiento.

En uno de los invernaderos más activos se están cultivando dos variedades de tomate: cherri y San Marzano; esta nave está destinada a un curso llamado Ciclo 2, donde los estudiantes de Agronomía aplican sus conocimientos en producción agrícola como parte de su formación final. También hay cultivo de gulupa, durazno y aguacate.

El enfoque principal del proyecto es la producción de alimentos, alineado con la iniciativa “Campus a tu mesa”, con la que la Universidad busca producir parte de los alimentos que se utilizan en los restaurantes universitarios. La financiación para esta iniciativa provino del Área de Bienestar de la Sede Bogotá, interesada en fomentar la producción agrícola dentro de la Institución.

Vale la pena destacar que esta producción no busca reemplazar completamente las necesidades alimenticias de la Universidad en su sede capitalina, sino más bien complementarla y llevar productos frescos a los platos de los estudiantes.

Laboratorios vivos para los estudiantes

La idea es proporcionarles una referencia dentro del campus sobre cómo se lleva a cabo la producción agrícola, contrastándola con las prácticas de los productores externos. Para ello es fundamental la colaboración entre diferentes Facultades, como Ingeniería (carrera de Ingeniería Agrícola) y Ciencias (carrera de Química).

Se busca utilizar los invernaderos no solo para cultivar plantas, sino también para investigar las propiedades físicas y químicas de los sustratos en los que crecen. Esto convierte los invernaderos en un espacio articulador entre diversas disciplinas dentro de la Universidad.


En cuanto a la producción, se espera cosechar tomates maduros en planta, lo que mejora su sabor. Se plantea la posibilidad de cosechar aproximadamente 50 días después de la siembra, con la primera cosecha prevista para el 7 de mayo. Sin embargo, una preocupación es el control de plagas, para lo cual se emplean métodos ecológicos como las bandas amarillas para capturar insectos. Este enfoque busca reducir la necesidad de aplicar productos químicos sintéticos para el control de plagas.

Además, no todos los invernaderos funcionan para los mismos propósitos, por ejemplo el 2 se destina principalmente a la investigación. Se planea llevar a cabo estudios sobre cannabis, hongos y papas, así como investigaciones en entomología. También se encuentra un proyecto de la Sede que se enfoca en recrear el cultivo de plantas en ambientes tropicales.

Investigaciones Max Planck

En estos espacios se encuentran también las investigaciones del proyecto Max Planck que se centran en el estudio de solanáceas, tales como papas, ajíes y tomates. Su labor implica la recolección y propagación de semillas y material vegetal de diversas regiones para luego realizar estudios genómicos, obtener extractos antimicrobianos y llevar a cabo análisis bioquímicos.

Max Planck es una iniciativa de los institutos Max Planck de Alemania, establecidos en varias universidades del país, incluyendo la UNAL. La Institución cuenta con tres grupos de investigación liderados por Federico Roda y Alejandro Caro, profesores del Departamento de Biología de la Facultad de Ciencias, y Daniel Restrepo Montoya, líder del grupo tándem Max Planck.

Por ejemplo, el grupo del profesor Roda se enfoca en solanáceas con propósitos terapéuticos, mientras que el grupo del experto Restrepo trabaja específicamente en especies con metabolitos antimicrobianos. Además cultivan plantas como ñame silvestre, que posee propiedades antimicrobianas. También estudian compuestos como los alcaloides presentes en algunas plantas y con propiedades diversas, como el alcaloide de la escopolamina, presente en las daturas.

Se cuenta también con el Jardín de Polinizadores, en donde abejas, mariposas, moscas y colibríes buscan su alimento transfiriendo el polen de una planta a otra permitiendo que se produzcan frutos y semillas fundamentales para una alimentación sana y para seguir manteniendo las comunidades de plantas que proveen múltiples servicios como regulación climática y agua.

El propósito del profesor Nicolás Duarte Cano, responsable de los invernaderos, es transformar estos espacios en áreas útiles y productivas para toda la comunidad, ya sea en términos de extensión, academia o investigación. Su misión es erradicar el estado de abandono y uso inapropiado de estos lugares, encaminándolos hacia un futuro como huerta urbana. Así, busca que tanto la comunidad universitaria como la ciudadanía en general se beneficien de la productividad y los recursos ofrecidos en estos espacios.













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